Prólogo.

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La primera vez que nos cruzamos tenía quince años. Me resultaste interesante desde el primer momento en el que te presté atención, después de todo siempre estuviste ahí.

Tu personalidad fue lo que logró cautivarme por completo. Eres selectiva y sabes a quienes quieres y a quienes no. Nadie quiere estar contigo, te temen y hasta odian el hecho de tener que pronunciar tu nombre. Es estúpido tenerte miedo, no eres mala, simplemente eres distinta a lo que solemos estar acostumbrados.

A veces quiero abrazarte una vez más como lo hago en mis sueños pero eso es algo que nadie debe saber. Tus recuerdos en mi mente son un secreto que mantendré hasta el día en el que vuelvas por mi. Nadie puede ni debe saber que aún te extraño, ni que por momentos te necesito.

En algún punto las esperanzas que tenía de que regresaras comenzaron a morir y, a lo largo de los años, el sentimiento de necesidad hacia tu persona comenzó a irse. Sin embargo, fuiste tan importante para mí que decidí quedarme con tu recuerdo y guardar una minúscula partícula de esperanza por tu regreso.

Es gracioso. No soy dependiente de ti pero siempre te estoy pensando. Sé que lo que soy no es gracias a ti pero creo lo contrario. Supongo que mi apego a ti es gracias a la función que cumples en el mundo. No lo sé, alguna vez me dijeron que nada de lo que me mantenga vivo es una estupidez, supongo, entonces, que esperarte no es tan estúpido como creía.

A pesar de todo, me gustaría ponerle fin a todo lo que siento por ti. Me gustaría poder olvidar tus ojos en los que a veces podía ver un pedacito de cielo. Me gustaría hacer tantas cosas sin pensar en ti pero no puedo y me estoy hartando de eso.

Intento hacer como si no existieras, como si no fueras nadie para mi pero siempre vuelves a aparecer en el momento exacto en el que te estoy olvidando. A veces pienso que lo haces a propósito, que sabes que me estoy por olvidar de ti y por eso te apareces unos segundos al frente mio, logrando que todo mi esfuerzo por olvidarte se vaya bien a la mierda. Otras veces pienso que el problema en realidad soy yo, que no puedo superarte o que quizás tengo miedo de hacerlo. No lo sé, es raro, porque sí, quiero olvidarte y hacer mi vida de nuevo pero extrañarte es como un viejo hábito del que nunca voy a poder deshacerme. También es triste y hasta patético de mi parte pero nada puedo hacer para evitarlo. Lamentablemente, eres la única mala adición en mi vida o al menos eso dicen los que me rodean y es por eso que he decidido dejarte ir por completo si no vuelves en cierto tiempo.

Hoy, 31 de marzo, he decidido esperarte durante las 30 noches del mes de abril. Si no vuelves en ese tiempo, te olvidaré por completo y buscaré algo por lo que mantenerme vivo nuevamente sin tener que recurrir a ti hasta el final de mis días.

Noches en vela; Regulus Black.Where stories live. Discover now