La verdad es que a mí ya no me importaría que lo supiera, se lo diría yo misma si no fuera porque sé que Camila se moriría si Nicholas supiera que somos como... Amigas, por decirlo de una manera. No querría volver a dirigirme la palabra, y a veces hasta tengo la impresión de que lo negaría y me dejaría como una mentirosa.

— ¿Subamos a mi habitación? —Me pregunta Nicholas, rascándose la nuca mientras se pone de espaldas al sofá—. Estaremos más cómodos y vamos a poder hablar mejor.

Su expresión es una clara advertencia de que no quiere estar en presencia de Camila, y me encuentro asintiendo con la cabeza porque por la actitud que ella tiene, dudo que podamos hablar sin antes ver cómo se involucra en nuestra conversación.

No me sabe bien dejarla sola, ni mucho menos por él. A pesar de que a Camila no le importaría si la situación fuera al revés, y hasta me sonreiría victoriosa por ser quien pasaría tiempo a solas con Nicholas, no puedo estar feliz. No puedo sentirme tranquila cuando parecía estar a punto de suplicar que por favor me fuera.

Lo último que puedo ver antes de subir las escaleras es que está moviendo sus piernas, impaciente, y que se lleva las manos a la frente mientras cierra los ojos y también suspira, controlándose o tratando de hacerlo antes de explotar por la idea de que Nicholas vuelva a dejarla sola por mí. Al menos yo creo que se trata de eso porque la veo capaz.

Estando detrás de Nicholas al llegar a su habitación, me fijo en que él también tiene el pelo húmedo, que huele a jabón y perfume masculino, pero trato de ignorarlo o en serio podría ponerme a llorar y me niego a quedar en vergüenza.

—Discúlpame por no abrir la puerta —me dice cuando cierra la puerta antes de ofrecer su ayuda para quitarme la chaqueta y estar más cómoda. Me pongo de espaldas a él para que lo haga mientras veo por primera vez su habitación.

—No pasa nada —le sonrío un poco.

—Espero que Camila no haya dicho nada que te hiciera sentir mal —agrega al dejar mis cosas sobre un sofá que está en una de las esquinas—. Estábamos... Bueno, estábamos discutiendo antes de que te llegaras y espero que verte no empeorara su mal humor.

—No te preocupes, sólo me saludó y estaba preguntándole por ti cuando saliste. —Sigo con una sonrisa falsa en la boca para que no se dé cuenta de lo mucho que quiero estar en cualquier otro lugar menos aquí.

No precisamente por tener algo contra Nicholas, hasta diría que me agrada pasar tiempo con él, pero no puedo parar de pensar en que Camila se quedó callada cuando le pregunté si había pasado algo antes de que yo llegara o si estaba enamorada de él. Al verlo, eso es todo lo que veo. Todo lo que pienso.

—Bien —me dice, esbozando una sonrisa ladeada que meses atrás habría provocado que quisiera lanzarme a sus brazos para besarlo—. Odiaría que te hiciera pasar un mal rato por mi culpa.

— ¿Estás seguro de que puedo quedarme? —Le pregunto al tener la sensación de que es verdad que estaban en algo importante—. ¿No interrumpo?

—Para nada —me asegura—. Quédate tranquila.

Lo miro unos segundos y confirmo que no vamos a funcionar. No siento las mariposas. No siento la exasperación que aparece cuando Camila llega creyéndose el centro del universo. No hay nada.

Y aunque cuando dije que me gustaría ser su amiga lo dije de verdad y porque me gusta tener una buena relación con las personas que no me ha hecho nada, no me gustar sentir que miento. Y con él me siento como una mentirosa todo el tiempo, incluso en la primera cita cuando ya había tenido pensamientos sobre Camila al verla lamerse los dedos después de beber vodka cuando estudiamos por primera vez. Esa sensación de no estar siendo sincera es la que me incomoda, no él.

más de ti [camren]Where stories live. Discover now