dieciseis

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Venus • 1995

Buenos días Venus— entró mi abuelo a mi habitación.

—Buenos días— abrí los ojos con pesadez —¿ha pasado algo?

—Ayer pasó algo, hoy tendré que ir con Harry— fruncí el ceño.

—¿Con Harry? ¿Qué le ha pasado?— pregunté.

—Los Weasleys te lo contarán todo, ahora cámbiate— salió de la habitación.

Después de ducharme y cambiarme fui al salón.

—Irás con este translador— señaló algo encima de la mesa —, ¿llevas todas tus cosas?— asentí.

—Hasta...— lo miré —¿mañana?— este asintió y dejó un beso en mi frente.

Toqué el objeto y aparecí aturdida en una habitación que parecía no ser de la madriguera. Miré a mi alrededor, y cuando miré hacia la ventana tapada con una cortina oscura alguien abrió la puerta asustándome.

—Venus— me saludó Hermione abrazándome por la espalda.

—Hermione— correspondí su abrazo —¿dónde estamos?

—En el escondite de la Orden del Fénix— escuché la voz de Ron detrás de mi haciendo que una sonrisa se formara en mi boca.

—Ronald— me giré y lo abracé —¿la Orden del Fénix?— pregunté sin soltarlo.

—La Orden del Fénix es una organización formada por tu abuelo para luchar contra Voldemort y los mortífagos— informó Hermione.

—¿Y dónde está Harry?— me separé de Ron.

—En el ministerio de magia— abrí los ojos como platos.

—¿Que ha pasado?

Después de que me contaran todo bajamos al salón.

—Venus— me abrazó Ginny haciendo que su madre se gire.

Saludé a todos y almorzamos.

—¿Subes?— preguntó Hermione quien iba a subir seguida por Ron.

—No, luego— sonreí y volví a mirar a Ginny —¿y estos dos?— le pregunté a la pelirroja.

—No tengo ni idea— se hundió en sus hombros y rió —¿celosa?

—No, para nada, ya sabes que tu hermano es como mi hermano— mentí, realmente estaba muy confusa, la verdad es que sí sentía algo por Ron, pero también parece que Hermione sienta algo por él, y además también siento... cosas por Malfoy. Llevo sin saber nada de él en todo el verano y no ha salido de mi cabeza.

—Ya— me siguió la corriente Ginny —eh, ¿estás bien?— fruncí el ceño.

—¿Qué?

—Te estás poniendo pálida, ¿llamo a mi madre?— negué con la cabeza.

—No, debe ser por el traslador— le resté importancia —iré a descansar.

—Avísame con lo que sea— me giré y subí de nuevo a aquella habitación.

—Venus, Harry ya ha salido, prepárate para ir a la estación— me avisó Hermione desde la puerta.

Sin razón alguna me sentía furiosa, como si me molestara su presencia, como me pasaba el año pasado con las pesadillas.

—Voy— cogí mis cosas y poco a poco las baje.

—¿Te ayudo?— apareció Ron detrás de mi.

—No, gracias— seguí bajando.

—Anda dame— intentó coger una de las maletas.

—He dicho que no, gracias— contesté de mala manera.

—Perdón solo quería ayudarte, pensaba que...

—Perdón— seguí caminando.

—Estás muy pálida Venus— objetó Hermione.

—Me lo ha dicho Ginny— me puse al lado de la pelirroja y salimos de aquella casa.

Una vez en la estación empecé a marearme, supongo que el traslador si que me había hecho efecto.

—Harry— me puse a su lado, miraba a un punto fijo y estaba temblando.

Miré al mismo sitio y sentí que alguien o algo me quitaba la vida. Cerré los ojos.



•••

limerencia; ron weasleyWhere stories live. Discover now