18. La encrucijada de Bobbly

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James se apartó de Bobbly de regreso al sillón. La comodidad de los cojines lo envolvió. Pestañeó varias veces, hasta que finalmente, el sueño lo venció.

 Pestañeó varias veces, hasta que finalmente, el sueño lo venció

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Sus ojos se abrieron con pesadez. El entorno fue confuso en un primer momento, borroso, pero poco a poco todo recuperó el sentido. Reconoció un techo, una pared. Bajó un poco más la mirada y notó su gran nariz, bajo ella su pecho se inflaba y desinflaba en búsqueda de aire.

Bobbly se incorporó de poco en poco.

Dio un pequeño sobresalto de asombro al ver su cuerpo, no había rastro de las cincuenta heridas que recordaba haber tenido.

Luego subió más la mirada, encontrando a su amo James Jerom dormido frente a él en un gran sillón. Sonrió con alegría al verlo, en su mente aún estaban vivas las últimas palabras que le había dicho.

Lo recibió en sus brazos, lo sanó. Estuvo para él cuando más lo necesitó, y en el momento en que despertó luego de un azote del que creyó no sobrevivir, James Jerom también estaba ahí.

Entonces Bobbly supo que tenía algo importante por hacer antes de dar las gracias.

Temía como siempre, por supuesto, pero, esa vez, no se iba a dejar vencer por el miedo, porque, en su corazón, estaba su amo Mago Universal.

Bobbly bajó con suavidad de la cama, procurando no hacer ruido. Cuando terminó de caer en el piso, un suspiro profundo lo tensó. Se giró hacia James, seguía dormido. Respiró con alivio y continuó su trayecto hacia fuera del salón.

El caminar del duende fue preciso y determinado, recorrió gran parte del Templo Universal, hasta que finalmente llegó a las catacumbas. Tomó la misma antorcha de siempre y siguió el mismo camino por la oscuridad.

Cuando el pasadizo entre la pared de la cueva se abrió, Bobbly tomó una gran bocanada de aire. Mantuvo su pecho inflado. Su corazón latía estrepitosamente, tanto que por un instante creyó que saldría de su lugar, pero concentró sus nervios apretando el mango de la antorcha y continuó hacia el gran espejo en el salón, al que le arrebató la sábana que lo cubría.

—Llegas tarde. Detesto que me hagan esperar —refutó la sombra en el cristal.

Lo gruesa de la voz lo estremeció.

—Bobbly lamenta la tardanza, señor.

—¿Señor? —replicó—. No te veo hacer la reverencia que me merezco, alimaña. Y tampoco veo las secuelas de los cincuenta latigazos de púas con los que te ordené golpearte. ¿Te atreves a pasar sobre mí? ¡Soy tu superior! ¡Tú sirves para mí, y harás lo que yo diga! Y lo que tu amo te ordena ahora, duende asqueroso, es que me traigas de regreso el Darkrom.

—¡No! —exclamó, por primera vez firme en su postura, sorprendiéndolo en gran manera—. ¡Bobbly jamás volverá a obedecer a Lord Máximo! ¡Bobbly solo tiene un amo ahora, un amo que se preocupa por él y lo ama como si fuera parte de su familia, y su nombre, es James Jerom!

Mago Universal: Encrucijada temporalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora