He vivido una vida tranquila, siempre he sido un tanto diferente a los demás debido a mis problemas alimenticios además de mi altura: a mis 15 años mido 1.83 metros además que tengo una complexión delgada. Mi cabello es café castaño, sin embargo, es tan castaño que parece negro. Mis ojos son café oscuro, pero a la distancia parecen negros. Mi cabello no es definido, no es como el de los japoneses.
Ah, si. Soy Mexicano ya que nací ahí pero he pasado unos años en Japón. Originalmente tenía planeado vivir en México toda mi vida, pero debido a que soy muy flojo mis papás me enviaron a Japón para que se me pegaran las costumbres japonesas. Vaya infierno que viví.
El lado positivo era que me levantaba a las 7 de la mañana ya que la escuela empezaba a las 8, pero salía a las 3 de la tarde y eso debido a que no me había unido a ningún club, pensaba que era una perdida de tiempo. Las tareas eran demasiadas además que no dejaban hacer preguntas, tenías que anotar por tu cuenta y había muuuchas cosas que me volvían loco. Finalmente terminé la secundaria, con ganas de no estudiar nunca más, sin importar que tuviera que trabajar para volver a México.
Un día en vacaciones acudí a una tienda para comprarme algunos mangas y figuras, cuando me detuve en un pequeño callejón para responder una llamada un sujeto pasó por ahí y dejó caer una hoja, decidí recogerla pero cuando busque al sujeto no estaba, recorrí los alrededores y pregunte si lo habían visto, pero nada. Decidí volver a casa y dejar mis cosas, luego respondí la llamada; eran mis papás. Al parecer se habían enterado de mi decisión pero me hablaron, convenciéndome de ir aunque fuera solo para terminar la preparatoria. Estaba un poco estresado ya que no encontraba una preparatoria que me gustara, hasta que me di cuenta que el papel que aquel sujeto extraño había dejado caer era una hoja de inscripción.
-¿Academia Youkai?-dije, preguntándome porque ese nombre.-¿Acaso van Youkais ahí?-me reí por la tontería que había dicho.-Pero que estoy diciendo, los Youkais son fantasías, son criaturas de la creencia Japonesa. Si hay una escuela "Quetzal" no significa que va a haber un quetzal ahí, ¿verdad?-Llené la hoja y la envié a un correo, una semana antes de la entrada me llegó una carta de aceptación junto con el uniforme.
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-¡Que feo uniforme! Por dios. Bueno, al menos si solo uso la camisa y corbata con el pantalón se ve mejor, aunque preferiría que el pantalón fuera negro.-suspiré-Ya que.
Finalmente, estaba esperando el autobús escolar, ya que eso estaba indicado en la hoja de aceptación, llevaba las cosas más importantes para mi ya que supuestamente no podía volver hasta las vacaciones, así que...
-¿Viene todo?-dije mientras miraba varias maletas.-Eso espero.-debido a mi ausencia había dicho a los servicios públicos que no estaría por lo que me cortaron los servicios y me los regresarían cuando volviera, no pagaría nada. Finalmente el autobús llegó, era el típico autobús amarillo que veías en las películas americanas.
-¿Todo eso vas a llevar joven?-me preguntó un señor.
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