Capítulo III - OTOÑO

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 El Regreso a la Rutina

Cuando Lucia entró muy apresurada en su casa, como si fuera un vendaval. Se encontró a Carlos solo, triste, llorando en la semi-obscuridad de su habitación. Sintió que se le partía el alma al verlo tan triste y desconsolado. Se acercó a él suavemente, lo abrazó con cariño y lo besó con mucha dulzura en la mejilla, como tantas otras veces lo había hecho. Quería aportarle un poco de calma y tranquilizar su alma, se le notaba con una pena y un dolor inmensos.

 –  ¿Qué ha pasado mi niño? ¿Qué tienes? He sentido que me necesitabas, que me llamabas, que te sentías solo y he vuelto junto a ti, lo antes posible. Tranquilo sea lo que sea seguro que tiene solución, todo tiene una solución, solo tenemos que buscarla y encontrarla– Le miró a los ojos con mucha ternura.

        

 – Me han despedido del trabajo y me siento mal, muy mal, realmente mal. Me siento como un inútil que  no sabe hacer nada. He luchado por aprender…–  Dijo entre sollozos–  Y ahora... ¿qué? Me echan de mi puesto sin una explicación, como si no sirviera para trabajar, como si no fuera una persona, solo un número…como si no tuviera sentimientos, como si  no lo necesitará... para vivir.

Carlos sacaba su rabia y su dolor entre lágrimas y sollozos. Sus ojos estaban hinchados y enrojecidos de tanto llorar y de haber dormido poco durante la noche pasada.

       

– Tranquilo solo era un trabajo, encontrarás otro tarde o temprano, no pierdas nunca la esperanza de encontrarlo. Un nuevo trabajo en el que te valoren y te sientas bien como persona y como trabajador, es más uno en el que te sientas muy bien– Lo tranquilizó mientras acariciaba sus mejillas, secaba con sus manos sus lágrimas y rebuscaba en su bolso en busca de un paquete de pañuelos para aliviar su congestionada y enrojecida nariz.

      

– Te necesitaba tanto Lucia, te echaba tanto de menos, necesitaba tanto hablar contigo y sentirte cerca. Esta noche me desperté tan triste y me sentía tan solo, que lo único que deseaba era que volvieras aquí,  me abrazaras y me consolaras como solo tú sabes hacerlo. Me sentía totalmente solo, vacío y asustado ¡Y ahora estás aquí conmigo! Gracias de verdad, te quiero mucho y te lo digo de corazón.– Carlos comenzaba a serenarse y sus ojos comenzaban a brillar felices de nuevo.

 –  Bueno la próxima vez, por favor usa el teléfono móvil– Dijo Lucia sonriendo pícaramente para él. –  Es más práctico que la telepatía y además te aseguras que recibo el mensaje. Eso si la telepatía es más barata...ja ja._ Dejó escapar una pequeña risa de complicidad.

       

– ¡Qué graciosa, ríete de mí! Me sentía muy mal y no quería que renunciaras a tus días de descanso. No me parecía justo para ti– Contestó Carlos, realmente debía sentirlo así. Era lo que transmitía con su mirada y sus gestos en esos momentos.

       

 – Tranquilo, ya estoy bien, soy una guerrera y me repongo fácilmente.– Lo besó en la frente y lo dejó un poco más tranquilo, relajado y contento. Estaba en su habitación, en su pequeño universo, escuchando su música mientras escribía nuevas letras de canciones, de la poesía de sus sentimientos.

Por el pasillo tropezó con Jueves y casi se cae al suelo, justo encima de él. Esto también empezaba a formar parte de las costumbres familiares en su casa, en su hogar, en su particular núcleo familiar.

       

– ¡Chico! Siempre estás en medio y algún día nos vamos a matar los dos juntos. ¡Bueno pequeño, creo que te has ganado el nombre a pulso!– Le dio un beso y se puso a recoger las cosas del viaje, antes de llamar a Blanca y a Sara. Tenía que contarles que ya había regresado e invitarlas a tomar un café, las echaba de menos. Las mujeres siempre tienen mil cosas que contarse en la vida, aunque no hayan hecho nada especial. Evidentemente son tremendamente comunicativas, algunas incluso en exceso. A Lucia le gustaba mucho hablar y expresarse, aunque a veces escondiera sus sentimientos bajo una coraza. Aunque hablará durante largo rato, a veces se daba cuenta que no decía nada.

Desde mi dimensión ©Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon