Capítulo 5

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Estrella se fue sobre las ocho de la noche, y yo dejé la piscina poco después. Al salir me puse un pareo al rededor y empecé a recoger todos los juegos que había traído. Teníamos un trato, cuando íbamos a casa de la otra teníamos que llevar los juegos, pero luego esos se quedaban en la casa y cuando se volviese a jugar la otra debería llevarlos, así nos asegurábamos que no se perdía ninguna pieza por la calle, cosa que más de una vez nos había pasado a las dos y luego era imposible jugar otra vez por la pieza perdida.

Hice dos viajes para llevarlo todo a dentro, sino todo acabaría por el suelo. Pero cuando volví a recoger los últimos que faltaban más la toalla y el móvil, escuché que había visita en la casa de al lado. Y no parecía una conversación agradable, alguien se estaba peleando.

- ¿Podrías de ser tan así por un momento? -dijo Álvaro-.

¿A caso estaba presenciando una pelea de pareja? ¿Estaba Sara ahí?

- ¿¡Así cómo!? -dijo la voz de Sara- solo intento ayudarte que te des cuenta de la mejor opción, no quiero que lo tires todo por la borda-.

- Y tu no te das cuenta que no necesito eso de ti, necesito que me apoyes en mi decisión, no que vayas en contra -dijo Álvaro elevando un poco más la voz-.

Tenía que largarme de ahí, era una conversación privada y no tenía ningún derecho ha escucharla. Si me pillaban me metería en un buen lio, y la verdad odiaba los líos. Con mucho sigilo lo recogí todo, a tiempo para no escuchar nada más de la conversación. Entré y cerré un poco la puerta corredera, pensando que a lo mejor así no podría escuchar sin querer algo más de esa conversación. Sabía que Álvaro no quería ser solamente profesional, y que sus padres estaban en contra de eso, pero no me hubiese imaginado que hasta Sara estuviese en contra de sus deseos.

Subí a la habitación, había quedado con Estrella que me pasaría a recoger sobre las diez de la noche, así que iba bien de tiempo. Cogí una falta de talle alto negra, con un top de manga larga negro y de gasa, con una tira que daba la vuelta tapando el pecho más opaco. Un modelo que me tenía enamorada desde hacía un tiempo, y ahora era el momento de estrenarlo. Cogí la ropa interior y me dispuse a ir a la ducha.

***

- ¡Sofía ya estamos en casa! -gritó mi padre-.

Bajé corriendo las escaleras mirando el móvil muy detenidamente cuando me choqué con mi padre. Levanté la vista y luego vi como ponía los ojos en blanco. Adolescentes, seguramente pensó.

- ¿Qué? -pregunté- perdón-.

- ¿Vas a salir? -escuché preguntar por detrás a mi madre-.

- Sí, he quedado con Estrella para ir a una fiesta en casa de un compañero de clase -dije sabiendo que a mis padres no les hacía mucha gracia que cogiéramos el coche para salir de fiesta-.

- Pero hoy era nuestra noche de cine y palomitas -dijo mi madre-.

Mierda, lo había olvidado por completo.

Eché una rápida mirada a mi padre para pedir auxilio.

- Lo siento, lo había olvidado por completo -dije rascándome la nuca-.

Porque de verdad lo sentía. Esas noches eran las favoritas de la familia, era cuando nos sentábamos los tres y hacíamos maratón de películas de lo que fuese, princesas, superhéroes, románticas, de ciencia ficción, lo que fuese. Era una de las noche que pocas veces pasábamos juntos, ya que siempre venían cansados de trabajar, y yo de estudiar y no nos veíamos tanto como nos gustaba.

No me rompas de nuevoWhere stories live. Discover now