Capítulo 39. (parte I)

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39 | Cruel Verano (I)

39 | Cruel Verano (I)

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ALAN THOMPSON.

Cómo olvidar esa última noche en el hotel. Fue más increíble de lo que hubiese imaginado jamás. Nunca pensé que eso pasaría. No pensaba que un beso fuera a llegar por los labios de alguien a quien me gustaba. No pensé que dejaría una marca en mi corazón. No pensé que aun sentiría su sabor, después de tanto tiempo que había pasado.

Aún recuerdo sus manos tocar mi piel. Sus manos dibujar en mi piel. Hizo trazos que no podrán borrarse. Aun siento cosquillas por todo el cuerpo cuando recuerdo todo.

Aun podía sentir su sabor. Podía recordar como su lengua exploraba mi boca y como yo estaba tan receptivo a esa sensación. Estaba tan sumergido en el beso que nunca me paré a pensar lo que sucedía en mi parte baja. Me di cuenta cuando su extensión chocó contra la mía. Pero no se emocionen, no lo hicimos.

Tal vez no sea tan emocionante lo que cuento. Tal vez habrían querido que sucediera algo más que unos simples besos y toques en el cuerpo, pero no fue así. Él entendió cuando le dije «debemos ir más lento, no quiero», solo me abrazó toda la noche y me dio besos hasta saciarme.

Cuando desperté apoyado en su pecho, tuve el impulso de tocar cada centímetro de su piel. Malditos pectorales. Malditos abdominales. Malditos bellos saliendo de su ropa interior. Maldito bulto encerrado en su ropa interior. Maldita curiosidad.

Salí corriendo hacia el baño. Aunque no podía tocarlo a él, tenía que atenderme a mí mismo. Siempre con su imagen en mi mente y su nombre en la punta de mi lengua.

Después de ello, me bañé y me cambié en el baño. Cuando salí, él ya no estaba. Había dejado la cama muy bien tendida y no había rastro de sus pertenencias. En ese instante, entró Nina con un azote a la puerta.

—¿Cómo amaneciste, princesa? —Se tiró en la cama—. Estoy con un dolor de cabeza que no soporto.

—Parece que anoche fue una noche loca para ti, ¿no?

—No te vi en toda la noche. ¿Dónde te metiste, picarón? —Sólo me encogí de hombros—. Alan, oí que miraste a Sonia con Dylan.

—Sí.

—Juro que estuve a punto de venir para arrancarle las huevas. Pero escuché que Sonia borracha decía como Dylan la había rechazado. Así que puede que aun te quiera.

—Me dijo que le gusto.

—¿Cómo así? —Una sonrisa gigantesca se me formó en el rostro al recordar el beso que me había dado la noche anterior—. Esa sonrisa dice mucho. ¿Te besaste con él?

Asentí y ella soltó un chillido agudo.

—¿Qué tal lo hace?

—Fue muy tierno y —suspiré— fue como un sueño hecho real.

MOONLIGHT Ⓓ (#1) [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora