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Era una noche lluviosa y muy fría. La mayoría de las personas llevaban paraguas; las demás corrían para refugiarse y llegar rápido a su destino mientras cubrían sus cabezas con sus manos, bolsos, chaquetas y hasta bolsas de compras. Agradecidamente, JiHyo había salido de casa junto con su paraguas y caminaba tranquilamente por la acera mientras disfrutaba del clima y la música que escuchaba por sus audífonos. De repente, le comenzaron a llegar muchos mensajes; era su mejor amiga, MiNa.

Miyoui MiNa, una chica tranquila y no muy elocuente, sumamente hermosa física e internamente. JiHyo la conoció cuando llegó a su colegio hace ocho años; Mina proviene de Japón, el trabajo de sus padres fue la razón de su translado. Actualmente las dos viven juntas, pues, hace casi un año, los padres de MiNa regresaron a Japón y ella prefirió quedarse a terminar sus estudios, además de que gran parte de su vida se encontraba en Corea del Sur. JiHyo, debido a la muerte de sus padres hace dos años, se quedó a vivir donde su tía, que desde un principio le dio a entender que era una carga, entonces la menor trabajó y ahorró dinero para no depender y no seguir siendo un estorbo para la hermana de su difunta madre.

Mientras revisaba los mensajes de la rubia, no se percató del auto que iba a toda velocidad en su dirección. La música a todo volumen en sus oídos amortiguó cualquier sonido a su alrededor. Cuando levantó la vista, la luz del automóvil la cegó, el miedo se apoderó de todo su ser impidiendo que se moviera en absoluto. Sólo pudo cerrar los ojos esperando lo peor.

Y aunque sí tuvo impacto contra el suelo, no fue por ser atropellada; alguien se lanzó sobre ella para así esquivar el auto.

— ¿Estás bien? —dijo una voz masculina. Aún se encontraba en el suelo bocabajo. Volteó a ver al sujeto y se encontró con nada más y nada menos que a JB.

Im JaeBeom, uno de los chicos populares del instituto, gracias a su belleza e inteligencia, que iba en último año junto a MiNa y ella. Cabello un poco largo café obscuro, ojos felinos del mismo color, finos belfos, con un cuerpo muy bien trabajado, y de estatura más alta a ella por una cabeza.

— ¿Park, me escuchas? —el golpe la había dejado bastante aturdida, pero ya estaba recobrando los sentidos.

— S-sí —miró a su alrededor recordando en dónde se situaba. Se sentó rápidamente en el pavimento cuando se dio cuenta de que los dos seguían tirados a un lado de la carretera, y ella estaba encima del brazo de Im—. ¿Se encuentra bien? —preguntó al ver cómo el chico repetía su acción mientras su cara expresaba dolor. Ella se acercó para verificar dónde se había lastimado; brazo derecho—. Necesita ir al médico, vamos. —se levantó y le ayudó a su compañero de carrera.

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— ¿Dónde vive? —preguntó JiHyo.

— ¿Para qué quieres saber eso? —inquirió el pelinegro, un poco divertido.

— B-bueno...ya escuchó al doctor, no debe hacer fuerza o uso de su brazo. Ade- —fue interrumpida por JaeBeom.

— Sí, sí, sí, ya lo sé —rodó los ojos al recordar las medicinas que le recetaron—. Tú también debes cuidarte —señaló la muñeca izquierda de la menor, envuelta en una venda.

— Mi mano estará bien en unos días, pero su brazo... —con tan sólo pensarlo, la chica se sentía aún más culpable. Si tan sólo no hubiera salido esa noche o no se hubiera sumergido tanto en su propio mundo, nada de esto habría sucedido—. Me siento sumamente responsable por lo que sucedió. Le ayudaré en todo lo que usted me pida —dijo firmemente. Tal vez ésto le cueste un poco, pero un brazo fracturado causado por ella lo vale.

La Ayudante [JiHyo×JaeBeom]Where stories live. Discover now