Capítulo 0: Prólogo

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Sonó la campana, acabaron las clases y guardé mi libro en la mochila.

- Ey, Noboyuki, ¿qué tal con tu padre el otro día? -me preguntó quien se sentaba a mi izquierda, Haru Hashimoto, mi mejor amigo, moreno e inteligente.

- Meeh como siempre -dije agotado con los ojos cerrados.

- ¿Por qué tu padre es tan animado con el tema de la fotografía? -pensó él-. ¿Cuántas habéis hecho esta vez?

- Veinte -abrí las dos manos.

- ¿De lo mismo de nuevo? -se acercó a mi decepcionado.

- De lo mismo de nuevo -miré hacia el frente-. No me mires así, sólo obedecía.

- Suspiró. Bueno, ya que quiere ganar dinero vendiéndolas como referencias para mangas, es normal que quiera coger la mejor.

- Ahí te doy la razón. Ah por cierto, por fin le aceptaron las fotos, un mangaka para una historia shoujo, le gustaron mucho las fotos de los paisajes -decía mientras me colgué la mochila en uno de mis hombros, salíamos de clase y caminábamos por los pasillos.

Seguimos hablan do un poco hasta que vi a lo lejos, al final del pasillo donde estaban las escaleras, lo que me haría sobresaltarme un poco: tres chicas que me odian por hacer buenos exámenes sin esforzarme demasiado. La de la derecha, la más baja, Hayami Izumi, es la mejor de las tres en ese tema, la gano por muy poco, me parece bastante guapa, es de pelo castaño y tiene bastante pecho; la del medio, rubia, con un poco menos de pecho y de mediana altura, es Ima Kurosawa, aprueba de milagro con la mínima nota a pesar de que tiene clases personales y la de la izquierda, Aiko Furukawa, un poco más baja que Kurosawa, me parece también bastante guapa, de pelo negro, no tiene mucho pecho y saca notables, son buenas notas pero mejorables.

- ¿Seguro que no quieres ir por otro lado? Podemos dar la vuelta -me susurró Haru.

- N-No -dije armándome de valor irónicamente-. Que me digan lo que quieran.

- ¿Eh? ¿Estás seguro?

- Sí.

Al casi cruzarnos, empezaron a mirarme mal, yo respondí mirando hacia el techo y Haru simplemente miraba al frente. Al pasarlas, la bajita se giró.

- Noboyuki Sakuma, ya puedes prepararte para el siguiente examen de geografía, voy a destrozarte -dijo la chica de pelo castaño desafiándome mientras sonreía.

A mi no me cae mal ninguna de las tres, es más, ojalá consigan hacer mejores exámenes, realmente si no fuera por su odio hacia mí, no me esforzaría tanto en las notas.

- Claro, te estaré esperando en el trono -me giré y también sonreí-. Quizá esta vez puedas superarme.

- Oye oye, ella no es la única que te va a superar -dijeron las otras dos.

- Reí. Claro, claro, aquí os estaré esperando, sorprendedme.

- Adiós -se giraron y fueron las tres.

- Suspiré. Por lo menos creo que las he dado un poco de motivación.

- A mí también me lo ha parecido jajaja. Bueno, voy a ir mirando un club al que unirme, por cierto, ¿quieres acompañarme?

- Vale, sin problema.

Después de estar un rato mirando clubs y clases...

- Qué, ¿te gusta alguno al final?

- Mmm...Pues me interesa el de taller de manga, pero voy a decantarme por el de astronomía.

Me sorprendí.

- Sabía que te gustaba, pero no tanto.

- Bueno jajaja -se llevó la mano a la cabeza-. Me encantan las estrellas y mirar los planetas.

- ¿Y por qué te gusta tanto?

- Bueno, es un secreto realmente, pero lo principal es porque me relaja mucho cuando lo hago -miró su reloj-. Bueno, me tengo que ir, lo siento, espero que encuentres un club, ¡nos vemos mañana! -se despidió con la mano.

- ¡Vale, gracias! ¡Adiós! -le devolví el gesto.

Volví a mirar los pasillos por donde habíamos pasado por si no me había percatado de algún club, y efectivamente así fue, giré la cabeza a mi derecha, justo al lado del club de periodismo y vi el mejor club para mí, el club de fotografía. Me gusta mucho la fotografía gracias a que mi padre trabaja en ello y me inculcó todo lo que sabe y estudió.

Decidido, abrí la puerta...pero no había nadie.

- Vaya, esto si que no lo esperaba -pensé con los ojos cerrados irónicamente-. Aún faltan unas dos horas hasta que la escuela cierre, no tengo nada mejor que hacer, iré a coger un refresco de café y me sentaré en un sitio aleatorio a mirar Twitter -pensaba mientras lo iba haciendo.

Pasó una media hora desde que me senté y me quedaba solo un sorbo del café.

- Me voy -dije en voz baja para mi mientras me levantaba.

Pero, antes de llegar a levantarme, escuché pasos en la puerta y volví a sentarme ilusionado. La puerta poco a poco se iba abriendo a la par que mi ilusión crecía, hasta que se abrió del todo y escupí todo el café que acababa de sorber: eran Furukawa, Kurosawa e Izumi.

- ¡¿Qué haces?! ¡Eres asqueroso! -dijo la rubia.

- ¡Eso debería preguntarlo yo! ¡¿Qué hacéis aquí?!

- Nos gusta la fotografía -dijo la pelinegra detrás de ella.

- Ah, no me digas... -dije con cara de tonto.

- No pongas esa cara, es repugnante -dijo Izumi apareciendo por detrás de las otras dos mirándome con asco.

- Perdón -dije sin cambiar de cara.

- ¿¡Nos estás escuchando!? -dijeron las tres.

- Chancla -dije aún con la misma cara.

La última fotografíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora