24.No me Busques

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Narra Claire.

Envolví mi cuerpo con una toalla blanca y salí del baño. Estaba tan contenta, esta noche seria perfecta.

Él aún seguía recostado sus brazos estaban detrás de su cabeza. Parecía cómodo.

-Tu turno- le dije caminando hacia el pero el solo miraba perdidamente hacia el techo. - Eze - canturree y este sacudió levemente la cabeza

-Si ya voy- sonrió y se sentó en la cama sujetando la sabana en su cadera.

-Nos vemos en un rato entonces- me acerque para besarlo pero este corrió su rostro y puso su mejilla. - que raro, que le habrá pasado.

Afortunadamente no estaba mi madre en casa, así que sin problema alguno pude entrar por mi vestido. Al igual que por los zapatos y accesorios que usaría. Salí pidiéndoles a las de limpieza que mi madre no se enterara que había ido. Todas asintieron con la cabeza, les agradecí y salí.

Siete en punto, llegue a casa de Eze, toque pero la puerta estaba abierta.

- ¿Hola? - pregunte pero el único que me respondió fue el eco. Debía seguir en lo de su traje.

Subí a grandes zancadas las escaleras hasta llegar a su habitación. Esta seguía desordenada a excepción de nuestra ropa que ya no estaba esparcida por el suelo.
Tendí la cama y acomode todo lo que estaba fuera de su lugar. Vi mi celular en el buro, lo tome y lo guarde en la bolsa que usaría esta noche. Una vez toda la habitación ordenada volví a tomar una ducha para poder comenzar a arreglarme.

Narra Ezequiel

Ocho veinte, y aun no estaba lista. Me deje caer en uno de los sillones de la sala, estúpido traje como lo detestaba. Pero por fortuna faltaba poco para que mi tortura acabara.

Finalmente se escuchó la puerta de mi habitación cerrarse y seguido de esto los tacones de Claire sobre el piso de madera anunciaban su llegada.

Finalmente se escuchó la puerta de mi habitación cerrarse y seguido de esto los tacones de Claire sobre el piso de madera anunciaban su llegada

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Su cabello estaba en grandes, largos y perfectos caireles. Portaba un vestido rosado pegado al cuerpo. Estaba hermosa.

-Estás hermosa- dije y el corazón se me estrujo.

-Gracias- dijo sonrojada -Tú te ves guapísimo- dijo al momento de estar a solo centímetros de mí. - Si claro como digas - pensé sarcástico.

- ¿Nos vamos? - pregunte haciéndome a un lado

Narra Claire.

¿Era mi imaginación? o ¿ me estaba evitando? Seguramente es mi imaginación. Tome su mano y este volteo a verme. Le sonreí y no era mi imaginación... Forzó una sonrisa. Seguramente era porque esto de los bailes no le gustaba, pero sería el último que tendríamos y no me lo quería perder. Y él tampoco debía perdérselo.

Todas las miradas se posaron en nosotros al entrar al enorme lugar pero ya no me interesaba mucho que los demás me pusieran atención. Ahora lo único que quería era la atención de Eze.

El lugar estaba decorado como si realmente estuviéramos en el casino Montecarlo, desbordaba elegancia. Había mesas de Black Jack, Poker, ruletas entre muchas cosas más.

La mirada despectiva de Samantha me recorrió de pies a cabeza, mientras que podía jurar que Liam estaba rojo de la rabia.

Había unas cuantas mesas al aire libre, y él prefirió esa zona. Claramente no me negué. Vuelvo a repetirlo ahora solo me interesaba él.

El clima estaba increíble, el viento corría levemente pero no hacia ni frio, ni calor. Estaba perfecto.

- ¿Que tienes? - le pregunte ya que estaba muy serio.

-Nada- sonrió y paso su brazo sobre mis hombros.

A los pocos minutos Noah atravesó la puerta acompañado por Emily que lucía un hermoso vestido anaranjado, que quedaba perfecto con su nuevo tinte de cabello, Rojo.

- Claire tengo que hablar contigo- dijo saludándome y después estrecho la mano de Eze. Quien seguía con su alarmante silencio sepulcral.

- ¿De qué?- pregunte.

-Ven- dijo tomando mi muñeca -Te la devuelvo en un segundo- se dirijo a Eze antes de alejarnos unos pasos.

Narra Ezequiel

-Te la devuelvo en un segundo- sujeto a Clai de la muñeca y se la llevo un par de pasos dejándome con Emily quien tomo asiento.
Este era el momento, ella quería ganar una apuesta. Yo la ayudaría.

Note que ya habían terminado de hablar, me disculpe y me puse de pie para camine hacia ellos. Ella me recibió con una enorme sonrisa. Hipócrita.

- Claire, te amo- dije de golpe y de la misma manera sus ojos se abrieron.

-Bueno chicos yo los dejo solos- dijo Noah dándose la media vuelta.

-No- dije secamente sin romper la conexión de mi mirada de la de Claire que cambio de la sorpresa a la intriga. -Creí que debías estar presente para comprobar quien ganaba la apuesta ¿no?-  si no estuviera pegada a su cráneo la mandíbula de los dos hubiera perforado el piso. -Me enamore como un imbécil de ti- le dije con un severo tono y note como sus ojos comenzaban a cristalizarse -Así que ganaste, felicidades y suerte con Liam, son tal para cual- me di la media vuelta y entre al salón inundado de gente ignorando sus llamados.

-Wow fue más rápido de lo que me imagine-que mejor manera de cubrir mi dolor que con ironía.

Camine por el estacionamiento, solo quería llegar a casa, tal vez dormir, tal vez ver tv cualquier cosa que sacara de me cabeza a Claire.

-  ¡Detente! - escuche su quebrada voz a mis espaldas. Me detuve y me di la media vuelta. -Por favor déjame explicarte, yo...

- ¡No quiero que me expliques nada! ¡No me interesa escucharte! ¡No me interesa verte! ¡No me interesa absolutamente nada que tenga que ver contigo! - grite y solo encogió los hombros, estaba asustada. -Así que ten- dije bajando mi tono de voz, tampoco quería que creyera que la golpearía. -Son las llaves de tu auto, toda tu ropa esta en tus maletas y las maletas están en el auto, te facilite el trabajo, así que ahora facilítamelo tu a mí y desaparece de mi vida.

Tome bruscamente su mano y puse las llaves en esta.

Narra Claire

- ¡Ezequiel! ¡Por favor escúchame!- le suplique.

- ¿Que te escuche?- rio amargamente - ¿No te basta haberme mentido estos últimos tres meses?- mi llanto no cesaba -O ¿qué? ¿Me vas a decir que la apuesta era un juego? ¿Una broma?- volvió a reír y sentí miedo. - ¡Claro! ¡Ya se! ¡Te enamoraste de mí y renunciaste a la apuesta! ¡Claro! ¡Qué estúpido que eres Ezequiel!

-Solo...

- ¿Pero sabes que es lo peor?- se acercó a mí solo cerré los ojos, me dolía tanto que me hablara así. A pesar de merecerlo. -Lo peor es que yo sabía cómo eras y no me equivoque- negó con la cabeza -Me equivoque al creerte, al creerte que sentías algo por mí, al creerte que apreciabas a mis hermanos, al creerte esos besos, abrazos y caricias- mire sus ojos estaban llenos de coraje y de lágrimas.

Narra Ezequiel

-Como te has de haber reído de mi- le había mostrado otra parte de mí que nadie conocía, me había entregado a ella sin careta pensando que ella lo había hecho también pero solo había sido un juego, solo su diversión. - Sabes, me arrepiento de todo lo que- camine hacia mi auto y abrí la puerta -Me arrepiento de todo lo que te dije- enfaticé -De todo lo que paso entre nosotros.

La Apuesta [Completa]Where stories live. Discover now