-- Yo soy, el jefe. Sí, soy el jefe. Geygey, es mi nombre-- presumía,  Geygey, con las actrices. -- decidlo todas, a la vez. Geygey.
-- Geygey-- repitieron todas, al unísono, mientras reían.
-- Jajajaja, guapas.

-- Ayham, ven aquí. -- Mirad, es este tipo de chicas, que hay en nuestro barrio. Ya!! Mirad, a esas chicas. La diferencia, es evidente.
-- Sanem...
-- Dígame, señor Can? Dígame?
-- Estas son, las chicas, que tú elegiste.
-- Me está gastando, una broma.
-- No-- dijo con un gesto.
-- Sanem, tu misma, elegiste el reparto.
-- Y yo que sabía? Vi las fotos, y me parecían, chicas normales. Esas fotos, son engañosas. Como podía saber, que son diferentes, en persona? Como podía, saberlo?
-- Pues deberías haberte esforzado un poco y haber leer los datos y el peso, de todas las chicas. Venga. Tenemos que terminar con esto y se está dando largo y pesado. Todos estamos cansados. Queremos terminar, todo esto, he irnos a casa. Entendido?

-- Geygey, es vuestro amigo, jaja. Eh sí??
-- Qué dices?-- interrumpió, Ayham.
-- Ah...estamos hablando, de trabajo. Qué haces, en mí lugar de trabajo. Estamos hablando, de negocios.
-- Sanem, me ha llamado.
-- Entonces, ve con ella. Oh, vaya. Qué haces, aquí? -- preguntó Geygey.

-- No tengo idea. Esa es la cuestión. Si creéis que estoy celosa de ellas, os equivocasis. Esas chicas, ni siquiera van a caber en el coche. No nos, sirven.-- dijo ella. 
-- Eres realmente caprichosa-- le dijo-- Geygey.
-- Qué? Ah...perdona, perdona. Estaba hablando, con estas chicas. Sí. No te oído, bien.
-- Llevalas a maquillaje, y peluquería. Date prisa.

-- Ayham.
-- Voy.
-- Ven, conmigo. Puedes reencontrarme, cuatro chicas del barrio?
-- Claro, que puedo encontrarlas. Porqué?
-- Te voy ha contar, mi plan. Vamos.

-- Nos sentamos, ahí? -- preguntó Embre.
-- Sí, claro.
-- Adelante-- le dijo, sacándole la silla.
-- Gracias, señor Embre. Es muy, amable.
-- Las cartas-- interrumpió, el metre.
--Muy amable-- dijo Embre.
-- Gracias. -- Señor Embre, este sitio, es muy elegante. Cuando dijo que quería comer una ensalada, pensé que era algo más simple.
-- No sólo sirven ensaladas, pero las hacen muy buenas. El otro día, te envíe una. No te gustó?
-- En realidad, no pude probarlas el otro día. Aamm, cuando la trajeron, ya había comido, pero tenía tan buena pinta, que decidí comerme la luego. Pero, lo olvide.
-- Señor Embre, disculpe. No debemos, llamar la atención-- interrumpió, un cliente.
-- Bien. Todo está, listo.
-- Cuanto menos,  nos vean juntos, mejor-- dijo, dándole un documento secretamente.
-- De acuerdo. Espero tener, buenas noticias.
-- Será, próximamente-- le dijo, cordialmente. -- Qué tenga, un buen día-- le dijo, a Leyla.
-- Gracias. Adiós.
-- Ya podemos, pedir-- dijo cuando se fue.
-- Sí, vale-- dijo Leyla, confundida.

-- Oye Menahad. Estas chicas, me van a dar, muchos problemas. Quiero que hagas lo que sea, para que se queden horribles. Lo que sea, pero que queden mal. Yo no te he dicho nada-- le dijo ella.
-- Jajajaja. No te preocupes. Es un juego de niños, para mí. Éste es tú anuncio y se hará, como tú quieras.
-- Las maquillaran, según los años 80. -- Párpados azules, y ojos verdes. Que queden horrendas. No se hable más.
-- No te preocupes. Yo me encargo, de todo. Yo me encargo, de todo. -- Guapa.
-- Muy bien-- Señor Can? Todo, bajo control. Vamos.
-- Por donde empiezo, contigo? A ver? Jajajaja.

-- Megmet, me gusta mucho, esta maqueta. Haber si la colocamos, por ahí? Buen trabajo, gracias. -- dijo Aderen. -- Pero que hace, esto aquí? De quién es, este coche? No han dejado, el número de teléfono?
-- Sí no vas ha comprarlo, no lo toques. Sino vas a hacer, un rayon aquí. Es mejor, que te separes de él-- interrumpió él chacal, asustandola.
-- Aahh. Eres tú, otra vez. Vete de aquí, no haces más, que molestarme.
-- Sí... otra.
-- Estamos rodando un anuncio. Conoces al dueño, de éste coche?
-- Pues se parece, mucho al mío. Pero no estoy, seguro. Pero podemos probar. A lo mejor, es el mío-- dijo, abriendo las puertas del coche. Sigo sin estar seguro. Lo siento.
-- Lo que he entendido, que después de tanta cháchara, es que es tú coche. Llevatelo, por favor.
-- Vaya!! Tienes mucho carácter hermana. Confías, en ti misma. De dónde sacas, esa autoestima?
-- Ya te he dicho, que no me llames hermana. Lo ves? Ya estoy, gritando, otra vez. Voy a hacer un rodaje, en esta calle. Y todo lo que tengo que hacer por aquí, es de los años 80. Así que subete a ese coche, tan maravilloso y moderno, y llevatelo de aquí. Llevatelo, de aquí. Eso es todo.
-- Ya entiendo. Me has contado la historia. Vas a grabar un anuncio, que es de los años 80, y quieres, que mueva este coche.  Pero...a quien, le molesta, este coche? A mí no me molesta. Si te molesta, a ti, yo puedo ayudarte. Pero no será, fácil. No tiene, gasolina, necesitamos gente, y no voy ha perder tiempo, haciéndolo. Por favor, y no puedo ponerlo, en otro sitio, y tiene que pagarlo.
-- Un hombre, tan alto como tú, y tiene que hacer todo esto, por dinero. Qué pena, me das. Llevatelo, anda toma-- le dijo, dándole unos billetes.
-- Por esa cantidad, ni siquiera tengo para activar el limpiaparabrisas. Pero lo acepto, como un adelanto, del pago. No te preocupes. Te ayudare. Dame 10.000 liras, y te resuelvo, el problema.
-- 10.000, liras? Me pregunto, si has visto alguna vez, tanto dinero junto? Devuelveme, eso. Ya!! Sabes lo que voy a hacer? Voy a llamar a la policía. Ahora mismo. Eres un sinvergüenza, por lo visto, y un charlatán. Y claro. Se te nota, a primera vista.
-- Sshh. Cuidado, con lo que dices. Si no me pagáis, iptofasto, os vais a largar. Estoy harto, de ti-- le dijo, tirandola al suelo.
-- Aahh. 
-- Lárgate, o te vas a enterar, de lo que es bueno--irrumpió  Osman, al verlo.-- Fuera.
-- No entiendes nada, Osman.
-- Chacal. Te he dicho, que te vayas.-- Ese hombre...no es de nuestro barrio. No es más que, un fanfarrón.
-- Gracias, por ayudarme.

 Soñando Contigo Where stories live. Discover now