Día 4 | Firsts

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Todo empezó por la curiosidad de la infancia. Eran simple niños que se dejaban llevar por lo que otros dijeran; en aquel entonces, la mayoría de sus compañeros hablaban de cosas como un tal "primer beso", que para los Matsukawa y Hanamaki de ocho años era una cosa realmente desconocida. Solo sabían que era algo que dos personas lo hacían cuando eran muy unidas, o al menos eso habían escuchado.

Por ello, su primer beso lo tuvieron cierto día en el cuarto de Hanamaki. En aquel instante, el castaño estaba pasando por una gripe fuerte y se encontraba reposando en su casa. Había faltado a clases, y Matsukawa fue a pasarle las notas del día, aprovechando para quedarse un rato y hablar con él. Se veía bastante mal, por lo que se suponía debía estar distanciado para no ser contagiado también. Se suponía, por supuesto.

De alguna forma Matsukawa terminó uniendo sus labios a los de Hanamaki. Solo los apoyó, los mantuvo en la misma posición durante unos largos segundos hasta que se separaron por falta de aire y el castaño comenzó a toser.

Ninguno de los dos entendía por completo por qué había sucedido. Se escudaron tras la palabra "Curiosidad" y lo mantuvieron así durante un buen tiempo.

Al día siguiente, Matsukawa despertó con fiebre y malestar general. Aun así, lo que había sucedido no se les había borrado de la cabeza a ninguno.

Sobre todo por la sensación suave de los labios del uno sobre el otro. Por ello es que las cosas no se detuvieron allí.

Se besaban a hurtadillas de sus padres cuando estaban jugando, se besaban en los baños del colegio cuando nadie entraba, se besaban en las bodegas viejas de la escuela que nadie utilizaba, se besaban en la biblioteca y, como si fuera una antigua película de romance, lo hacían en una de las hileras más alejadas mientras se ocultaban con un libro.

Se besaban todo el tiempo. No pararon a pesar de que ya no eran niños y debían tener claro de que lo que hacían no era algo que hicieran todas las personas.

Besarse estaba reservado para aquellos que eran especiales, las personas con las que había sentimientos compartidos.

Específicamente, un sentimiento llamado "amor".

Y entonces, ¿por qué seguían haciéndolo incluso estando en la secundaria? ¿Por qué, a pesar de que sabían que no era del todo correcto, eran incapaces de detenerse?

Eso era lo que Hanamaki se preguntaba siempre.

—M-Mattsun, espera... —murmuraba Hanamaki, apoyando las palmas de sus manos en el pecho contrario. Sus palabras fueron interrumpidas por otro beso intenso que parecía querer consumirlo por completo.

Matsukawa lo atrajo enredando los brazos alrededor de su cintura y caminó hacia atrás, chocando contra la puerta del almacén. Los dientes del pelinegro jalonearon su labio inferior, sacándole un sonido que extraño que lo avergonzaba siempre. Aunque el muy idiota de Issei siempre decía que le gustaba escucharlo.

Besos azucarados |MatsuHana Fluff Week 2020|Where stories live. Discover now