-A que la muerte ya los separó -te responde con obviedad logrando sacarte un jadeo de la impresión, pues no habías pensado en ello-

-Se irá si lo sabe -exclamas afligida- ¿usted puede hacer algo?

-Bueno, solo hay una forma

-¡Por favor! ¡Por favor! ¡Yo sé lo digo! -pide entusiasmado el gusanito de nuevo-

-Esto requiere del más grande de los sacrificios -continua hablando el anciano-

-Continúe, dígale la mejor parte -habla de nuevo aquel pequeño ser de ojos verdes mientras reía un poco emocionado-

-¿Cual es? -le preguntas a ambos confundida y preocupada al notar tal entusiasmo en el gusano-

-¡Tenemos que matarlo! -exclama lleno de emoción el pequeño ojiverde-

-¡¿Matarlo?! -cuestionas un tanto alarmada mientras llevabas las manos hasta tu boca con preocupación, cosa que a su vez asustó al rubio quien aún escuchaba a escondidas, logrando solo soltar un jadeo por el temor al oír aquello-

-Adrien tendría que renunciar a ser un mortal para siempre -explica aquel anciano mientras busca la página con la información- tendría que repetir sus votos en la tierra de los vivos y beber el vino del tiempo -te muestra una imagen de aquel supuesto vino-

-Es veneno... -murmuras con temor y preocupación mientras le dabas la espalda al anciano un tanto dubitativa, pero sin dejar de escucharlo-

-Con el su corazón se detendrá eternamente y solo entonces podrá entregártelo a ti -el rubio al escuchar dio un par de pasos hacía atrás atemorizado por lo que acababa de escuchar, pero algo dentro de él le evito retirarse de ahí, pues esa pequeña parte de su ser quería escuchar lo que tú opinarias al respecto-

-Jamas podría pedírselo... -exclamas triste y agobiada mientras te dejas caer de rodillas al suelo, cosa que sorprendió al chico, pues gracias a eso al fin pudo ver con mayor claridad el gran corazón que tenías, a pesar de que este no palpitara más, logrando así que el chico se armara de valor para lo que estaba a punto de hacer-

-No tienes que hacerlo... -menciona finalmente dejándose ver, cosa que te sorprendió, tú no pudiste hacer otra cosa más que verlo mientras él se acercaba a ti con una sincera sonrisa en los labios, ¿por qué lo hacia? Era algo que te cuestionabas a ti misma, ya que hace apenas unas horas el luchaba por regresar a casa sin importarle en lo más mínimo su unión contigo, pero eso era algo que ni el mismo podía resolver, pues aquel chico no sabía tampoco el por que accedía ante tal propuesta, aunque si podía hacerse un poco a la idea, tal vez era por despecho a lo que su ex prometida estaba haciendo en el mundo de los vivos, por dolor y miedo a no sentirse solo, o tal vez era por ese cálido sentimiento hacía ti que poco a poco iba creciendo en su pecho debido a todo lo que en ese tiempo juntos había conocido de ti-

-Muchacho, si eliges te camino no podrás volver al mundo de los vivos, ¿está claro eso? -le cuestiona el anciano tras explicárselo de nuevo-

Adrien lo vio por unos segundos sin titubear antes de inhalar profundamente para enseguida tomar tu mano con decisión ante lo cual no pudiste evitar sonreír, sonrisa la cual le habías logrado contagiar al mismo tiempo en que unían sus miradas demostrandose con ello, aquellos nuevos sentimientos que comenzaban a crecer en ambos

-Muy claro -respondió finalmente mientras tomaba con ambas manos una de las tuyas sin despegar sus miradas con una radiante sonrisa en el rostro que difícilmente le iban a poder borrar, cosa que te lleno de calidez y alegría el alma-

El chico te tomo de la mano y te guío hasta la pequeña plaza de aquel lugar, con caballerosidad te ayudo a subir a lo alto de la estatua que adornaba el área para endeguida comenzsr a llamar a todos los que caminaban por ahí

El cadáver de la noviaWhere stories live. Discover now