𝒐𝒕𝒓𝒂 𝒏𝒐𝒄𝒉𝒆 𝒆𝒏 𝒎𝒊𝒂𝒎𝒊 | 𝑪.𝑹.𝑶

one

— "𝘚𝘶𝘱𝘶𝘦𝘴𝘵𝘢𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦, 𝘺𝘢 𝘺𝘰 𝘵𝘦 𝘰𝘭𝘷𝘪𝘥𝘦́
𝘗𝘦𝘳𝘰 𝘴𝘰𝘯 𝘭𝘢𝘴 𝟣𝟣:𝟥𝟦 𝘺 𝘥𝘦 𝘵𝘪 𝘮𝘦 𝘢𝘤𝘰𝘳𝘥𝘦́"

Las luces de la ciudad acompañadas de la luna eran mi iluminación de esta solitaria noche, acabo de salir de una reunión de trabajo, normalmente saldría contento por los billetes de más que adornarían mi cartera, pero hoy no es así. No sabía que llegar a la cima se sentiría tan solitario, digo, ¿de qué me sirve mi gran casa si al final de la noche sólo estoy yo?, me causa ansiedad ya no disfrutar de mi mismo, odio la versión que soy cuando no hay nadie alrededor; todo un perdedor, lleno de miedos e inseguridades las cuales son escondidas por un falso amor propio y un ego elevado ante los demás. Estoy fascinado con mi falsa versión ante los demás y tan decepcionado que no funcione igual cuando estoy solitario.

Después de unos minutos de conducir por la ciudad perdido en mis pensamientos y tomando el camino largo, sin ganas de llegar a casa finalmente llegué a esta, ahora Estaba saliendo de mi r8, apunto de entrar a mi mansión, pero Homer estaba en la entrada, sonreí.

— ¿Por qué mierda no haz ido al psiquiatra? — mi sonrisa se borró por su enojo, pasé de largo de él y me dispuse a abrir la puerta y entrar a mi gran mansión, él iba detrás de mi. — No me evites Tomás. — rodé los ojos y me giré a verlo.

— ¿Qué? — dije desinteresado.

— Dime. ¿Por que no haz ido al psiquiatra?

— Porque no lo necesito. — bufé y me dirigí al pequeño bar para tomar la botella de whiskey que reposaba ahí.

— Vos y yo sabemos que lo necesitas. — dijo serio, yo sólo lo veía mientras tarareaba una canción y me servía un poco de whiskey en un pequeño vaso. — Me preocupo por vos y te chupa un huevo. — reí.

— No necesito que te preocupes por mi. — tomé un poco de mi whiskey, sentí mi garganta arder gracias al alcohol que pasaba. — Si eso era lo único que querías decir, puedes irte, tengo cosas que hacer. — Homer me veía diferente a otras veces. ¿Triste tal vez?, decepcionado, no es la primera vez que me ven así.

— Soy el único idiota que sigue con vos, a pesar de todo. — carraspeó un poco su garganta y se sirvió un poco de whiskey. — Soy el único que sigue aquí aunque seas una mierda de persona. ¿Y adivina qué Cenfe?

— No me digas así.

— Yo te digo cómo me cante el orto. — me quedé callado, era la primera vez que me hablaba así. — Porque sé por toda la mierda que haz pasado, sé todo lo que ella te hizo pasar y sé que estás mal, estás hundido por algo que no puedes superar. — sentí como mis ojos se cristalizaban, respiré hondo, no lloraría. — Estás tan roto que intentas alejar a los demás para no dañarlos, puede que estés en la cima, pero por dentro estás re hundido.