1-¡Renuncio a los novios!

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ºCAPITULO 1º
¡Renuncio a los novios!

—¡Lo siento Avery! ya vete, ¿Que no entiendes que terminamos?

—¿Estás terminando conmigo Caleb? —grité exasperada mientras le lanzaba un almohadón en la cara que él esquivó con rapidez.

—¿Acaso el tinte te comió el cerebro que no lo puedes entender? ¡Terminamos! ¿Necesitas que te lo dibuje? —Una vena en su frente saltó y su cara completa se tornó de un rojo carmesí.

Caleb, mi novio número cincuenta, estaba terminando conmigo...

Salí de su casa con toda la ira recorriéndome, me paré en una esquina a espera de un taxi que me llevara a casa, el sol candente del verano me pegó fuerte en el rostro obligándome a cerrar los ojos para evitar una ceguera prematura.

A mis dieciocho años soy toda una experta en novios... o bueno, algo así. Sé que todos en la escuela me odian por ser "La perra rubia plástica", me da igual lo que digan de mi, me siento orgullosa de mi titulo, he salido con todos los chicos de mi escuela desde que estaba en kindergarten, ya sea a comer un helado, al cine... o a jugar a comer tierra... ¡Tenía tres años! fue una cita inolvidable...

No recuerdo una época de mi vida en la que haya sido soltera, siempre he tenido novio, toda la vida... Con Jack duré tres días, con Stwart ¡Toda una semana! con Louis... ¡Todo un mes!, tener novio es una actividad que demanda todo mi tiempo, creatividad y capacidades cerebrales ¡No se rían! ¡Es cierto!, tengo que planear las citas, organizar mis fechas, y salir con uno diferente cada quince días, sé lo que les gusta y lo que no, sé como tratarlos para que sean felices y ese poder me hace feliz.

De los cincuenta novios que he tenido hasta ahora sólo uno ha terminado conmigo... el maldito Caleb, ¿Terminar conmigo? ¿Quien diablos se cree que es?

—¿Señorita? ¿Va a pagarme si o no? —El chofer del taxi me miraba por el retrovisor con enojo demandando su paga, al momento en que entré.

—Ah... ¿Cuanto es?

—Veinte dolares —resopló el tipo perdiendo la paciencia.

—¿Veinte dolares? —Abrí mis ojos como platos mientras rebuscaba entre mi bolso—. Solo tengo quince.

—¿Quince? ¿Me vez cara de idiota? ¡Son veinte!

—Por favor... Solo tengo quince. —Hice un puchero tratando de ganarme su lastima.

—¡No me haga perder la paciencia!

—Espere un segundo, haré una llamada —el tipo revoleo los ojo mientras yo sacaba mi celular de mi bolso para llamar a mi buen amigo, Demian, para que me salvara.

Usted no cuenta con suficiente balance para realizar ésta llamada, por favor, recargue su cuenta.

—¡Mierda! —exclamé.

—¡En mi taxi no se dicen groserías! —gritó el tipo— ¿Porqué mejor no se baja?

Estábamos aún a una distancia muy lejana para llegar a mi casa, para llegar tendría que caminar... ¡Mucho! muchísimo, pero no tenía otra opción mejor, era eso o devolverme a pedirle dinero a Caleb para el taxi cosa que definitivamente ¡No! pasaría.

—¡Está bien! ¡Caminaré! ¡Maldición! —Di un portazo y el tipo me miró con odio antes de seguir su camino.

Nota mental: NO gastar mi mesada en nuevos labiales y ahorrar para taxi y línea telefónica.

El maldito sol continuaba pegándome en la cara, eran las tres de la tarde y el sol parecía brillar con más intensidad que nunca, comencé a caminar haciendo que mis tacones dorados sonaran en el suelo con cada paso que daba, pensé en caminar hasta mi casa pero eso quedaba muy lejos así que decidí caminar hasta casa de Demian y pedirle que me lleve.

Cómo tratar a tu novio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora