Cap 5

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Hay líneas definidas y sólidas en
la vida que no deberíamos cruzar jamás. Tener un enamoramiento por el novia de tu mejor amiga es una de ellas.

Aparecer en su trabajo con
frecuencia y beber sus cócteles de
fruta, es otra.

No me gusta tanto como el
Kentucky Fried Chicken, pero,
demonios, esa chica me miró y me dijo que era... excelente.

Excelente, lo cual está por arriba
del promedio. O sea que soy mejor que las chicas normales.

No el perro común. Excelente
como para chuparte los dedos. Me doy cuenta que soy vulnerable y la mayoría de los días me siento como una humana inservible...

Alguien cuya novia la engañó y
dijo que había sido un error. No
quiero que alguien diga que "me
tuvo y luego me perdió". Quiero
que diga que "nunca dejará que
me vaya".

Me apunto para otra clase, y esta
vez voy por algo diferente: barro.
Me gusta la sensación del barro
frio y mojado entre mis dedos.

El barro se trata de números y
porciones que puedes controlar
con tus palmas. Soy mejor con el
barro que con el dibujo. Siento las manos menos torpes.

Hago tazas de café, floreros, platos y luego platones. Todos carecen de simetría, pero me siento tan orgullosa de ellos que tiro el juego barato que compré en el súper mercado y coloco mi vajilla hecha a mano en los gabinetes de la cocina.

Pinto todo en blanco y los salpico
con pintura negra.

Lucho contra el gusto tipo
elegante que, según mi sueño,
aparecerá en diez años. Las
vasijas de porcelana y los nudos
teñidos de decoración, me causan
urticaria.

"Sólo un sueño. Sólo un sueño",
me digo.
Me concentro en crear mi estilo
en este desastre de color. Una chica de muebles elegantes es para Dahyun, no para Tzuyu.

La chica de Tzuyu tiene que ser
colorida y con textura. Cuando
me doy cuenta que estoy evitando las marcas caras por culpa de Tzuyu, me meto en una tienda en linea y compro un par de bulldogs de cerámica francesa.

Nada me controlará, ni Tzuyu
ni los muebles elegantes. Para
emparejar las cosas, remplazo
mis viejos cojines con unos que
encontréen el mercadillo, pero no los toco. O los pongo en el sillón. Compro repuestos en la tienda en línea

También dejo de tomar vino, ya
que también fue algo que empezó por el sueño, pero en algunas noches, cuando me siento muy triste, huelo un viejo corcho que guardo en el cajón junto con otras baratijas.

No es el corcho del vino que
Tzuyu trajo; bueno, no creo que
sea. Fue algo que encontré cerca
de mi bote de basura. Así que
cuando empiezo a ponerlo junto
a la almohada al dormir, no tiene
nada que ver con Tzuyu.

Es un simple corcho del que me he encariñado. En el transcurso del día, lo pongo en mi bolsillo para que vaya conmigo al trabajo y luego a la clase de arte.

***

El barro terminó; me registro
a la clase de pintura con óleo,
deseando mejores resultados a
los de mi clase con Marte. Los
fines de semana, Jihyo insiste
en que vaya a donde sea que ella y Tzuyu vayan.

Jura que no es lástima, y que ya
no estoy en vigilancia en caso
de suicidio, y que Tzuyu de
verdad disfruta de mi compañía,
mientras que ella me necesita por apoyo moral

—¿Apoyo moral para qué?— le
pregunto.

—Apoyo moral de mejor amiga. Osea que me gusta estar cerca de ti, me haces sentir bien— dice Jihyo.

¡A La Mierda Con El Amor! / Satzu❣️/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora