Parte 13

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Toda la mañana Beatriz no paraba de ponerse nerviosa por tener que atender a su hija y a Samuel, después de todas las decisiones que tomaba en el pasado estaba segura que ese muchacho iba reclamarle algo. Desde que Teo se fue no dejo de sentir alivio pero también depresión, no sabía estar sola, no le importaba lo que diga la gente, ya no.

-¿Necesita ayuda, señora? – pregunta Mireya

Mireya corría hacia Beatriz, la mujer no parecía estar en sus cinco sentidos, había salido la noche anterior, le dolía la cabeza, eso pasaba últimamente, es algo que le da vergüenza a mencionar a su hija, por no preocuparla.

-¿Ya preparaste el almuerzo? – cuestiono

Beatriz sienta por la mesa, toma un vaso de agua y dos aspirinas que le traigo Mireya.

-Sí, todo está preparado, la señorita Carla va estar encantada en volver comer su comida favorita – dijo con mucho entusiasmo

-Voy a estar muy contenta al verla por aquí de nuevo, desde hace tiempo que no llega.

-Y usted seria mas aliviada si habla con ella y le diga lo que sucede.

-Mireya, por favor...

-Lo digo por su bien.

La mujer era fría y muy decidida a hacer cosas como ella quiere, el hecho que esconde algo de su propia hija es algo que le hace no dormir tranquilamente, por eso quería invitarlos para poder verla feliz y por fin aceptar esa relación.

-Voy a ducharme, llegaran pronto.

En cuanto termino con su ducha la mujer decidió elegir que poner, ya podía oír voces de Carla mientras hablo con Mireya, por eso se apuro.

-¡Pero qué guapa estas, mi niña! – le dijo al abrazarla

Samuel sonreirá al ver las dos tan feliz.

-Mireya me trata como si sigo siendo una niña – explico

-Me hubiera gustado verte con diez años – dijo

-Era la chica más hermosa, siempre lo ha sido – responde Mireya

De pronto Beatriz bajo por las escaleras, acercándose a los dos.

-Hola, cariño – le dice a Carla

Carla le mira desde pies a cabeza, hubo algo en ella que le hico preocuparse, se veía diferente, no solamente por decidir aceptar a Samuel sino también se veía muy pálida.

Al girar mirada hacia Mireya, la chica entendió que algo sucede y que ella no sabía qué.

-¿Cómo estás? – pregunta Carla

-Muy bien, me siento mejor cuando tu estas aquí – responde

Beatriz entra en el salón con Mireya siguiéndola, Carla queda con Samuel, tratando a entender porque se comporta de esa manera de repente.

-¿Has visto eso?

-¿Qué?

-A mi mama.

-No sé a qué te refieres.

-Se ve pálida y además tiene esa cara que no pinta nada bien – responde con voz baja

Samuel abrió la boca, quería decirle algo pero Beatriz vuelve aparecer.

-La comida ya está servida – dijo

-Vamos – dice Samuel

Los dos entran en el salón con manos colgadas, sientan por la mesa donde estaba solamente Beatriz. En el salón aun se encontraban fotos viejas de familia Rosón Caleruega, algo que le hacía mucho daño a Beatriz.

Después de ti |CARMUEL|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora