DOS

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La mejor parte del día en la escuela para Draco, era todo aquello que tenía que ver con la hora de almuerzo. Era un horario de protección, la mejor además es que podía comer y eso si que era un alivio.
Cada día se sorprendía así mismo eligiendo algo nuevo que comer, cosa que siempre le remarcaba a Hermione,  ella tenía un pequeño menú que había realizado dónde cada día le correspondía una comida especifica.

No es que creyera que aquello era algo malo, pero en serio, Hermione tenía una manera muy extraña de organizar su vida.

—Ahora solo nos queda un último examen. Luego, avanzar en los proyectos de física y con eso podríamos tener unos días de descanso. —comentó Hermione, llevándose una cucharada de su sopa a la boca.

Draco soltó un suspiro, deseaba obtener mucho más que solo unos días de descanso y estar holgazaneando en su cama mientras veía alguna película por décima vez o leía alguno de los libros nuevamente.

—¿Crees que si mí puntaje es sobresaliente podría gustarle a Harry Potter? —preguntó con una sonrisa burlona en el rostro.

Hermione sonrió divertida. Podría persuadir a su amigo a través de aquellas palabras.

—Totalmente. —aseguró, para darle otro sorbo a su sopa.

Las palabras de la chica resonaron en la mente de Draco, mientras mordía su hamburguesa.
Cuando conoció el libro de Harry Potter y los Cuatro Reinos, fue como una clase de despertar, él tenía catorce años, estaba vagando por diferentes sitios de internet, hasta que se encontró con una publicación. En aquel post se señalaba que estaban ante un próximo best seller, un libro de categoría mundial que se estaba traduciendo con rapidez y vendiendo con la misma urgencia. Para Draco, solo fue suficiente leer un trozo de aquel libro en formato digital, y toda su atención se quedó ahí.

Hermione y él compartían esa fascinación por el libro, podrían hablar de sus personajes por horas, sobre teorías que ambos tenían y sobre cómo la autora podría abarcar la siguiente parte.
Porque sí, según señalado habrían más tomos, habría un segundo que prometía ser la alianza triunfal entre los reinos mágicos para pelear contra el Lord Oscuro y su ejército.
A Draco Malfoy todo aquel lío le llamó mucho la atención, criaturas mágicas, magos adolescentes que tenían que estudiar, reyes y reinas jóvenes que tenían un intelecto poco usual. Todo eso fácilmente lo podía enganchar, se trataba de un mundo maravilloso, una novedad.

Al mismo tiempo que destacaba a los personajes, en su caso, tenía cierta debilidad por el protagonista dado que era un muchachito perdido en su propio mundo que costaba de hacerse buenos amigos. Draco una vez hizo un vergonzoso fanart de él mismo como un caballero de la Corte de Slytherin, luchando para defender a Harry Potter.
Ese momento es vergonzoso, porque, sí, Hermione lo vio y lo comenzó a molestar porque al parecer tenía un enamoramiento muy cursi por un personaje ficticio. Eso fue cuando tenía catorce, aún a los dieciséis no sabe si realmente es un idiota por querer mucho a Harry.

Luego de comer su hamburguesa, Draco se limpió los labios con una servilleta.

—Dijiste que la autora había actualizado el blog, ¿Por qué subió nuevos datos?

—La semana pasada subió un «preguntas o curiosidades que quieran saber», en esa ocasión alguien debió preguntar eso. Ya sabes, todavía queda mucho para que Harry parezca tener una pareja. ¡Y oh! Todo esto de los shippeos. Ya sabes, siempre causa mucho furor.

Draco lo sabía, por supuesto. Él incluso a veces tenía la idea de qué si alguien podría estar emparejado con Harry Potter, tal vez era el monarca estratega de Gryffindor. Aunque, si hablara de una manera mucho menos irrealista, él mismo se proclamaría como futura pareja del Harry.
Las siguientes horas siguieron el curso normal de siempre, entre escuchar voces de maestros, dibujar rayones al azar en algunas hojas del cuaderno, Draco de pronto ya tenía que despedirse de Hermione.

La idea de vivir en direcciones diferentes de la ciudad era una tragedia, nunca podían chismear juntos, ni mucho menos verse con frecuencia. Hermione vivía al otro lado de la ciudad en las cosas que se rozaban con el bosque, mientras que él vivía en lo más alto del centro. En un futuro se habían jurado vivir juntos cuando fueran a la universidad, quizás así no sería tan pesado el hecho de cambiarse por completo de rutina y dar el paso agobiante del cambio de edad a la edad "responsable".

Cuando el chico toma el autobús de regreso a casa, luego de un agotador día de escuela, se siente bendecido cuando hay asientos disponibles y lograr obtener uno. Draco pensó un instante en las palabras de su mejor amiga, entonces atraído por calmar su sed de curiosidad ingresa al blog de la autora desde su celular.
Pasa un montón de artículos, dibujos y premios obtenidos. Hay una cuestión que nunca se ha sabido, nadie sabe quién es la autora en realidad, siempre se esconde detrás de otra persona que busca los premios o que da los discursos que ella ha escrito, pero su identidad es un misterio que vale millones.

La reportera Rita Skeeter ha pasado años en busca de la identidad secreta de la autora, de sus ambiciones y de las razones que la llevaron a escribir. Sin embargo, es invisible. Algunos dicen que es una mujer de veinte y tantos años, otros que está cerca de los cuarenta, se especula que vive en Escocia o cerca de Inglaterra.

Pero nada es seguro, más que solo teorías. Draco por supuesto tiene las suyas, cree que una mujer inglesa que ronda los treinta, que debió haber vivido en ciudades hispanohablantes algún tiempo y que quizás, se dedicó al arte en algún periodo de su vida, sea como sea, es una mujer exitosa que no hace muestra de su fama mundial. ¿Muy humilde? No está seguro, pero está muy agradecido con ella.

Entonces, llega por fin al apartado de preguntas y respuestas.


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«Harry Potter sabía que para poder cruzar el mar verde, necesitaba de la ayuda de la Gente del Agua, sin embargo, antes de iniciar su viaje, le habían dicho que ellos eran desconfiados. Tanto así, como peligrosos.
Sin querer dar marcha atrás, Harry se acercó con confianza, tragándose el miedo y decidió que haría un trato con ellos.

Solo que ignoro, lo mucho que la Gente del Agua, solía odiar a los que la magia practicaban y habitaban la Tierra».

—Harry Potter y los Cuatro reinos.

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Deseo que seas realWhere stories live. Discover now