- Capitulo 30-

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-Capitulo 30-

Consus Rothschild


- Que les costaba ser más cuidadosos, saben lo que se nos vendrá encima- les reclame.

- Tranquilo, querido probablemente ella no vio nada- habló Isabella.

Esto no era parte del plan, ella no debía saber de este tipo de vida hasta que fuera el momento aún había cosas que necesitaba saber antes de enterarse de todo.

- Papá... nosotros- intentó hablar Chris.

- CÁLLATE, ¿es que a caso hablo algún tipo de idioma que ustedes no entienden?- le grite.

El solo negó al igual que sus demás hermanos.

- ¡DÍMELO CHRIS! Les dije claramente que no podían acercarse a ella, o al menos no de esa manera ven lo que provocan- dije.

Estaba asustado no quería perderla, no a ella...

- ¿Por que ella es tan importante?- hablo Crono.

- Hijo... no creo que debas- dijo Sofia.

La corte antes de que terminara de hablar.

- Es que a caso, yo les debo explicaciones- conteste.

Se escucharon pasos apresurados fuera del estudio, puse mi mano en mi sien, esto apenas comenzaba.

- ¿Donde esta?

...

Amelie Lambert

Estaba despierta, pero me costaba abrir los ojos, abrí uno y la luz me molestó, gruñí me senté en la cama donde estaba.

Al abrir mis ojos, pude darme cuenta que no esta en mi casa, ni en mi cuarto, ¿que hacía aquí ? Localicé una puerta y me dirigí a ella giré el pomo pero no cedió, había otra puerta esta si abrió.

Pude sentir alivio, un alivio que se desvanecio al darme cuenta que era el baño, suspiré ¿donde estaba?

Gruñí me estaba desesperando, además el dolor de cabeza no ayudaba a concentrarme, no se cuanto tiempo llevaba aquí, ya que no había ventanas, sentada en él suelo pude detallar la habitación.

Era de un tamaño considerable parecía una habitación de hotel, ¿que hacía en un hotel? Había una cama matrimonial, tendida con sábanas blancas, que ahora estaban regadas ya que en un impulso de desesperación las arroje, había una lámpara sobre un pequeño mueble a un lado de la cama, era la única luz que había además de la del baño.

Me estaba desesperando, tiré de mi cabello hacia abajo, mientras agachaba la cabeza trataba de recordar cómo es que pude haber llegado hasta aquí.

Pequeños fragmentos, llegaron a mi mente, yo yendo al patio trasero, el cuerpo de un hombre sin vida, y después nada...

El pomo comenzó a girar, como si la estuviesen abriendo por afuera, tome la lámpara no sabía qué tipo de persona me encontraría.

Y entonces pasó la puerta se abrió, todo pasó tan rápido en un segundo estaba preparada para golpear a la persona desconocida que ya no era tan desconocida, y ahora me encontraba contra la pared con Caleb reteniéndome.

- ¿Qué haces? ¡Suéltame!- hable.

Trate de liberarme pero era claro que Caleb me sacaba una cabeza además de tener mucha más fuerza que yo.

- Te soltaré si te tranquilizas, porque te aseguro que quien pierde aquí eres tú- hablo.

Bufé y asentí, me soltó y el camino hasta sentarse en la cama yo preferí quedarme parada estaba intranquila, aunque creo que fue mala idea ya que Caleb no deja de mirarme lo que me pone incómoda, por no decir muy.

ROTHSCHILD (EN EDICION)Where stories live. Discover now