Irresistible Deseo

Capítulo 27 Amor

Cayo dormida entre mis brazos. Había pasado de la felicidad a sentirme un bastardo. No supe qué responder a la declaración que me hizo. No era la primera vez que una mujer me declara su amor. Pero yo nunca había declarado mi amor a una mujer. Jamás estuve lo suficientemente cerca de enamorarme. Pero con Shantal todo es diferente, no la quiero lejos de mi, la necesito, me gusta sentirla conmigo. ¿Acaso es amor?

Me niego a algo de lo cual no estoy seguro. Recuerdos de ella inconsciente en el hospital me llegan como dagas. Allí pude sentir que ella no era solo un irresistible deseo, la quiero, pero ¿la amo?. Me siento feliz de saberla mía, de tener la certeza de que sus sentimientos son exclusivamente para mi.

Veo cómo se remueve entre mis brazos, la observó dormir. Tiene la boca semiabierta. El cabello rizado y castaño es un caos, totalmente revuelto. Pero sigue siendo hermosa. La suavidad de su piel blanca, esos labios rojos por tanto besarnos. Me gusta cuando sus ojos me miran, el azul intenso de su mirada es como adentrarse en el mar. Le doy un beso en la frente y cierro los ojos, quiero dormir sintiendo el calor de nuestros cuerpos, sabiendo que no huirá más, porque ella me ama.

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Me muevo cuando el sol me da en la cara. Llevo una de mis manos al rostro, mientras que busco a mi fierecilla a mi lado, pero no la siento. Abro los ojos, examinando la habitación. No está su albornoz, pero sigue su ropa en el piso. Escucho el ruido del agua cayendo en la ducha. Miro mi celular, son las tres de la tarde. ¿Como dormí tanto tiempo? Me incorporo para alcanzarla en la ducha.

Veo su cuerpo desnudo en cuanto abro la puerta de la ducha, una de las mejores vistas de mi vida es ver su cuerpo desnudo bajo la lluvia artificial, es como darme la bienvenida. Me acerco hasta acariciar su espalda, haciendo que ella salte, me encanta tomarla por sorpresa. Sus ojos me miran con nostalgia, pero a pesar de ello me regala una sonrisa, intentó decirme algo, pero no la dejé, estampé mis labios sobre los suyos. Me encanta callarla de esa manera, es como mi marca especial.

La levanté en mis brazos, ella me rodeó con sus piernas, nos besamos entre juegos para ver ¿Quien enjabona a quien? Una vez limpios, decidí que no podíamos quedarnos a seguir los besos, porque si seguiamos asi no podriamos visitar la ciudad. Aunque moria por devorarla, tambien queria disfrutar solo de su compania, sin sexo, tal vez salir como una pareja normal, solo ir a comer y mostrarle un poco de esa ciudad, la cual me habia acogido algun tiempo mientras estudiaba.

-¿Qué necesitas mi amor?- Sus ojos se agrandaron, no sé si por la pregunta o porque use la palabra amor. Pero era lo que me nació en ese momento, quería llamarla así de ahora en adelante.

-No tengo ropa. Creo que una muda estaría bien - Sonrió.

Tome mi celular y llame a la recepcionista para que subieran mi pedido. Yo siempre controlaba todo, por ello había comprado días atrás un guardarropa en línea, piezas exclusivas. Quería verla sexy, envuelta en lo mejor que había, y sobre todo ver cómo se veía con lo que escogí para ella.

Una vez que ambos estuvimos vestidos de manera cómoda pero elegante. Decidí que salir nos vendría bien, comer en algún restaurante y recorrer la ciudad. La llevé hasta la calle Piazza del Colosseo, frente al Coliseo Romano, donde conocí varios restaurantes que me gustaba visitar durante mi estancia estudiantil en Roma.

Degustamos de un spaghetti alla pescatora, y un spigola al forno con patata, lo que acompañamos con un vino. Shantal era amante del Tiramisú, así que tras el postre, quedamos satisfechos y listos para emprender nuestro recorrido por Roma. Por supuesto que dado que estábamos frente al Coliseo romano, hicimos nuestra primera parada. Le pedí a mi seguridad que solo un anillo de dos hombres nos siguieran, para no llamar demasiado la atención. Aunque no estábamos en Francia, y nadie sabía que estaba en Roma, no me gustaba correr riesgos, menos con Shantal a mi lado.