Limbo

2. Temor

Alex abrió la puerta, y se quedó sorprendida, ahí estaba William con un ramo de rosas que supuso que eran para Kara.
–Hola, espero no haber tardado tanto, a estas horas es algo difícil encontrar tiendas abiertas, y bueno no quería llegar sin algo– Esto lo dijo sin despegar su vista de la rubia, Kara solo pudo darle una sonrisa amable, no es que no le gustarán sus detalles, si no el hecho de que por alguna razón se sentía mal, sentía que traicionaba a Lena, pero ella que tenía que ver aquí? Kara no le debía nada a la azabache, así que tal vez, porque no? Darle una oportunidad al hombre que estaba en su puerta; Así que elimino todos los pensamientos relacionados con Lena al menos por esta noche.
–William no tenías que traerme nada.
–Lo se, pero quería– Kara rio nerviosamente mientras lo invitaba a pasar, todos lo saludaron alegremente, pero no estaba preparada para lo siguiente, el reportero se acercó y depósito un beso en la comisura de sus labio, mientras ella estaba en shock, Alex la veía con una sonrisa en su rostro y le hizo señas para que la siguiera a la cocina, y lo hizo, ignorando el par de ojos verdes que la veían en la esquina del corredor.
Cerro la puerta y siguió a su hermana, se sentía fatal, y seguía sin entender el porque, pero otra vez empujó esos pensamientos al fondo de su mente.
–Tu y William?
–Que? No! –Kara se moría por decirle cómo se sentía pero ese sentimiento de culpa la seguía, no podía decepcionar a la pelirroja, así que pensó que sería mejor si evitaba todo tipo de conversación sobre el, pero con Alex cerca eso sería casi imposible.
Decidió ignorar a la pelirroja mientras está la molestaba, y mientras tomaba un pedazo de pastel vio como William se sentaba en el único lugar desocupado, el único lugar que nadie tomaba desde hace mucho, el lugar donde se solía sentar Lena.
Ese momento fue como un balde de agua fría para ella, dolió más de lo que le gustaría aceptar, parecía estúpido pero se sintió como si le arrancarán una parte de su corazón, ese lugar nadie lo había tomado, porque sabían lo importante que era para la rubia, pero ahí estaba el, sentado ahí como lo más normal del mundo, y los demás parecía que no les importaba, no pudo evitar sentir coraje. Cómo pueden estar hablando tan animadamente con el, cuando ocupa el lugar de la que también era su amiga? Que acaso ella era la única que no la olvidaba? Sintió enojo hacia ellos por haber olvidado a Lena, pero se volvió a repetir así misma que exageraba, que era momento de dejarla ir, ya no era su amiga y aún que moría por hablar con ella, Lena no había hecho nada por intentar contactarla, entonces Kara tampoco lo haría, solo pudo dirigirse a la sala junto con los demás y darles una sonrisa, esta noche disfrutaría de su familia, a pesar de que estuviera incompleta.

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Lena decidió pasar por un pequeño oso de peluche, no era más grande que su mano, y bueno en tiempos de fechas festivas los peluches abundaban, ella creyó que sería incorrecto ir a la casa de Kara sin llevarle algo, probablemente la rubia no quería saber nada de ella, pero eso solo era una posibilidad, y por primera vez decidió ser optimista, tocaría su puerta, hablarían, se abrazarían, y volverían a estar como antes, tal vez no sería nada fácil volver a tener lo que tuvieron pero Lena no se rendiría, si tendría de regreso a Kara como amiga, valdría la pena la espera, y aunque en su corazón quería algo más que una amistad, ella no podía arriesgarse otra vez a perderla, así que mientras la rubia estuviera con ella como amiga eso era suficiente para ella.

Estaba del otro lado de la calle del departamento de Kara, suspiro y se obligó a subir hasta el piso de la reportera.

Tal vez debió usar el elevador y no las escaleras, así hubiera llegado primero y no tendría que estar viendo esto, había un hombre de tez morena besando a la rubia, pero porque? Durante el tiempo que estuvieron separadas, ella ya había conseguido a alguien? Ella no le podía reclamar nada, después de todo Kara merecía ser feliz, pero en ese momento no sabía si seguir con su plan o huir, toda su valentía se fue a la mierda cuando vio eso, y si no fuera poco, se le había olvidado que hoy era la noche de juegos, como vería a todos a la cara? Aunque a ella solo le importaba la opinión de la ojiazul.
Podía huir pero ya estaba harta de hacerlo, y así fue como termino en frente de la puerta, en su mano izquierda apretaba el oso de peluche dentro de la bolsa del abrigo, y con la derecha a 5cm de tocar la puerta, contuvo el aliento, era ahora o nunca.