35. El regreso

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Solo bastaron unos segundos para que se desatara el pánico; los profesores se habían reunido alrededor de Harry y Cedric de modo de que la multitud no pudiera verlos, pero con muy poco éxito. La multitud estaba reunida en torno a ellos, era casi imposible avanzar entre ese tumulto de gente que se paraban de puntas o estiraban el cuello para ver que estaba pasando.

—¿De verdad está muerto?

—¿Que le habrá ocurrido?

—¡No puede ser!

La incertidumbre era inevitable. Todos empezaron a hacer preguntas, de formas un poco respetuosas para la situación. No podían ver muy bien a Harry, pero sabían que ahora mismo no estaba pasando por un buen momento. Lo primero que se les ocurrió a Hermione y a Annily era sacar a Harry de ahí lo más pronto posible. Debido a los demás estudiantes no pudieron acercarse.

—¡Maldición! —exclamó Ron— ¡Dejen pasar!

La multitud no obedeció. Ron siguió intentando desesperado. Hermione a cómo podía trataba de pedir permiso para hacerse paso, pero tampoco le funcionaba mucho. Annily buscaba algún agujero para escabullirse entre los estudiantes y le sorprendió no encontrar alguno. ¿Que habría pasado allí dentro? ¿Porque ambos parecieron llegar en una especie de traslador? ¿Cedric habría muerto por algo que estaba allí dentro? ¿Sería la misma cosa que daño a Fleur y Krum?

Le alegraba que Harry estuviera sano y salvo, pero lo que le había ocurrido a Cedric la tenía pasmada que le era casi imposible creérselo. El lugar era un verdadero bullicio, Dumbledore se había acercado a Harry, y pedía amablemente a la multitud que se retirara, pero eran pocos los que obedecían.

Amos Diggory venía bajando rápidamente de las tribunas junto con su esposa, quien iba a un paso más lento; el ambiente tenso del lugar debía estar dándole una pista  a la señora Diggory que las cosas no estaban bien. Por otra parte, Amos Diggory parecía estar ignorando estas pequeñas señales.  En la cara de Amos había felicidad, una felicidad casi incondicional, estaba tan vigorizado diciéndole a los otros:

—Mi muchacho salió triunfador del torneo ¡Mi Cedric es campeón!

Tal parecía, que las malas noticas no habían llegado hasta las tribunas. El señor Diggory se veía tan alegre de ver que por fin su hijo había regresado de la prueba, que había ignorado las condiciones en como lo había hecho. Quienes lo escuchaban no tenían la valentía para decirle, solo se miraban unos a otros con caras tristes, deseando que el señor Diggory no tuviera que enterarse nunca. Unos intentaron llamar su atención, para quizás tratar de decirle, pero el señor Diggory solo mencionaba lo orgulloso que estaba de su hijo.

—Ya decía que el iba a ser un ganador —dijo alegremente— Yo sabía que mi muchacho es uno de los mejores.

De nuevo hubo silencios entre los demás. No podían explicarle que Cedric ya no estaba con ellos.

—Cedric, hijo... —le llamaba alegremente el señor Diggory, con los brazos abiertos esperando a que su hijo apareciera para abrazarlo, sin saber que este ya no podía hacerlo.— Vamos Cedric, lo hiciste...

Amos se detuvo en seco, y vio el cuerpo de Cedric tendido en pasto como un maniquí, inmóvil y pálido. La multitud, ante la voz vigorizada de Amos se había calmado, y sin querer habían dejado un buen espacio donde el cuerpo del chico fue visible. La profesora Sprout trato de acercarse al señor Diggory para calmarlo, pero en un santiamén esté se abalanzó sobre el cuerpo de su hijo y empezó a llorar de forma desgarradora. La gente a su alrededor se hundió en un ambiente amargo y triste, las chicas lloraban como histéricas y nadie pronunciaba una sola palabra. Annily no pudo contener las lágrimas, al ver como el señor Diggory lloraba sobre el cuerpo de su hijo, le acariciaba el cabello como si fuera a despertar luego después de una siesta, que esta vez duraría para siempre, era la imagen más triste que pudo presenciar.

The Half Blood Princess (El Calíz de Fuego)Where stories live. Discover now