Día 3 | "I think I love you"

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Hanamaki estaba a punto de recibir una confesión

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Hanamaki estaba a punto de recibir una confesión. Lo sabía con total claridad. Sus nervios estaban a flor de piel y las pupilas de sus ojos se trasladaban de un lugar a otro, sin saber muy bien dónde fijarlos.

Estaba de pie en medio del patio trasero, muy cerca de las canchas de fútbol de la escuela. Podía escuchar en la lejanía el choque de los balones y los gritos y risas de los estudiantes. Aun así, donde él estaba no pasaba ni un alma y eso le hacía sentir incluso más ansioso de lo que ya estaba.

Ahora que lo pensaba, era una escena típica de anime de romance. Aunque había algo distinto.

En ocasiones así, la persona que esperaba la confesión en el lugar acordado usualmente no tenía idea de quién era el que se iba a confesar. Eso era lo llamativo en casos así porque nunca sabías quién podría llegar o al menos eso era lo que mostraban.

Sin embargo, aquel no era su caso. Él sabía quién era la persona que se le iba a confesar. Lo conocía mejor que nadie, en realidad.

Después de todo, Hanamaki estaba allí en una especie de juego que él mismo había iniciado. Aunque no se había esperado en lo absoluto ese cambio de eventos repentinos.

Se rascó la cabeza, pateando una piedrecita que había delante de su zapato. No llevaba mucho tiempo esperando, mas las palpitaciones aceleradas de su corazón hacían todo más difícil.

Todo había sucedido gracias a una conversación que tuvo dos horas atrás. Estaba grabada a fuego en su mente.

—Sabes, dicen que alguien se confesó de nuevo en la parte trasera del patio —masculló con pereza Hanamaki en ese instante, haciendo rayones desordenados en su cuaderno. No tenía nada más que hacer y estudiar no entraba en su cabeza.

Matsukawa, su mejor amigo, se hallaba sentado frente a él mientras jugaba en el celular. Era el tipo de persona que descargaba muchos juegos a la vez, pero al poco tiempo los eliminaba porque se aburría de ellos. De hecho, su expresión en ese momento no era precisamente feliz.

—¿Ah, sí? —contestó distraído, moviendo sus dedos con rapidez en la pantalla—. ¿Desde cuándo te gustan los chismes?

—No son chismes, solo lo escuché de Oikawa. Él fue uno de los tantos que ha sido llamado allá atrás, de nuevo —respondió, encogiéndose de hombros. Recibió un bufido de Matsukawa.

—Que valientes al confesarse a Oikawa. Yo con solo ver su cara siento un irrefrenable deseo de burlarme de él —comentó Matsukawa, chasqueando la lengua mientras hacía movimientos fugaces en la pantalla.

Hanamaki emitió una risa resoplada, afirmando.

—Entiendo ese sentimiento.

Besos azucarados |MatsuHana Fluff Week 2020|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora