Una pintura, dos Golden.

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Levanta la cabeza cuando siente los apresurados pasos de la dueña a metros de ella. Una joven se acercaba a ellos a gran velocidad, incluso puede escuchar su respiración agitada cuando por fin los alcanza.

—Lo siento —ríe—. Hace mucho no sale a pasear.

—Descuida —hacen contacto visual por primera vez, y Lena siente que debe estar a su altura para observarla mejor, así que endereza su cuerpo sin dejar de acariciar al perro—. Adoro a los animales, ¿Cómo se llama?

—Conan... No preguntes, se lo ha puesto mi hermana —aclara al ver el gesto de confusión por parte de Lena.

En realidad, ella se estaba tomando el tiempo de darle una examinada rápida. La mujer era apenas un poco más alta que ella y vestía casual con jeans, zapatillas y un buzo grande, el cual estaba arremangado hasta los codos. Algunos mechones de su cabello rubio y ondulado caían ligeramente por delante de sus hombros. Trató de no ser tan notoria al mirar sus ojos, tenía una mirada azul penetrante oculta bajo sus anteojos, que de hecho eran similares a los que Lena traía en ese momento.

—Es un lindo nombre. Me gusta.

—Sí... Creo que le caes bien —Lena sólo asiente, viendo como el animal había pegado su cuerpo al de ella, reclamando atención—. Oye, ¿Te gustaría tirarle la pelota? —ofrece, sacando del bolsillo de su buzo una pelota de tenis desgastada y rota— le encantará, te la traerá enseguida.

—¿En serio? —pregunta con cierta ilusión, estirando la mano para tomarla.

Ella se la muestra al perro, el cual vuelve a dirigir rápidamente su atención mientras saltaba en su lugar, intentando alcanzarla. Lena ríe ante la desesperación del animal luego de amagar a tirársela por primera vez.

—¿Listo? ¡Ahí va!

La pelota sale disparada de su mano al igual que Conan. Lena voltea con alegría y nota como la dueña observaba toda la situación con una sonrisa en el rostro.

—Mi nombre es Kara —se presenta finalmente ella—. Creo que ya conoces a Conan.

—Lo hago —ríe—. Soy Lena. Te daría la mano pero está manchada con pintura.

—Oh, lo he visto —dice, observando el lienzo. Apenas había una capa de pintura color rosa claro sobre la tela, el resto era sólo boceto— ¿Te dedicas a esto?

En ese momento Conan volvió con la pelota y se acercó a Lena, tirando la bola empapada a sus pies. Ella simplemente vuelve a tomarla haciendo caso omiso a la sensación de la baba en su mano y vuelve a arrojarla, esta vez con más fuerza. Despreocupada, limpia el húmedo con su pantalón y vuelve a dirigir su atención a la rubia.

—No. Hoy me estoy tomando un día libre. Soy directora ejecutiva de una empresa, L-Corp —se arrepiente al segundo de haberlo dicho, al ver la expresión de sorpresa en la cara de Kara.

Ella parece estar analizándola y Lena sólo siente la incomodidad del momento, pero Kara sólo termina sonriendo. —¿Directora ejecutiva? ¡Eso es genial!

—¿Ves las noticias, portales de internet, programas de chismes, algo de eso? —pregunta extrañada.

Nop —ella prácticamente está rebotando en su lugar—. Aunque debería hacerlo pues me han dado un trabajo como asistente en una empresa de periodismo —bromea entre risas—. De hecho, hace tres días que nos mudamos con Conan. Vengo de Midvale.

El nombre le sonaba pero no podría ubicarlo geográficamente, así que supuso que sería un pequeño pueblo o ciudad en algún lugar del país. No era algo importante en ese momento.

Una pintura, dos Golden | Supercorp.Where stories live. Discover now