five

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𝙔𝙖 𝙢𝙚 𝙘𝙖𝙣𝙨𝙖 𝙦𝙪𝙚 𝙢𝙞 𝙫𝙞𝙙𝙖 𝙨𝙞𝙜𝙖 𝙫𝙖𝙘𝙞́𝙖
𝙔 𝙧𝙚𝙘𝙪𝙚𝙧𝙙𝙤 𝙦𝙪𝙚 𝙢𝙚 𝙡𝙤 𝙙𝙚𝙘𝙞́𝙖𝙨
𝙌𝙪𝙚 𝙨𝙞 𝙣𝙤 𝙘𝙖𝙢𝙗𝙞𝙖𝙗𝙖, 𝙩𝙚 𝙥𝙚𝙧𝙙𝙞́𝙖
𝘾𝙤𝙢𝙤 𝙦𝙪𝙞𝙨𝙞𝙚𝙧𝙖 𝙫𝙤𝙡𝙫𝙚𝙧 𝙖 𝙚𝙨𝙤𝙨 𝙙𝙞́𝙖𝙨
𝘼𝙝𝙤𝙧𝙖 𝙦𝙪𝙚 𝙨𝙤𝙮 𝙧𝙞𝙘𝙤, 𝙣𝙤 𝙩𝙚𝙣𝙜𝙤 𝙡𝙤 𝙦𝙪𝙚 𝙩𝙚𝙣𝙞́𝙖

𝙔𝙖 𝙢𝙚 𝙘𝙖𝙣𝙨𝙖 𝙦𝙪𝙚 𝙢𝙞 𝙫𝙞𝙙𝙖 𝙨𝙞𝙜𝙖 𝙫𝙖𝙘𝙞́𝙖𝙔 𝙧𝙚𝙘𝙪𝙚𝙧𝙙𝙤 𝙦𝙪𝙚 𝙢𝙚 𝙡𝙤 𝙙𝙚𝙘𝙞́𝙖𝙨𝙌𝙪𝙚 𝙨𝙞 𝙣𝙤 𝙘𝙖𝙢𝙗𝙞𝙖𝙗𝙖, 𝙩𝙚 𝙥𝙚𝙧𝙙𝙞́𝙖𝘾𝙤𝙢𝙤 𝙦𝙪𝙞𝙨𝙞𝙚𝙧𝙖 𝙫𝙤𝙡𝙫𝙚𝙧 𝙖 𝙚𝙨𝙤𝙨 𝙙𝙞́𝙖𝙨𝘼𝙝𝙤𝙧𝙖 𝙦𝙪𝙚 𝙨𝙤...

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Me encontraba muy drogado, algo desanimado. Con lágrimas en la cara en la barra de un bar, con poco dinero en la cartera y acompañado de un corazón roto.

Me sequé las lagrimas, solamente veía mi whiskey, normalmente no pagaría tanto por algo, pero por ahora no me importaba.

— Dame otro tequila. — una voz apareció a mi lado, no me giré a ver, seguramente era otra chica borracha del montón. — ¿Estás bien? — mierda.

Sólo negué, no necesitaba lástima, y menos de una desconocida.

— Oh no, no estás bien. — rió un poco. — Un tequila para mi amigo. — bufé. — Pero qué ánimos. — levanté la vista para ver a mi nueva acompañante, me topé con algo completamente inesperado.

Una peli negra, sus ojos eran cafés con un poco de verde, una sonrisa perfecta y un escote que dejaba mucho a la imaginación. Parecía echa a mano por los dioses y aunque no creía en Dios ni en la religión, automáticamente me hice creyente de ella.

— perdón. — dije, ella rió.

— Te perdono, dime. ¿Quién te rompió el cora? — la vi confundido. — Es obvio que te rompieron el corazón. — dijo en respuesta de mi cara.

— No vale la pena. — asintió.

— Tienes razón, quien te rompe el corazón, no vale la pena ni nombrar. Digo, ni siquiera el dolor que sentís por ella o él vale la pena, porque sos mucho. — dijo segura.

— ¿Cómo sabes que soy mucho para sufrir por alguien?

— ¿Por qué mierda te lo cuestionas? — levanté los hombros. — Flaco, si vos no te la crees, nadie te lo creerá. — sonrió, su sonrisa al parecer era contagiosa, porque yo también sonreí. — ¿Ves?, sos bellísimo nene. — el barman dejó los tequilas sobre la mesa. — Anda, date un shot conmigo. — negué. — ¿me dejarás sola, papi? — relamí mis labios por su apodo y tomé el vaso. — dale 1...2...3 — dijo y ambos tomamos un shot, sentí mi garganta arder e hice una pequeña mueca.

No era fan del tequila pero con tal de seguir con ella haría todo.

— Es horrible el tequila. — Ambos reímos.

𝒐𝒕𝒓𝒂 𝒏𝒐𝒄𝒉𝒆 𝒆𝒏 𝒎𝒊𝒂𝒎𝒊 | 𝑪.𝑹.𝑶Where stories live. Discover now