CAPITULO 1: OFF JUMPOL

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                                       "Llevo seis meses bañado en alcohol, y siento que llevo una semana, tengo una espina en el pecho. Por todo lo hecho que a esto puso fin."

En paz - Walls

1 AÑO DESPUÉS

Ring. Ring. Ring

Con fastidio golpeo el reloj que suena a mi lado. Coloco mi mano sobre mi cara. Cuento mentalmente hasta 30 antes de pararme. Hoy por fin se cumple un año desde que se fue.

No es que lleve la cuenta. Claro que no.

Mentiroso

Tal vez sí.

Camino hacia el baño arrastrando los pies y me veo al espejo, no soy ni la sombra de lo que era hace un año, pero tampoco lo que era hace 6 meses. Ojos cansados, ojeras profundas y negras es lo que predomina en mi cara, mi piel a perdido brillo y ahora es difícil mostrar una sonrisa sincera. Él se llevó todo lo bueno de mí. Mojo mi cara con agua y salgo a alistarme rápidamente. Hoy sería un día totalmente agitado, pero especialmente escogí este día para descansar, a pasos pesados camine a la cocina, abrí el refrigerador encontrándome solo botellas de cerveza, llame rápidamente a alguna tienda para que me envíen comida. Hace 6 meses hubiera cogido una de esas botellas e ir a refundirme a mi cuarto, eso era lo único que hice desde el día en que él se fue, nunca en mi vida me hubiera imaginado que él tuviera tanto poder en mí ¿Cómo es que le permití eso? 

El primer mes estuve en negación, cegado en mi vanidad, tenía la idea de que él no iba a poder vivir sin mí, y regresaría, pensaba que iba a ser un simple berrinche como los que siempre me hacía. Y espere pacientemente. Cuando inicio el segundo mes me comencé a inquietar. Solo tenía noticias cuando Tay me decía, y era un constante "Esta bien" y la necesidad de golpearlo cada vez que terminaba esa oración se hacía presente. A mitad de ese mes la desesperación se apodero por completo de mi cuerpo, no tenía señales de él, y llorar se había hecho una costumbre en mí. Yo nunca lo hacía. El alcohol se convirtió en mi mejor amigo, esperando que llene el vacío que él dejo, bebía en todo momento y no tenía percepción del tiempo, una espina constante en mi pecho se sentía, y dolía como mierda, pero quizá me lo merecía. Porque fue mi culpa lo que puso fin a esto. Lo siguientes meses fue la misma rutina, bebiendo sin parar, lamentando lo miserable que era, no hablaba con nadie, cuando el alcohol se me acababa, llamaba a Arm y Tay para que me traigan más, suplicándoles, casi rogándoles, y ellos lo hacían. Hasta hoy me recuerdan lo miserable que me veía en ese entonces, todo borracho llamando a su celular, aunque sabía que nunca timbraba, lo hacía religiosamente todos los días, y el buzón lleno no me detenía.

Fue a mitad de año cuando toque fondo, probablemente en ese tiempo no recordaría ni mi nombre si me lo preguntaban. Gun se había convertido en algo tan importante para mí.

Mi departamento apestaba como si alguien hubiera muerto ahí. Y sí, yo estaba muerto en ese entonces. Empaques de comida por todos lados, basura acumulada de meses, no había tomado un baño desde hace semanas, y la persona que veía en el reflejo del espejo era irreconocible, siempre me había caracterizado por ser gordito, Gun amaba pasar sus brazos por mi cintura y colocar sus manos en mi estómago, pero eso ya no existía, ojos hundidos, pómulos muy marcados y se notaban mis costillas, era un desastre, fue en ese momento en que Tay y Arm intervinieron, hubo golpes de por medio, gritos, insultos y llanto. Hicieron de todo para hacerme entrar en razón, y no pasó nada, hasta que Tay me enseño un maldito video de él. Estaba con su hermana en la playa, sus hoyuelos marcados, sus labios regordetes.

Tan guapo.

Tan feliz.

Tan brillante.

HeatherWhere stories live. Discover now