Act. 14: the fallen of the invictus champion

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Narra la autora

El punto del set lo tenía Shiratorizawa, Karasuno ya no podría levantarse... o eso era lo que la mayoría allí presentes pensaban, la luz de la esperanza no se apagó por que regresó a la cancha la única persona que podía parar mejor el avance de Shiratorizawa, Tsukishima. El cansancio pronto haría que algunos comenzaran a responder tarde, eso lo sabía la peligris mejor que nadie y ahora miraba como los chicos se esforzaban por continuar jugando. Una abertura, debían encontrar una pronto si querían que el juego finalmente llegara a su fin pero con ambos equipos siendo tan testarudos costaba ver un pronto desenlace.

----- Senpai, quiero hacerle una pregunta ¿puedo? ----- habló Nori a la joven peligris y esta asintió con la cabeza -----. ¿Por qué escogió a Hinata-kun como su discípulo?

----- Algo me dice que esta pregunta la escucharé más seguido de ahora en adelante, así que formularé una respuesta ----- dijo y dirigió su mirada hacia el pelirrojo que aún jugaba en la cancha -----. Por que cuando lo veo no puedo evitar ver a mi yo del pasado, aunque no lo creas no fue sino hasta tercero de secundaria que finalmente comencé a jugar mejor. Durante mis dos primeros años de secundaria jugaba horriblemente y hacía tantos o más fallos en jugadas como Hinata, mi recepción era el mayor problema de todos y durante ese tiempo ni siquiera llegué a ser titular.

----- ¿Eh? ¿Usted fallando una recepción, senpai? ----- exclamó la rubia sorprendida -----. Ugh, cuesta un poco tratar de imaginar eso.

La peligris rió.

----- Puede que ahora sea buena con las recepciones sin embargo, la razón por la cuál era tan mala jugadora era por que hacía nada había comenzando a jugar volleyball y era una completa novata en todo sentido. Todos en algún momento de nuestras vidas fuimos malos en algo ----- respondió Mizuki.

Flashback [Narra Mizuki]

Realmente cuando comencé a entrenar en el club no tenía ni idea de lo difícil que iba a ser, como nunca antes había jugado las prácticas de recepción, saque y remate eran demasiado complicadas para mí. Cuando salíamos a correr era de las últimas que llegaba a la vuelta, conforme pasaban los meses la frustración comenzaba a apoderarse de mi lentamente e incluso hubieron algunas veces en las que quise renunciar sin embargo, renunciar significaba que me estaba dando por vencida y realmente no quería hacer eso. Así que poco a poco comencé a trabajar en mis fallos, practicaba y practicaba hasta dónde mi cuerpo soportase; lento pero constante iba mejorando.

El primer año lo había concluído sin poder jugar como titular una sola vez, no me sentía enojada por eso por que al final del día muy pocas veces los de primer año se ganaban un puesto como titular y para poder siquiera lograrlo tendría que seguramente ser como él, a veces cuando el entrenamiento del equipo de chicas concluía primero me iba al gimnasio donde los chicos entrenaban. En aquel momento el entrenador estaba dando indicaciones para su próximo partido mientras repasaban quiénes serían los titulares, fue ahí donde me enteré la diferencia que había entre Ushijima Wakatoshi y yo... me sentía tan inútil y patética por fallar siempre en las prácticas, mientras que él con sólo doce años ya era titular del equipo.

Ese día cuando llegué a casa, ya en mi habitación me quedé mirando hacia el cielo del techo preguntándome cómo podría mejorar para llegar a ser tan buena como él, primero tendría que arreglar mi rendimiento físico, luego necesitaría mejorar mi técnica y con esto dejar atrás todos mis fallos. Sería un largo camino uno escabroso pero sentía que si no mejoraba no iba a poder ser digna de su atención, básicamente a partir de ese entonces me comencé a esforzar más y a tomar más enserio las prácticas. Así hasta llegar a tercer año donde no solo ya era titular, sino que hasta era reconocida como la mejor líbero de la prefectura y por ende claro que era más popular que antes.

SHINE  | Ushijima Wakatoshi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora