Extraviada

10.9K 356 8
                                    

El hilo del Destino

Capítulo 1: Extraviada

Era una noche fría y nevada.  Ahí estaba yo, vagando en las penumbras, intentando encontrar el camino a casa… Se puede decir que en cuanto a sentido de la orientación no soy muy buena que digamos. ¿Cómo llegue a perderme? Esa es una pequeña historia…

-.-.-.-.-.-Flash Back-.-.-.-.-.-

Estaba en una misión muy importante de rango S: Debía llevar una carta confidencial de la Hokage hacia la Aldea Oculta de la Arena, para que sea recibida por el Kazekage, Gaara. Lo único que se me permitió saber sobre su contenido fue que trataba de jutsus que se estaban desarrollando en conjunto, entre las dos aldeas, para reforzar a las habilidades de los shinobis en caso de una guerra. Por lo tanto era vital que la carta llegara a su destino.

No estaba sola, también habían designado a Naruto como mi compañero de misión. Durante el día recorríamos sin parar los caminos que nos conducirían a nuestra meta, la oficina del Kazekage, haciendo algunas paradas solo para comer algo y descansar unos minutos.

Al segundo día de haber salido de misión, habíamos decidido hacer una parada al mediodía y tener un agradable almuerzo, ya que no habíamos desayunado nada. Encontramos un sitio debajo de unos árboles y nos acomodamos para comer: Naruto tenía un pote de ramen instantáneo, y yo una simple ensalada con apenas cuatro hojas de lechuga y un poco de zanahoria. Intente pedir un poco de su ramen a Naruto, pero cuando quise hacerlo ya se lo había terminado… Baka…

Estábamos acomodando nuestras cosas para partir nuevamente, cuando escuchamos un sonido proveniente de los arbustos. Instantáneamente Naruto y yo adoptamos una posición de batalla. De los arbustos saltaron al ataque dos ninjas ANBU del País del Hierro, uno de los principales enemigos de la Hoja y la Arena.

Uno de ellos tenía el pelo castaño, un poco largo, y llevaba una máscara con la cara de un lobo. El otro era alto y calvo, y su máscara reflejaba el rostro de una especie de ave, o algo así…

-¡Hey, ustedes! ¡Entréguenos la carta y no habrá problemas!- Gritó el calvo

Ante la exclamación del ANBU quedamos perplejos. ¿Cómo podía ser que se hubieran enterado de que nosotros llevábamos una carta? ¿Habrían infiltrado espías en Konoha?...

-¡Ya lo escucharon tontos, si no la entregan sufrirán las consecuencias!- Remarcó el otro.

Ante esto Naruto comenzó a temblar del enojo…

-¡¿A quién llamas tonto, dattebayo?!

-¿No es obvio? ¡A ti idiota!-

Esa fue la gota que rebalso el vaso… Con un gran salto, Naruto ataco a los dos ANBU con uno de sus Odama Rasengan. Una gran cantidad de polvo se levantó y no pudimos ver nada por unos instantes, pero para nuestra sorpresa, cuando el mismo se disipó, pudimos ver a los dos ninjas parados tranquilamente, sin ningún rasguño, como si el ataque nunca hubiera existido. Naruto seguía furioso y continuo atacando, esta vez en conjunto conmigo, ya que optamos por combatir con técnicas de Taijutsu: Si los Ninjutsus no servían, el Taijutsu debía funcionar. Y no es por presumir pero en lo que respecta a Taijutsu soy una de las mejores kunoichis en la práctica debido a mi gran fuerza.

-Sakura-chan, yo me encargo del tipo calvo- masculló Naruto con un tono cargado de rabia.

-Hai! ¡Yo me encargo del otro!- Exclamé

Luego de varios golpes por aquí y por allá, el ANBU calvo le propició un fuerte golpe en el estómago a Naruto y lo envió volando hacia una roca, estampándolo contra ella. Con algo de dificultad logro pararse, pero en ese momento nos dimos cuenta de algo innegable: No éramos competencia para ellos. Incluso yo con mi gran fuerza lo único que podía hacer era dar golpes al suelo y quebrarlo para que el pelicastaño no se me acercara… Al ver que no teníamos oportunidad, Naruto se acercó como pudo hacia mi  y, viendo que los dos ANBUS se habían perdido entre el polvo y no saldrían hasta que se disipara,  murmuró en mi oreja:

-Debes escapar Sakura-chan. Yo los distraeré y me encargaré de ellos, tu solo concéntrate en que la carta llegue sana y salva a manos de Gaara.-

Mis ojos se agrandaron con sorpresa.

-¿Qué? ¡¿Estás loco?! ¡No te dejare solo, son demasiado fuertes!-exclame en un murmullo.

-No te preocupes por mi Sakura-chan, recuerda que pude vencer a Pain, no creo que estos sujetos sean más duros que él… Vamos, corre antes de que lancen el próximo ataque-

Un debate dentro de mi misma comenzó a surgir. No quería dejar solo a Naruto allí con ellos, pero era cierto que la carta debía llegar hacia la Aldea de la Arena y no había forma de librarnos de estos tipos. Luego de pensarlo los únicos dos segundos que tuve, mire a Naruto y asentí con la cabeza. Él, al ver que el polvo ya se estaba disipando, reunió toda la energía y el chakra que le quedaban, activó su modo Kyuubi y saltó hacia adelante, donde supuestamente deberían estar los enemigos. Justo en ese momento me escabullí entre los árboles.

Corría y corría sin parar. Los ANBUS no habían notado mi escape, ya que debían haber estado muy concentrados en Naruto.

Luego de un largo rato, caí en la cuenta de que no me había fijado que ruta había tomado y estaba perdida. ¡No podía ser! No sabía el camino a la Aldea de la Arena, y la carta debía estar ahí esa misma noche. Pensé un rato y se me ocurrió una idea:

-Kuchiyose no jutsu!-

Invoqué a un ave mensajera entrenada de Konoha. Até la carta a una de sus patas y le dí instrucciones de que hiciera llegar esa carta al Kazekage: Estas aves conocían el camino a cualquier lugar, sin importar cual fuera el punto de partida. Asintiendo con la cabeza, el ave emprendió su vuelo.

Luego de esto, comencé a correr de nuevo, buscando el camino a casa, pero cayó la noche y no pude encontrarlo… ¿¿Que diantres hare ahora??

-.-.-.-.-.-Fin del Flash Back-.-.-.-.-.-.

Y así es como terminé en esta situación…

-Estoy muy preocupada por Naruto… espero que este bien- pensé lanzando un largo suspiro.

Luego de caminar durante un tiempo más, me pareció oir un ruido proveniente de la dirección hacia la cual me dirigía. Y como sospeché, enfocando mis ojos en la oscuridad pude ver una silueta.

-¡Por fin alguien que puede ayudarme!- pensé, teniendo en mente que sería algún comerciante o algo por el estilo.

Al acercarme, pude notar y distinguir un rostro, que me era un tanto familiar. No podía ser… acaso??... Mi mente dio miles de vueltas. Parado frente a mi con una expresión sombría y contemplando el cielo, se encontraba el hombre que jamás espere encontrarme en esas circunstancias: Sasuke Uchiha.

 

 

El Hilo del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora