-Perdón...- se disculpó aun riendo- Es que...- no pudo continuar porque siguió riendo, Kris lo miraba entre sorprendido y enfadado- No pude evitarlo- se limpio una lagrima que caía de uno de sus ojos. - Tú...me has estado mirando desde arriba hace mucho tiempo, como un pervertido- Kris frunció el ceño.

-No te miraba como un pervertido- se defendió de la acusación.

-No mientas- le dijo Tao mientras lo empujaba por el pecho- Te he visto y he notado cambios en tu pantalón de pijama- Tao miró el pantalón de Kris al nombrarlo.

-¿Qué estas diciendo?- preguntó Kris al tiempo que sutilmente movía su bata para que tapara ese lugar y se hacia el desentendido.

- No niegues, he visto como has desaparecido porque hay un problema ahí- Tao sonrío pícaro y Kris desvió la mirada de Tao, a quien solo le confirmo sus suposiciones- Eres un pervertido- se acerco a darle un beso en los labios, Kris no le correspondió, tenia una combinación de emociones en su interior, entre vergüenza, un poco de molestia y excitación- ¿Que estás pensando ahora pervertido?- preguntó picoteando los labios de Kris que aun no le correspondía algún beso.
-No sabia que tenias esas preferencias-Kris miró a Tao con el ceño fruncido- Es un nuevo lado de ti- Kris atrajo el rostro de Tao con una mano hacia el suyo y estampo sus labios, Tao se recostó en el pasto húmedo que no lo parecía tanto ante la temperatura que comenzaba a incrementar entre ellos, abrió un poco sus piernas y Kris entendió de inmediato, se metió entre ellas importándole poco estar en pijama y en el pasto húmedo por el rocío de la mañana; YiFan apoyó una mano en el pasto y se acomodo mejor entre ese espacio que Tao le estaba dando entre sus piernas.

-Tu sacas muchos lados de mí, que ni yo conocía- le dijo al separarse del beso, Tao sonrío."

Dobló en la última calle que le quedaba antes de llegar a la que daba con el muelle, un portón le hizo frenar bruscamente, un hombre se asomó de la caseta ubicada a un lado del portón, al verlo, presionó un botón; para Kris fue eterno el lapso en el que el portón se abría, sus dedos tamborileaban desesperados sobre el volante, hasta que el portón se hubo abierto lo suficiente como para que pasara el auto, apretó el acelerador y entro como un rayo dentro de la propiedad del muelle. Estaciono el auto en un área cercana al muelle y una pequeña casa y salió del auto, apoyó la espalda en la puerta del conductor y miró el agua del río...sus ojos parecían querer contribuir a esa gran superficie de líquido porque pronto comenzó a salir uno de sus ojos. Kris se cruzó de brazos y con una mano cubrió su boca ahogando un sollozo, joder, joder y joder, estaba ahí, esperando a su hijo y su ex pareja, no sabía que era lo más raro, si estar esperando a su ex pareja, o el cuerpo de Tao, la información era tan chocante que no podía creerlo, y dolía... como el maldito infierno aún cuando la información vacilaba entre ser creíble y no. Su mano no fue suficiente barrera para detener los sonidos lastimeros que solían de su boca y pronto fueron audibles, apoyó su espalda en la puerta del auto y se deslizó hacia abajo quedando sentado en el suelo, entonces abrazó sus piernas mientras sentía el dolor consumirlo, era real...todo era real, si dolía asi, debía serlo.

El sutil sonido del agua moviéndose le hizo levantar la cabeza, el sol pegándole en los ojos con fuerza, arrugó el entrecejo y cerró un poco los ojos, húmedos por el llanto, dejó que su vista se acostumbrara un poco a la luz y levantó una de sus manos para ponerla sobre sus ojos como una visera, la silueta de una embarcación apareció en su campo visul y de levantó rápido, su corazón latiendo en su garganta, por levantarse rápido y por suponer que Tao venía ahí junto con MinKi...

La embarcación se acercó al muelle y Kris caminó hacia el con prisa, aún con el corazón en la garganta, porque estaba seguro que venían ahí...el rostro entristecido de uno de los tripulantes le hizo jadear, el chico amarró el barco a un poste de madera con la intención de que este no se alejara del muelle. Una mujer salió de la cabina y Kris sin escucharla hablar, supo que era ella quien le llamó por teléfono informándole lo de Tao...

Pudimos Ser Felices.Where stories live. Discover now