Al cabo de un rato se dispuso a ir a la cocina para prepararse el desayuno cuando un timbre la sorprendió. Se dirigió hacia el molesto sonido, abriendo la puerta.

"Hola, bebé" Dijo Lisa con una cajita de bombones roja, adentrándose en el apartamento de Jennie sin siquiera pedir permiso, y dejó la caja en un mueble de la entrada. "Imagino que ibas a desayunar"

"Lisa, vet-" Antes de que Jennie pudiera articular palabra la más alta ya la había agarrado firmemente de la cintura, cerrando la puerta de la entrada con su cuerpo, casi estampándola contra ésta cuando empezó a besarla fieramente.

Por muy molesta que estuviera Jennie, no podía controlar toda la temperatura que empezaba a subir por su cuerpo, y aunque tardase, correspondió al beso agarrándola del cuello y saltando para que la más alta la alzara por los muslos. Lisa no dudó, y con Jennie en sus brazos y sin dejar de besarla, caminó hasta el sofá del salón.

Lisa se sentó con Jennie encima de sus piernas, y no dejaron hueco en sus bocas sin explorar con la ayuda de las lenguas de cada una, en una lucha por la dominancia. Hasta que la falta de aire irrumpió aquel intenso momento.

"¿Y bien? ¿Quieres que me vaya?" Susurró Lisa con voz socarrona.

"Eres una idiota" Jennie, todavía con las mejillas rojas, la golpeó en el hombro y después se aferró a ella abrazándola dulcemente.

"Estás tan linda hoy" Lisa sopló en su cuello y clavícula, provocándole escalofríos a la contraria. A su vez, posó las manos sobre sus muslos desnudos, acariciándolos mientras apretaba su morena piel con las uñas.

"Hmf..." Un gruñido salió de los labios de Jennie, notando como todos los poros de su piel se cerraban ante el contacto de las uñas de Lisa rasgando ligeramente sus muslos. "L-Lisa, ¿qué tal si vamos a desayunar? Los bombones que has traído seguro que tienen buena pinta..." 

"Ya estoy desayunando" Devoró su cuello y acto seguido incorporó el rostro, el flequillo de Lisa cubría sus ojos, lo cual hacía que la actitud que tenía la rubia imponiera más aún. "Túmbate y ábrete de piernas, bebé" Susurró roncamente en su oreja.

Era inexplicable el efecto que tenía Lisa sobre Jennie, por muy molesta que pudiera estar, su sola presencia provocaba en ella una multitud de sensaciones que jamás había podido sentir con nadie más. Lo adorable que podía estar la rubia en un momento podía tornarse totalmente en algo rudo e intimidante, y eso era algo que a Jennie Kim la volvía loca y excitaba a la vez.

Jennie se incorporó y automáticamente se tumbó en el gran sofá, ahora mismo toda la calor guardada en su cuerpo se acumuló en el centro de sus piernas, las cuales abrió lentamente, todo esto sin dejar de mirar a Lisa directamente con sus ojos gatunos. Y para provocarla más, tomó su camisa y empezó a desabotonarla ella misma, botón por botón, desde el escote hasta el final, mostrando su esculpido cuerpo debajo, cubierto solamente por sus bragas negras.

"Dios mío, Jen" Escupió Lisa sin dejar de mirar un solo milímetro de su cuerpo. "Eres tan sexy" Gateó hasta colocarse entre sus piernas, y le quitó las bragas sobrantes lentamente con la boca.

La morena bajó las manos hasta la cabeza de Lisa, acariciando su rubio cabello hasta que lo agarró al notar su lengua recorriendo todo su núcleo lentamente, suspiros y jadeos empezando a salir de su boca.

"Ah... Lisa, más..." Suplicó la mayor ante la desesperación que le estaba generando la lengua de la rubia.

"¿Hm?" Lisa la miró inocentemente, relamiéndose. "No te oigo, bebé, ¿qué dices?" Y volvió a su cometido, esta vez mordiendo el interior de sus muslos antes de seguir con lo que había empezado.

"¡J-Joder!" Jennie soltó un gritito al sentir sus dientes contra su piel. "Por favor, cómeme, da..."

Lisa paró en seco para mirarla fijamente otra vez, sonriendo de forma maliciosa, lo único que le interesaba era oír como salía una palabra de sus labios.

"D-Daddy, por... por favor..." Esos ojos gatunos rogándole de esa manera no pudieron excitar más a Lisa y finalmente se abalanzó hacia su presa, agarrando ambos muslos y colocándolos encima de sus hombros para tener mejor acceso.

La entrepierna de Jennie estaba lo suficientemente mojada como para introducir la lengua sin ningún problema, metiéndola y sacándola sin cesar, a la vez que subía a su clítoris para lamerlo en círculos, succionarlo, e incluso morderlo ligeramente.

"Dios, dios, dios... No pares, daddy" Jennie ya era un cúmulo de estremecimientos y gemidos, su espalda empezando a arquearse al son de los movimientos de la lengua de su pareja. 

La rubia devoraba cualquier rincón que tenía entre sus piernas, de tal manera que los fluidos de la contraria caían por su barbilla. Alzó la mirada para contemplar a la diosa que tenía delante y sin previo aviso introdujo dos de sus largos dedos, provocando que el tono de sus gemidos se elevase todavía más.

"¡¡Aaaahh!!" Sus piernas se abrieron todavía más, su interior adaptándose rápidamente a la longitud de sus dedos, necesitaba sentirlos lo más profundo posible, sabía que a este ritmo conseguiría llegar al clímax pronto. 

Lisa continuaba moviendo los dedos frenéticamente mientras succionaba su ya hinchado clítoris de nuevo, dándole a Jennie uno de sus mayores placeres que tanto le encantaban. Respiración entrecortada, Lisa se incorporó y sin sacar los dedos de su interior, subió hasta quedar a la altura de su rostro, y empezó a embestirla aún más fuerte con la ayuda de un tercer dedo, sin parar de besar y succionar esta vez sus pechos, recorriendo también su cuello hasta llegar a sus deliciosos labios, con los cuales compartió parte de los fluidos que pudo saborear anteriormente.

"H-Hhmm... Dios mío, L-Lisa... N-No puedo... ¡más!" Jennie se aferró a la rubia como si eso salvara su vida, sus pequeñas manos debajo de su ropa arañando completamente toda su esbelta espalda. "¡¡¡Aaaahhhhh!!!" 

Jennie la besó desesperadamente mientras alcanzaba el punto más álgido del orgasmo, dejando escapar el último gemido dentro de la boca de Lisa, finalmente dejando caer su cuerpo de nuevo en el sofá y separando sus labios por la total falta de aire.

"Mi desayuno favorito" Lisa se volvió a relamer y con una sonrisa depositó un dulce beso en la frente de la contraria, separándose un poco para acariciarle el cabello mientras ésta trataba de volver en sí.

"Joder, amor..." El moño de su cabeza ya se había deshecho prácticamente entero. Jennie se incorporó también después de recuperarse de semejante regalo que le había dado hoy su novia, su cara todavía parecía un tomate.

"Lo sé" Soltó Lisa con orgullo mientras se echaba el cabello hacia atrás, sentándose de nuevo en el sofá con piernas extendidas. Otra cosa no, pero el sexo era de sus puntos más fuertes, y eso lo sabía. "Bueno, entonces, ¿quieres los bombones?" Lisa rió, tratando de cambiar de tema.

"Uhh, no, no, no, perdona. ¿Te crees que vas a venir a MI casa, hacerme TODO eso, y TÚ salir impune?" Ya recuperando el aliento y las fuerzas, Jennie se puso de pie, se hizo una coleta rápida y se agachó en el suelo enfrente de Lisa, su rostro quedando justo delante de su entrepierna. "Después de todo esto, estoy segura de que ahora mismo tienes un problema aquí abajo, Lisa" Gateó y llevó una mano a toda su entrepierna, por encima de sus pantalones de chándal, haciendo una gran presión con los dedos. 

Y no le faltaba razón, Lisa estaba realmente mojada.

"Ahora, MI desayuno."

kik → k.jn + l.mn [on hold]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora