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eight. i want to hold your hand
LA SEMANA PASÓ DEMASIADO RÁPIDO en opinión de River. O quizás era su imaginación. Solía perder la noción del tiempo la mayoría del tiempo. Lo cual tenía sentido, ya que las consejeras de la escuela han estado con todo esto de ver que querían estudiar una vez que salieran de la escuela. Y decir que River no tenía ni media idea de lo que quería hacer era poco.
Además, la competencia de volleyball entre escuelas se acercaba, y la entrenadora Diane ha estado siendo más fuerte que nunca (¡Salven a la pobre antes que colapse!). Y ella la entendía, querían ganar. Pero...Hope termino por vomitar al hacer tantas planchas y al agitarse tanto. Arruga la cara y sale del baño para ver a su madre esperando.
La mujer niega divertidamente y mira a River, quien ahora esta comiéndose un yogurt.
—Te acabas de bañar y ya te ensuciaste—se queja.
River se aleja cuando está trato de limpiarle la comisura de los labios.
—¡Mamá, yo lo hago!
—Lo siento, es que, ¡Tú amigo llegará pronto!
Su madre tendía ser muy perfeccionista en todo. Y así era siempre aún así Hope viniera. Alejo su mano de su cabello y le sonrió honestamente. Se metió otra cucharada.
—Mamá, es solo un amigo—le recordó—. Vamos a ver una película en la sala, o jugar jenga, no lo sé.
Antes de que la mayor pudiera protestar, unos golpes en la puerta hicieron a River correr hacia la puerta, dejando ver a Daniel una vez que la abrió.
—¡Daniel, llegaste temprano!
—Hola. Sí, nunca me dijiste una hora fija—la miro de arriba abajo—. Te ves linda.
—¿En serio? Que alivio—giró la cabeza viendo a su madre—, alguien me dijo que me veía muy simple. ¡Ven, pasa!
River lo tomó haciéndolo entrar, cerrando la puerta tras ellos. Su casa no era relativamente grande, ni pequeña. Era normal. Todo en su casa era normal.
—Mamá, este es Daniel LaRusso. Te he hablado de él.
—Un placer Daniel—ambos estrecharon manos. River sonrió al ver la incomodidad de Daniel—. ¿De donde eres? No pude evitar tu acento.
—Uh, New Jersey, Newark—la mujer soltó un suave 'oh'.
River señaló las escaleras, hasta que su madre comprendió a lo que se refería.
