14. Narices rotas

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A pesar de que mi recuperación aún no era completa, logré persuadir a Robert para asistir a la escuela, con la condición de evitar la clase de educación física para no comprometer mi salud

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A pesar de que mi recuperación aún no era completa, logré persuadir a Robert para asistir a la escuela, con la condición de evitar la clase de educación física para no comprometer mi salud. Habían transcurrido todas mis clases cuando llegó el último periodo del día, dedicado precisamente a la asignatura que compartía con Jan Di y Min Ji, y la cuál debía evitar, deportes. Había entregado previamente a mi profesor el justificante médico, y él, a cambio, me asignó la tarea de pasar lista y supervisar a los estudiantes mientras él y los demás docentes participaban en una reunión. Me encontraba en un estado de calma, observando detenidamente a cada uno de los alumnos en busca de Jan Di, sin lograr distinguirla entre la multitud. Fue entonces cuando, de manera inesperada, percibí la presencia de alguien acercándose. Mi corazón palpitaba con una intensidad desconcertante, una señal que no supe interpretar hasta que, instintivamente, me giré para enfrentar la fuente de mi inquietud.

—Oye— dijo él, y en ese momento volví a verlo atónita reflejando una mezcla de sorpresa y ansiedad. 

—Perdón, Ji Hoo—, murmuré casi sin aliento, sin realmente comprender el motivo de mis palabras, sintiendo cómo los nervios me impulsaban a alejarme. 

—¿Por qué te disculpas y por qué te alejas?— preguntó curioso mientras sujetaba mi brazo con suavidad para determe.

—Pensé que te estaba estorbando—, confesé, notando cómo su mirada me examinaba con detenimiento, incrementando los nervios en mi interior.

—En ningún momento dije eso—, replicó, atrayéndome hacia él con un movimiento suave, forzándonos a quedar frente a frente. Aunque para lograrlo, él tuvo que agacharse ligeramente. Al percibir mi nerviosismo, soltó una risa ligera y yo, instintivamente, me aparté.

—Bueno, yo solo... continuaré con la lista de asistencia—, balbuceé, aferrándome al cuaderno.

—Déjame ver—, lo arrebató de mis manos con una rapidez sorprendente, y acto seguido sonrió al decir—. Pero si ya está completo—, soltó una pequeña carcajada— Solo venía a asegurarme de que estuvieras bien después del incidente en la piscina. Vi que faltaste tres días—, su comentario me sorprendió; me di cuenta de que sabía más de lo esperado, considerando que no éramos compañeros de clase,  los F4 tienen su propio salón de estudios.

—Sí, estoy bien—, logré decir, tragando saliva y dejando escapar un suspiro intentando parecer más tranquila de lo que realmente me sentía—. Solo enfermé, eso es todo... Por eso falte a clases.

—Tiene sentido. Pensé que te habías asustado y ya no volverías a venir—, dijo mirándome directamente a los ojos, intentando descifrar mis pensamientos.

—¿Acaso tú no te asustarías si intentan secuestrarte?—, repliqué con un tono ligeramente molesto, dada su actitud tan despreocupada frente a una situación tan grave, que evidentemente para cualquier persona tendría un gran peso.

𝓶𝒆𝓳𝓸𝓻𝒆𝓼 𝓺𝓾𝒆 𝓵𝓪𝓼 𝒇𝓵𝓸𝓻𝒆𝓼 🥀 T/N en Boys Over FlowersWhere stories live. Discover now