Capítulo 36; Parte 1

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Boris nos insistió toda la noche y quedamos en que le venderíamos, pero qué sería moderadamente y que su hermano no se podía enterar. "Mi dinero y comprare la que guste si es buena, y mi hermano no se enterara" Fueron sus palabras.

Después de tener sexo le dije que debía consumir con cuidado porque ya habíamos perdido varios clientes por sobredosis. Me dijo que estaría bien, que llevaba consumiendo tres años y estaba bien.

Tres días con la cocaína Morgan y lo perdimos. Cada dos días suele comprarnos y los Steven están cansados de venderle. Boris es un hombre grandioso, pero cuando va hasta arriba es un pesado de mierda.

Incluso solo pude tener sexo con él una vez, después de esa noche siempre solía meterse una línea antes y me insistía en que yo también lo hiciera, obviamente lo echaba de la oficina, tampoco es que se moviera tan bien como para meterme coca por él.

Espero que no joda nuestro día, de lo contrario yo misma lo ahogó en coca.

Mis cálculos funcionan y cuando el jeep de Adrien está bastante lejos, Boris abre la bolsa de coca, unta un poco en su meñique y lo chupa volteando los ojos.

— ¿En serio ninguno quiere? No me molesta compartir. — Sonríe sacudiendo la bolsa frente a mi rostro y contengo las ganas de tirarla por la ventana.

— Oye vamos por más gasolina, guarda eso si no quieres que Adrien te vea. — Le advierto cuando veo la gasolinera. Él asiente y guarda la bolsa en el mismo lugar de antes.

»— Bien, esta es la última parada antes de llegar a la cabaña, asique si quieren orinar, háganlo ahora, no voy a parar para que lo hagan a la orilla de la calle cómo salvajes.

Estaciono al otro lado de la bomba viendo a mis amigos y todos bajan rápidamente. Sonrió satisfecha y bajo apagando el jeep.

— ¡Ay Hannaaaa! — Alzo mi cabeza y veo a Tania en la ventana del copiloto en el jeep negro. — Es tan aburrido viajar con Adrien y Ryan.

— Gracias Tania, agradezco mucho tu amistad. — Ryan baja del auto ofendido y camina hacia mi fingiendo desesperación. — Llévame contigo, Hanna. Adrien no quería que el volumen de la música estuviera sobre sesenta.

Rio a carcajadas y tomo la manguera ingresando la cantidad de gasolina que quiero.

— ¡Te oí! — Habla el ruso poniendo la manguera en su jeep.

— Ustedes dijeron qué hacía demasiado frío para venir en el Rubicón sin techo.

— Pero ya no hace friooo, Hanna rescátanos. — Tania hace un puchero.

— No tengo más espacio, y Adrien va a sentirse mal si lo dejamos viajando solo junto a las cosas.

— ¡Acompáñalo tú! Yo manejo el Rubicón. — Tania baja con una sonrisa y su novio alza una ceja en su dirección. — Adrien te quiero, pero necesito cantar con Thomas cuando viajo.

— Ella es su novia, que se quede con él, yo manejo el Rubicón. — Ryan me sonríe y vuelvo a reír conectando la manguera al tanque.

— ¿Adrien qué opinas? — Lo miro divertida y él se cruza de brazos apoyándose en su jeep.

— Llévalos a todos, si no les gusta viajar conmigo, no volverán a subir a mi bebe.

Tania se abraza a su novio dando saltos para besarle la mejilla, el chico sonríe ligeramente y deja su pose seria para tomar su rostro y besarla de ansias.

Se susurran cosas y se ríe bajo en un chiste interno.

La punzada al esófago vuelve y me hace apartar la vista.

Escapando del infierno (+21)Where stories live. Discover now