Capítulo 4

8.5K 742 152
                                    

Lena saltó de la camioneta al suelo.

-Te veo mañana por la mañana - dijo-. Ven temprano, tengo que llevar dinero al taller antes de ir al trabajo. Tienen mi coche retenido y, cuanto más tiempo pasa allí, más averías le encuentran.

-¿Por qué no te quedas tú la camioneta? -preguntó Sam.

-Porque si te hago venir hasta aquí a recogerme y luego tenemos que ir a Wicker Park a por las herramientas, tengo que salir de casa a las seis y puedo evitar desayunar con Kara.

-¿Ya la estás evitando? ¿Significa eso que tu plan no marcha bien?

-Le encanta todo lo que hago -repuso Lena con frustración-. Hace dos noches preparé una cazuela de pescado horrible y anoche hamburguesas de tofu espantosas, pero ella siempre sonríe y me felicita por la comida. O tiene un estómago de acero o me sigue la corriente.

-O es una mujer amable que no quiere herir tus sentimientos. ¿Cuál es el menú de hoy?

Lena sonrió.

-Esta noche toca risotto mal cocido que sabrá como la pasta para el papel pintado. Creo que es hora de pasar a la segunda fase del plan. La decoración. Estoy pensando en un tema magenta mezclado con muchos lazos y fruncidos.

Una mezcla de casa de muñecas victoriana y burdel francés. Cuando acabe con su casa, ella acabará conmigo para siempre.

-Y eso es lo que quieres, ¿verdad?

Lena asintió.

-Sí -murmuró.

Pensó en el beso que habían compartido unas noches atrás, cerró la puerta de la camioneta y dijo adiós a Sam con la mano.

Se sentó en los escalones de la entrada y miró la calle con árboles a los lados.

Después de cuatro noches en casa de Kara, empezaba a estar agotada.

Era muy cansado esforzarse por no bajar la guardia, por mantener las distancias y resistirse a sus encantos.

Suspiró con suavidad.

Tenía que admitir que Kara no se había mostrado ansiosa por repetir la experiencia del beso, y no por falta de ocasiones.

Era indudable que no había disfrutado tanto como ella.

Un escalofrío recorrió su cuerpo y se frotó los brazos a través del abrigo.

¿Cuánto tiempo podía seguir mirándola todas las noches a través de la mesa, imaginándola luego dormida en su cama mientras ella yacía despierta?

No había pasado ni una semana y ya estaba a punto de derrumbarse bajo la presión del deseo.

-Puede que sea hora de buscarse un abogado -murmuró.

Si encontraba el modo de anular el contrato, no tendría que preocuparse de los próximos tres meses, podría marcharse en cuanto el acuerdo le resultara imposible de cumplir, lo que podía ser muy pronto si Kara decidía volver a besarla...

-O quizá no -susurró.

Había otra opción.

Habían acordado pasar tres meses juntas; podía olvidar su cautela y vivir una aventura apasionada con la rubia.

Entregarse a una experiencia que tal vez no tuviera nunca con nadie más.

Y luego alejarse sin remordimientos y con muchos buenos recuerdos.

-¿Lena? ¿Qué haces sentada aquí fuera?

La joven se volvió y vio salir a Kara por la puerta.

Legalmente Suya (Kara G!P)Where stories live. Discover now