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Harry comenzó a entrar furtivamente en mi habitación por la noche.
Desde ese día, cuando me ayudó a decorar mi árbol de Navidad. Ha
estado viniendo. Nunca hay ningún aviso o patrón particular para sus
visitas. Y nunca puedo averiguar realmente qué quiere de mí.

Está actuando como si nada hubiera cambiado. Como si fuéramos
los mismos viejos amigos que siempre hemos sido.

Pero siento como si estuviera bajo mucha presión de sus amigos.

Siempre intentan hacer que él haga cosas estúpidas. Harry siempre está
haciéndolo también. Metiéndose en problemas. No puedo entender por qué.

Ese no es él.

Pero actúa de esa manera para apaciguarlos. Y en la escuela, es
como si yo ni siquiera existiera.

Luego viene aquí por la noche y se cuela por la ventana de mi
habitación, y sólo habla conmigo. De la forma en que siempre lo hemos
hecho. Como si pudiéramos decirnos cualquier cosa.

Él me dijo hace dos noches que deseaba que las cosas fueran
diferentes. Pero no dijo qué. Y se veía tan triste al pensarlo, que todo lo que
quería hacer yo era abrazarlo.

Pero desde ese primer beso, él se ha asegurado de mantener su
distancia.

Y ahora está aquí, tumbado en mi cama junto a mí.

Me gusta cuando hace eso. Porque entonces mi almohada huele a él
también.

No está hablando esta noche. Está callado. Profundo en sus propios
pensamientos. Entonces yo tampoco hablo. Creo que solo estar aquí lo está
ayudando de algún modo. De alguna manera.

O al menos me gustaría creer eso.

Se da la vuelta de costado y apoya su cabeza sobre su hombro,
mirándome.

—Eres la única que conoce a mi verdadero yo —dice en voz baja.

—A veces no sé —le digo—. Pareces tan diferente ahora.

—Pepper —suspira—. Tienes que saber… que ese no soy yo. No
quiero que sea de esta manera. Simplemente no sé cómo solucionarlo.

No tengo la oportunidad de preguntarle de qué está hablando,
porque la puerta de mi habitación se abre inesperadamente. Y allí en el
umbral, con su cara moteada de rojo, está mi padre.
En toda su horrible gloria.

—Harry —gruñe la palabra en un tono que nunca antes había
escuchado en él—. ¿Qué mierda crees que estás haciendo con mi hija?

Harry cierra los ojos y deja escapar un suspiro antes de volver a
mirarme. El pánico se está levantando en mi pecho, y no sé qué hacer. Las
palabras están allí, y estoy intentando que salgan. Para explicarle a mi
padre que no es lo que parece. Pero no tengo oportunidad.

Porque Harry me está mirando en tono de disculpa. Como si lo que
teníamos realmente hubiera llegado a su fin.

—Lo siento, Pepper —dice—. La jodí.

NAVIDAD EN FAMILIA H.SWhere stories live. Discover now