𝐐𝐔𝐄𝐑𝐈𝐃𝐀 𝐃𝐀𝐈𝐒𝐘 ━ harry styles

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Advertencia: contenido sexual y lenguaje vulgar.

Daisy terminó de ponerse su camisón y se sentó en la cama de Harry con las piernas dobladas, espiando hacia el baño mientras él cepillaba sus dientes para quitarse el alcohol de la noche. Harry sólo se había puesto los pantalones del pijama, dejando su torso a la vista. Era extraño que la chica no sintiera que estaba fisgoneando al mirarlo, pero no podía quitarse de la cabeza las palabras de sus amigos.

"Nada como volver a casa para follar y amar a tu esposa, ¿no?"

Era su marido. Se había comprometido con él por el resto de su vida, voluntariamente, y ni siquiera recordaba por qué estaba tan molesta por la idea de ser la esposa de Harry en primer lugar. Él era considerado, cuidadoso, inteligente y muy hermoso. Era una tontería que ella lo hubiera mirado y odiado alguna vez, porque ahora mismo él era todo lo que deseaba. Desde aquella noche, cuando sus padres le lanzaron la bomba del matrimonio, ella asumió que Harry siempre sería Harry.

Daisy nunca había tenido sexo con nadie. La única persona a la que había besado era Harry, excepto por unos cuantos besos en la mejilla de algunos chicos a lo largo de los años. Ella no pudo evitar mirar a Harry y preguntarse si él lo había hecho. Obviamente era atractivo, todas las chicas de la ciudad lo habían deseado en algún momento de sus vidas, pero nunca había oído nada de que Harry también las deseara.

Sin embargo, había un rumor que recordaba. Surgió cuando tenía unos dieciséis años. Una chica llamada Lucille había sido el centro de todo, todo el mundo decía que había perdido su virginidad demasiado joven con un chico en la fiesta de verano que siempre se celebraba en su casa. A nadie le importaba el chico porque la verdadera gracia del rumor era que Lucille tenía sexo fuera del matrimonio, pero el chico sí le importaba a Daisy, porque se trataba de Harry. Al menos eso fue lo que Summer había oído de alguien. Aún recordaba lo mal que se sintió al oírlo, al tener que dejar la escuela antes de tiempo porque su estómago hacía un trabajo horrible reteniendo su almuerzo. En ese momento pensó que era un asco pensar en alguien, especialmente en alguien tan dulce como Lucille, acostándose con alguien tan grosero como Harry.

Pero ahora, viéndolo inclinarse sobre el fregadero para enjuagarse la boca, con los hombros ondulados al moverse, Daisy creyó que estaba celosa. No le disgustaba que Lucille se acostara con Harry, no, le disgustaba que Harry se hubiera acostado con Lucille. Estaba absolutamente desanimada por el hecho de que Harry no hubiera ido con ella. Porque siempre iba tras ella. Siempre bromeando, siempre molestando, siempre avergonzando. ¿Por qué esa vez fue la excepción?

━¿Harry? ━su nombre surgió de sus labios antes de poder pensar racionalmente en lo que quería preguntarle, y cuando él salió del baño con un suave.

━¿Qué sucede? -sus mejillas ardieron de vergüenza. Instintivamente, sus manos alcanzaron el extremo de la cama para tomar la manta de crochet, sus dedos se movían a través de las costuras en un intento de calmar su corazón que de repente latía con fuerza. Decidiendo que no había manera de ignorar su curiosidad ni lo mucho que quería sentir la piel de él bajo la punta de sus dedos, rápidamente escupió su pregunta.

━¿Echas de menos tener sexo?

Por un momento, Daisy pensó que Harry podría haberse enfadado. Había un destello en sus ojos, uno de molestia y frustración. Comenzó a percibir una disculpa construyéndose en su lengua, hasta que Harry se movió para sentarse en el borde de la cama junto a ella.

━¿Qué es lo que tienes en mente, Daisy?

Se sentía un poco como una niña por el tono que él usaba, como si pensara que ella estaba repitiendo algo que había oído en el patio y no supiera nada sobre ello antes de preguntar. ━Pip y Ollie lo mencionaron, y bueno, te reíste un poco pero fue diferente. Me preguntaba, no sé. No hablamos de cosas personales pero no quiero que tú, no sé, sufras porque piensas que no tengo ni idea o...