JUDAS

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-¿Cuando llegará Delia y su grupo? -pregunto después de un rato de haber llegado de inspeccionar los bosques. 

Mi padre, que está cenando ya en su escritorio levanta la cabeza y me mira cuando interrumpo en su habitación.

-No lo sé, hijo. Ella y Jax supongo que no tardarán en venir.

Yo Jugueteo con los anillos que llevo puesto -sobre todo con el que antes me dio, y que resulta que era de mi madre- en la mano, estoy nervioso, y lo que me ha dicho Jared no me ha tranquilizado en absoluto.

-¿Va sola con Jax? -digo- ¡Pero si íbamos a ir en grupos! ¡Es peligroso ir solo dos!

-Cálmate, Judas, ya. -habla mi padre sin alterarse desde su silla- Delia es fuerte, además sabes todo lo que puede hacer, no le pasará nada. Y ahora vete y come algo, y te comas la cabeza.

Yo suspiro y asiento. Espero que esté bien y que no le pase nada, ella es fuerte, valiente y rebelde. No podrán con ella. Salgo de la habitación de mi padre y camino por los pasillos hasta que llego a mi habitación. Acaricio la barba que tengo sobre mi mentón pensativo. 

Ya deberían estar aquí, pero no es así.



Han pasado unos días desde que Delia se fue, pero aun no ha regresado. Quiero salir a buscarla, pero mi padre me lo ha negado. No se donde pueden estar, o si estará bien, y eso me carcome por dentro. 

Salgo de la habitación y recorro los pasillos lentamente, Delia no sale de mi cabeza ni un segundo.

-Jax está aquí. Acaba de llegar. -me dice mi hermana cuando nos encontramos por el pasillo. 

Yo levanto la mirada y la miro, esperando que sea una broma o que añada que Delia también está aquí, pero ella sabe lo que estoy pensando y niega con la cabeza. 

-Está en la sala donde nos reunimos. 

Después de que lo diga yo salgo corriendo hacia allí. Entro en la sala en cuanto llego y la puerta se abre haciendo un fuerte ruido. 

Allí está Jax, hablando con mi padre, de brazos cruzados. Parece que no está herido pero tiene el gesto contraído. Cuando entro en la habitación los dos paran de hablar impresionados por el gran ruido que he hecho.

De mi cuello cuelgan ahora dos collares, y en uno de ellos tengo el anillo que me dio mi padre, hace unos días me aconsejo que lo llevase allí mejor, y yo le hice caso. 

-¿Dónde está Delia? -es lo primero que digo. 

Los dos me miran, pero mi padre es el primero en hablar. 

-Tienes que calmarte, hijo, estás muy alterado y así no vas a conseguir nada. 

-¿Dónde está Delia? -repito la pregunta, mirando a Jax. 

Veo como traga saliva mientras me mira y reposa su espalda en el respaldar de su silla. 

-Está con Niall, Judas. Delia está con Delia. 

-¿Qué? -digo intentando asimilar lo que me está diciendo. 

-Ahora ella está con Niall. 

-Es imposible... ella... ella me quiere a mi. Se que me quiere a mi. Joder, no puedo perderla.

Salgo corriendo de la habitación y sin pensarlo empiezo a preparar una pequeña mochila con lo más esencial. La quiero, la quiero demasiado como para dejarla ir. Su sonrisa, su pelo, ella es perfecta. 

Estoy demasiado enamorado de ella como para dejarla ir sin luchar. 

Mientras intento coger alguna prenda y meterla en la mochila la puerta de mi habitación se abre bruscamente y veo a mi hermana entrar por la puerta preocupada. 

INVICTAOù les histoires vivent. Découvrez maintenant