ALMASANA, CARRETERA 905

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La carretera novecientos cinco, es amplia, larga y oscura. Apenas tiene curvas y una vez toman ese desvío desde Las Vegas, casi todo se ve igual. La luna llena es la única luz que, como un farol, permite ver el negro del asfalto y el blanco de las casi rectas y continuas líneas que levemente serpentean, sin nada más que el desierto rocoso de Nevada; tanto a su derecha, como a su izquierda.

Joshua y Kara transitan por esa carretera para cortar camino a Los Ángeles, según el mapa se ahorrarán tres horas y habrán llegado a la ciudad antes de la una de la madrugada. Él conduce y ella se recuesta de él aprovechando el asiento ancho del Cadillac Eldorado Brougham del '57.

—Sube el volumen, esa me gusta — dice Kara y al ritmo de Born to be my baby de Jon Bon Jovi el Cadillac prácticamente se desliza suave y firme por la carretera.

Luego de pasar su primer día de casados, ambos se sienten realizados después de todo; ¿Cómo no habrían de estarlo? Cuando todos los planes salieron a la perfección. No son culpables de haberse enamorado estando casados. Tampoco que el esposo de Kara fuera un imbécil, ni que la esposa de Joshua hubiera perdido el deseo por él. Pero claro, el divorcio no estaba en la mente de esos dos, lo que provocó una secuencia de mentiras y excusas, hoteles y estacionamientos, restaurantes escondidos y casas de amigos.

Hasta que no se pudo más y Jack, aún desconfiado nunca pudo probar nada. Ni tampoco la policía cuando declaran, primero suicidio y luego ejecución por los mafiosos. Y todo el mundo sabe que cuando se trata de la mafia, todo se detiene ahí. La esposa de Joshua fue más sencilla al hacer creer a todos que le había abandonado. "No oficiales. Si ella quiere ser feliz con otro, que se vaya". Y la pobre Susan, llegó tan lejos como su patio trasero y hoy, corroe el pozo séptico junto con el ácido en el que se ha estado cocinando.

—Oh. Esta es mi favorita —dice Joshua soltando el pecho de Kara para subir aún más el volumen. Llenando la noche del desierto de Nevada con el tema "And justice for all " de Metállica y el indicador de velocidad alcanza los ciento setenta kilómetros el Cadillac amenaza con salir volando.

De pronto a lo lejos, una burbuja de luz amarillenta aparece en medio de la carretera. Joshua reduce la velocidad, extrañado de ver un pueblo atravesado por la carretera encendido con faroles y la primera señal aparece al lado derecho:

ALMASANA, NEVADA 20 Kms.

Más adelante:

VELOCIDAD MAXIMA 70 Kms.

—¿Por qué bajas tanto? — Pregunta Kara asomando su cabeza de entre las piernas de Joshua.

La sorprende ver que comienzan a entrar en un pueblo típico del desierto. Con edificios de madera, manchados por el polvo y fango de años. Una gasolinera con un corte antiguo, incluso las bombas con números que giran, en su clásica forma ovalada que brotan del piso. Y para completar la estampa un hombre sentado en el pórtico recostado de modo que las patas delanteras de la silla se balancean.

Y es frente a este individuo que Joshua se detiene para tomar un descanso.

—¿Busca gasolina señor? —Pregunta el lugareño con ese acento que parece vaquero con la garganta reseca.

—No quiero ofenderle, amigo —contesta Joshua sacando un tanque de gasolina del portaequipajes —. Pero estoy seguro que la gasolina en este tanque es más nueva.

El hombre sólo se limitó a reírse lo que da entender de que Joshua tiene toda la razón.

—Esa es una buena máquina que la conduce ahí —le dice el dependiente, aún recostado contra la pared del pórtico.

Sobre las Pesadillas [Completa]Where stories live. Discover now