CAPITULO DOS

1.3K 74 1
                                    

CAPITULO EDITADO

Ana

Horas más tarde...

Es tarde ¿Dónde estará ese niño? Es peligroso estar por la calle a esta hora. Él no ha llegado aún, es tarde y hace frio. Escucho que la puerta principal se abre, salgo de mi habitación y frunzo mi ceño al ver a mi hermano borracho.

¿Qué le sucede? ¿Por qué siempre tiene que ser así? A penas es lunes.

Mi hermano se encierra en su habitación, le miro con el ceño fruncido y rueda los ojos.

— ¿Dónde estabas? — cuestiono con seriedad, cruzo mis brazos.

— No empieces, Ana. Ya soy mayor y estoy cansado — se queja cansado.

— Has venido tarde, estuve muy preocupada por ti, sabes muy bien que hay por aquí mucho peligro — le regaño a mi hermano quien rueda los ojos y camina hasta su habitación.

¿Qué le pasa a ese niño? ¿Cuándo fue que cambió? Mañana no se salvará de mis regaños.

Niego varias veces mi cabeza. Dirijo mi mirada al hombre que está todavía en el sofá inconsciente decido acercarme para comprobar su herida. Escucho la puerta de mi hermano abrirse, siento su mirada hacia mí.

— ¿Como está? — pregunta por primera vez lo cual me sorprende.

— Las heridas están mejor — contesto.

— ¿Cuándo despertará? — cuestiona con mucho interés.

— Capaz en unas horas o en unos días ¿por qué? — interrogo con los entrecerrando los ojos y con curiosidad.

— Simple curiosidad — es lo único que dice encogiéndose los hombros y dándose la vuelta para entrar de nuevo en su cuarto.

¿Qué está tramando ese niño?

Horas más tarde...

Hace dos horas que fui al cuarto para dormir, lo cual es imposible hacerlo. Me levanto y salgo de la habitación, me dirijo hasta la cocina para tomar un vaso de agua, pero paro en seco al oír algunas quejas que vienen en el sofá. Me voy lentamente sin hacer ruido.

— ¿Qué puedo hacer? — me pregunto para mí misma. Me doy la vuelta para ver al hombre del sofá quien trata de levantarse del sofá.

— Ayúdame a levantar — contesta a mi pregunta lo cual me hace sobresaltar de donde estoy.

— Estas herido, no puedes esforzarte — informo y trato de hacerle razonar

— Tengo que irme — dice mientras trata de pararse, pero se lo impido.

— No te irás de aquí hasta que te cures completamente — hablo con una voz fuerte.

— ¿Sabes con quien hablas? — pregunta enojado y ruedo los ojos.

— No y no me interesa, harás lo que te digo sino quieres que tu herida se vuelva a abrir. No quiero que te desmayes de nuevo en los pasillos — comento con la misma voz de antes. Me mira por varios segundos y bufa, se acuesta lentamente en el sofá.

— ¿Quién te crees que eres? — se queja como un niño pequeño, ruedo los ojos con irritación.

— La persona que te salvo la vida, pero ahora me arrepiento porque eres un idiota — gruño con malhumor mientras me doy la vuelta para irme de nuevo hasta mi habitación.

Escucho pasos que me siguen entonces corro hasta mi dormitorio y cierro la puerta con mucha rapidez, me acuesto en la cama de nuevo y trato de tranquilizarme, cierro mis ojos, respiro despacio y hasta caer en los brazos de Morfeo.

León

Esa chica me salvó la vida en vez de agradecerle, le traté mal, debo admitir que actué mal y debo disculparme con ella. La mujer solo quiere que me sane bien, pero tengo desconfianza.

¿Para qué? ¿Ella conocerá a mi papá? ¿Me llevará junto a él de nuevo?

Pero al final, me di cuenta de que ella parece no saber nada. Tengo que salir de aquí cuanto antes, tengo que escapar de la ciudad antes que se den cuenta que estoy en esta casa con una mujer.

No quiero que ella tenga problemas, 

El Heredero Perdido (# 2 PM)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant