Capitulo 22

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Habían pasado ya una semana y las cosas hasta el momento iban bien.

Harry había vuelto a ser el mismo chico.

Louis había aceptado estar enamorado de Harry, nuevamente.

Anne estaba feliz, ya que su hijo lo estaba.

Pero la felicidad es momentánea, las cosas buenas tienen que transcurrir como todo en esta vida.

 El rizado bajaba las escaleras de su casa mientras veía su teléfono celular, tenía un mensaje aparentemente de Louis quien estaba hablándole desde un número desconocido, anunciándole de que era su número y que lo registrara. Luego le pidió que fuera al castillo, ya que aparentemente tendrían una cita.

Harry no pudo evitar sonreír.

—Mamá estoy saliendo. —anunció Harry y salió de su casa sin escuchar una respuesta de su madre.

Tomó un taxi y pidió que lo llevara a la playa, él recordaba vagamente como llegar pero supuso que no sería difícil.

El poseedor de ojos esmeraldas pagó unos cuantos euros y agradeció al taxista luego de que lo dejara en el lugar indicado. Caminó por la arena mirando hacia todos lados, buscando el castillo.

Ingenuo, pensó un ser viéndolo desde lejos.

Harry efectivamente encontró el lugar y como lo habían hecho antes, toco el timbre esperando a que alguien pueda abrir la puerta. Nadie respondió, pero la puerta se abrió por si sola.

Un poco desconfiado Harry se adentró al lugar, todo se encontraba silencioso. Las cascadas de aguas a lo lejos se podía escuchar y el sonido de las hojas de los árboles chocando entre ellas, también.

—¿Louis?. —interrogó Harry en voz alta.

Comenzó a caminar hasta la entrada del castillo, esta no tenía un timbre y solo podías abrirla con un empujón. Y así fue, la puerta se abrió dejando ver los grandes pasillos elegantes.

—¿Dónde estás, Lou? . —volvió a interrogar Harry.

Caminó por los pasillos mirando a todos lados con pasos inseguros, el lugar era escalofriante gracias a su gran tamaño y el silencio que estaba presente.

—Harry. —los tacones de Ashley resonaron por el lugar. —Qué sorpresa verte por aquí.

Un poco intimidado el rizado saludó. —Hola, ¿has visto a Louis?.

—Hum, si. —respondió y formó una sonrisa sínica en sus labios.

—¿Me dirías dónde está?. —interrogó nuevamente.

—Claro, te llevaré donde esta él. —finalizó y asintió con la cabeza.

Fue la señal.

Unos hombres bastantes largos se acercaron a Harry y lo tomaron por los brazos, uno de ellos acercó un pañuelo  humedecido con cloroformo (*) a su nariz haciendo que él rizado cierre sus ojos al instante.

—Descansa, ricitos de oro. —habló Ashley mirando por última vez al rizado y luego se alejó de él.

-

Louis se movía frenéticamente en la silla queriendo lograr zafarse de las cuerdas que estaban amarradas en sus manos, pies y boca. Estas estaban aseguradas con un nuedo en la silla y eso impedía que se levantaran del lugar.

El mayor sabía que en algún momento eso pasaría, lo sabía. Pero no se sintió capaz de hablar con Harry de eso, no quería arruinar la semana tan linda que habían pasado.

Vaya error.

—Quédate quieto. —ordenó uno de esos seres que se encontraban mirándolo molesto. Ellos trabajaban para Ashley, era obvio que su trabajo era sucio pero recibirían una buena recompensa.

Harry comenzaba a moverse. El líquido llamado cloroformo dejaba de tener efecto.

—Llama a Ashley, comienza a despertar. —anunció uno de los hombre a otro que estaba cuidando la puerta.

Louis miró al rizado que estaba acostado en el suelo, no quería que despertara pues seguramente lo atarían a una silla, al igual que a él.

Ashley llegó al lugar al minuto mirando a Harry quien poco a poco abría los ojos.

—¿Descansaste lo suficiente, ricitos?. —interrogó.

Louis quería mandar a la mierda a Ashley, quería joderla con sus palabras o con golpes pero todo esto era imposible gracias a las cuerdas.

—¿Qué?. —interrogó Harry.

Todos rieron menos Louis y el menor.

—Levántenlo. —ordenó Ashley.

Dos hombres lo levantaron bruscamente.

—Bien, ahora que ambos están lo suficientemente… disponibles, les daré un comunicado. —la situación parecía divertirle a la rubia. —Todo estaba perfecto hace una semana, ¿verdad?. La vida de ambos estaba separada, cada uno tenía una oportunidad de vida nueva pero sobre todo estaban sufriendo. —hizo una pausa. —¿Por qué me alegra verlos sufrir?. —se interrogó. —Se lo merecen.

Harry permanecía con la cabeza baja, completamente intimidado. Ya había visto a Louis y ambos intercambiaban miradas.

—Continúo.  —volvió a hablar. —Bien, como les decía… todo fue perfecto. ¿Pero qué paso?. Louis mandó a la mierda todo, todo y besó a la mierda del mortal. —señaló a Harry. —así que… —retomó la voz tranquila con la que había comenzado. —He tomado decisiones y creo que es justo que ambos las conozcan. En primer lugar, Louis irás nuevamente al juicio pero…¡sorpresa!, no irás solo.

El mayor miró a Ashley intentado adivinar lo que planeaba.

—Irás con Harry. —finalizó.

Louis sintió su cuerpo desvanecerse.

Harry era un mortal, definitivamente los mortales jamás iban a juicios. Pero si iban, nunca salían vivos.

Our Danger. || Larry Stylinson.Where stories live. Discover now