Cap 17

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Meses después...

Me despierto. Mi teléfono está
sonando. Busco la luz a tientas,
tirando las cosas de mi mesita de
noche, mi botella de agua y mi
reloj golpean el suelo. Alcanzo mi
teléfono.

Tzuyu. Me siento, apartándome
el cabello de la frente.

¡No encuentro mi oreja! ¿En
dónde está?. El antifaz que uso
para dormir se ha caído al lado de mi cabeza y cubre mi oreja como una gigante orejera.

—¿Hola?— mi voz es rasposa,
llena de sueño.

Busco mi botella de agua, pero ha rodado bajo la cama.

—Sana.

Me dan escalofríos cuando escucho su voz. Cuando alguien te llama en medio de la noche nunca es algo bueno.

—Sí, ¿qué pasa?— de repente
estoy completamente despierta,
poniéndonme de pie y parándome junto a la ventana.

—Es Jihyo— dice Tzuyu.

Escucho un montón de palabras
después de eso. A penas puedo
encontrarles sentido antes de
que diga algo que hace que me
tambalee.

Pero hay algo que sobresale más
que todo. —No sabemos si lo
logrará.

Voy hacia ellas, hacia las tres.
Después de lanzar ropa en una
bolsa, agarrar desodorante y
solución para lentes de contacto,
despierto a Elkie para que me
lleve a Seattle.

Tomo el primer vuelo, y no
duermo ni un segundo. Aprieto
mis manos entre mis rodillas
y balanceo mis pies en el suelo
hasta que mi compañera de
asiento me pide que pare.

No puedo evitar sentir que todo
esto es mi culpa. Es lógico, pero si hubiese estado alli, tal vez...

Tzuyu me recoge en el
aeropuerto, está parada al pie
de las escaleras con los ojos
delineados en rojo y el cabello
más maltratado y descuidado de lo que alguna vez le ví.

Corro, lanzándome a sus brazos
abiertos, y permanecemos así,
sosteniéndonos la una a la otra.

Trato de no llorar, pero la manera en que sus brazos caen sobre mis hombros... Dios. La perdí.

Las personas seguro nos observan al pasar, pero nosotras no lo notamos.

—¿Es todo lo que trajiste?—
Tzuyu se refiere a mi bolsa.

No me ve cuando se aparta.
Limpio mis lágrimas y asiento.
Nos dirigimos al auto en silencio.
Quiero preguntar un millón de
cosas: ¿Cómo sucedió esto?. ¿Qué
pueden hacer por Jihyo?.

¿Qué estás sintiendo?. ¿En qué
piensas?. ¿Cómo está el bebé?

Subimos a su auto. Noto el
asiento en la parte de atrás, y mi
estómago se aprieta.

Rápidamente me volteo. No
quiero pensar sobre eso. No es
hasta que estamos en la autopista, con la lluvia cayendo de un cielo color carbón, que me dice lo que ha pasado.

—Tuvo una embolia— dice esto,
con cuidado; me imagino que
justo como los doctores se lo
dijeron a ella.

—Fluido se metió en su torrente
sanguíneo mientras la estaban
operando. Causó que fuera
incapaz de coagular, así que
durante la cirugía empezó a
desangrarse.— explica ella
—Coagulación intravascular
diseminada. Después de que Amy
naciera, se llevaron a Jihyo y
no me dijeron nada.

"Amy", pienso. "Dulce".

—Nos hicieron esperar por
siempre. Dios, fue el día más largo de mi vida. No me dejaban verla a ella ni a la bebé. Finalmente, el doctor salió y nos dijo que sus riñones habían caído, y que sus pulmones se llenaron de fluido.
La pusieron en un coma inducido
para ayudar a que su cuerpo se
recuperara.

¡A La Mierda Con El Amor! / Satzu❣️/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora