Al llegar a la cocina, le busco algo que pueda comer. No me da tiempo de nada ya que ella se va directo a la carne cruda que está sobre el estante. Me quedo observando como se come casi la mitad. Estoy impresionada, la verdad.

Una vez satisfecha regresa a mi hombro. Al menos tenemos la misma comida favorita y Julieth no se sorprenderá de encontrar la carne incompleta.

Como siempre, mis padres y yo disfrutamos un tranquilo desayuno -acompañado de los malos chistes de Irrael- Hasta que llega la hora de irse al trabajo. Es esta la parte del día en la que yo me quedo sola en casa, haciendo tareas del hogar o practicando mis habilidades.

Sin embargo, hoy decidí romper mi rutina y salir a la biblioteca del pueblo esperando conseguir información sobre mi nueva mascota.

Decidí ponerme en marcha lo más rápido posible. Necesitaba el tiempo suficiente para investigar.

Finalmente entro a la biblioteca a paso rápido y casi de inmediato empiezo a buscar todos los libros que tengan información de aves.

Ya con cuatro libros en mis brazos, me dirigo a la mesa más cercana y me acomodo en la silla dispuesta a abrir el primer libro. Sin embargo, puedo sentir la mirada de alguien.

Volteo con disimulo hacia los lados, pero no logro atrapar a nadie mirándome. Tal vez estoy paranoica.

Me concentro en leer el primer libro, buscando una imagen que se pareciera al ave, pero nada. Sigo con el segundo y tampoco encuentro nada similar. Así continuo hasta llegar al cuarto libro.

Lo cierro con un ligero sonido de frustración. No hay más libros que estos. Si no hay nada aquí entonces no tengo idea de como saber que especie es mi ave.

Una vez más puedo sentir la mirada de alguien, así que levanto la mirada rastreando todo el lugar. Hasta que cruzo con la mirada de una chica rubia. Ella rápidamente voltea y camina hacia uno de los pasillos.

Me levanto torpemente y camino en su dirección. Registro todos los pasillos pero no la encuentro. Con una última ojeada a los pasillos salgo de la biblioteca y camino a casa sintiéndome alerta.

La sensación de estar siendo observada es muy extraña y perturbadora. Un recuerdo de Liam y yo en la feria se me viene a la mente, cuando creyó que alguien lo estaba observando. En ese momento solo pensé que estaba paranoico, pero ahora lo entiendo.

Lo más probable es que esa dragona sea la misma que nos estaba observando aquella vez.

Desvío mi camino a casa de Liam, a la vez que cambio a mi forma de dragón para ir más rápido. Al llegar Leah me abre la puerta.

-¡Kloe! -Me saluda con una sonrisa que se borra casi enseguida - Luces alterada. ¿Todo bien?

-En realidad, no lo sé -Le confieso.

Hace una expresión de confusión junto a un ademán para que entre -Pasa.

Entro y en seguida me siento en uno de los muebles notando que la casa se siente vacía -¿Y tus padres?

-Ni idea, salieron temprano y nos dejaron almuerzo. ¿Tienes hambre?

Niego con la cabeza y le agradezco por la intención-¿Liam tampoco está?

-Sí, está en su habitación. ¿Lo llamo? -Pregunta leyéndome la mente. Asiento.

[•••]

Al reunirnos todos en la sala comienzo a contarles lo sucedido a mis mejores amigos, incluyendo mis sospechas. Liam no pudo evitar alardear sobre que él tenía razón aquella vez. Y yo no pude negarle eso. También aportó la idea de que esa chica podría ser una acosadora de él, Leah y yo nos echamos a reír en cuánto Liam dijo eso, pero la idea no era tan descabellada.

Después de unos segundos de silencio Leah decide hablar. -Tenemos que averiguar que busca esa chica. La próxima vez que te siga, la acorralaremos y la haremos hablar.

Liam rió nerviosamente y empezó a hablar-No creo necesario hacer eso, tal vez si pensamos más estratégicamente podem...

-Nada de eso. Lo haremos a mi manera, Liam.

Mientras Liam y Leah seguían discutiendo sobre el plan. Mi mente empezó a proyectar recuerdos de la anoche anterior con Ryan, de sus miradas y pequeños gestos que me resultaron encantadores. Definitivamente siento una conexión con él. Tal vez mi mente no lo recuerda, pero mi corazón sí.

De pronto no puedo esperar a la noche para verlo otra vez.

- ¿Por qué estás tan callada? - Me pregunta Leah después de estar casi 15 minutos discutiendo con su hermano. -Seguramente estás pensando en ese chico lobo -Asegura con complicidad.

- Claro que no -Suelto con rapidez-. Estoy pensando... en que debería volver a casa antes de que lleguen mis padres. Ya sabes cómo se ponen.

-Sí, claro. Por eso te sonrojaste -Comenta Liam sárcasticamente.

-Cállate. Yo no me sonrojo -Volteo los ojos y me pongo de pies-. En serio tengo que irme, pero mañana estaré aquí después del mediodía para hablar mejor lo de la acosadora.

-Está bien, mientras tanto yo convenceré a Liam sobre mi plan. ¿A ti qué te parece?

-No lo sé, Leah. No me gusta la idea de acorralar a alguien de esa forma.

-¡Agh! Está bien. Buscaremos otro plan.

-Genial. Hasta luego.

Salgo de la casa de Leah y cambio mi forma para llegar más rápido. Si mis padres se enteran que salí de la casa sin permiso, no querrán dejarme sola hasta un buen tiempo. Ellos suelen ser muy sobreprotectores, especialmente mi madre.

Antes solían llevarme al trabajo, pero me aburría fácilmente ya que no había mucho en lo que les pudiera ayudar. Una vez me escapé y recorrí una pequeña plaza que quedaba cerca, a pesar de no haber durado mucho tiempo mis padres habían notado mi ausencia y me castigaron por un mes y medio. Al principio eran tres, pero mi papá se apiadó de mí y convenció a mamá de acortar el castigo.

Finalmente llego a la casa. Cambio mi forma antes de entrar y me aseguro de que no haya nadie.

Antes de subir a mi cuarto decido ir a la cocina por agua y al llegar me encuentro con mi ave comiendo... No, más bien devorando un pedazo de carne. Al verme se sobresalta, lo cual hizo que su pelaje de los colores del fuego, se volviera literalmente fuego.

Pasó tan rápido que me hizo dudar si lo imaginé. Pero no, estoy segura de lo que acaba de pasar.

El ave, que ahora se ve como siempre, viene hasta a mí y se apoya en mi hombro. No estoy muy segura de qué hacer ahora. He escuchado de aves mágicas antes, e incluso he visto algunas muy particulares. Pero nada como esto.

Subo a mi habitación con el ave de fuego en mi hombro y sus pequeñas patitas se aferran delicadamente a mi piel. Nunca hubiera pensado que un animalito que parece tan inofensivo pudiera hacer eso, sin embargo no me sorprende tanto. Desde el momento en que la vi me pareció especial. Después de un rato pensando en lo que acaba de suceder se me ocurre el nombre perfecto para ella.

Ignis. Definitivamente ese será su nombre.

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Nota: Ignis significa fuego en latín.

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⏰ Última actualización: Oct 31, 2021 ⏰

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