Desafío #38: Resultados

Start from the beginning
                                    

Intuía lo que había sucedido y lo que venía ahora para mí. Pero estaba arrepentido.

—Soy un estúpido– dije, y comencé a llorar.
—No estoy hecha para juzgar.
—¿No podría verlos por una última vez?
—No. Tú ya no perteneces aquí.

Bajé la cabeza, resignado.

—¿A dónde iremos?
—Es tu último viaje.– respondió sin más.

Su capucha negra me impedía ver su rostro, pero no tenía interés, sabía lo que había detrás. Entonces levantó una mano y me la ofreció. Su palma huesuda esperaba paciente a que yo la tomara.

—Vamos.

Puse mi mano sobre aquel manojo de huesos. No tenía miedo.

—¿Crees que me hayan perdonado?
—Creo que ellos se preguntan lo mismo.

Y emprendimos la marcha. Ella flotando sobre el suelo, y yo evitando mirar atrás.

***

DeyCross

Título: Silencios

La música retumbaba en mis oídos, la grata voz de Jacob Lee me hacía querer confiar que alguna vez hallaría mi lugar en un mundo tan distante, frío y adverso. Mis manos descansaban en los bolsillos de mi sudadera, el gorro de mi chaqueta me cubría la cabeza y parte de mi frente. Mis pasos eran lentos y sincronizados con el ritmo, estaba perdido dentro de mi yo poco social y frío ser; deseaba hacer mucho pero no lograba nada, respirar me costaba cada minuto un poco más y las lágrimas estaban presas en mis ojos, no deseaba llorar, ¿de qué serviría?

Detuve mi paso por solo segundos y un toque casi imperceptible en mi hombro me paralizó, tal vez la muerte había llegado por mí, no quise voltear pero el peso de aquella mano me hacía pensar que no podría escapar a ningún lugar, quise voltear pero no lo hice y de repente el peso en mi hombro ya no lo sentía pero ahora frente a mis ojos pude ver a aquella presencia, mi sorpresa fue tanta que temblé y mi cuerpo se desniveló, la saliva no bajaba por mi garganta y para mí el tiempo se congeló. Pude ver sus largos cabellos con algunos visos blancos, señales de la edad. Su rostro tenía algunas arrugas pero en su piel se veían bien, sus ojos eran tan redondos que casi veía los míos en ellos, su cuerpo se veía cansado y quizás algo maltrecho. Aún me hallaba en shock, no creía que ella, precisamente ella me hubiera encontrado. Su mirada era cálida, tanto que debía evadirla, su sonrisa era confiable y enternecedora, pero yo... seguía frío, vacío y sobretodo herido. Ambos suspirábamos, nuestros cuerpos decían lo que las palabras cobardes omitían; estaba a tal punto que no podía sentir ni una sola gota de odio por ella, a pesar de ser la responsable al verla no podía odiarla teníamos un lazo más fuerte que cualquier sentimiento dañino. Ella abrió sus brazos y sonrió, y yo sin poder negarme a dicha invitación me lancé hacía ella sintiendo la calidez de su cuerpo, y mi cabeza descansaba sobre su pecho, sentía paz.

—Perdóname —susurró.

—Te perdono, mamá —dije con la voz quebrada.

Sus lágrimas cayeron sobre mi rostro, y mi dolor se calmó, mis pensamientos se detuvieron y mi paz volvió. Sentí que la pieza faltante había encajado de nuevo.

***

TheBlackMoon17

Ni yo lo creía:

—¿James?

Se veía diferente; tenía otro estilo de vestir y de peinado.

—Hola, Elena.

—Me sorprende que estés aquí.

James y yo fuimos novios en la secundaria, y al terminar, quedamos como mejores amigos (lo sé, suena raro, pero es cierto). Quedamos en la misma preparatoria y en el mismo turno. Todo iba bien... Hasta que tuvo novia; su pareja lo separó de sus mejores amigas y de mí... Solo por ser su ex-novia (ni me gustaba, yo tenía y tengo novio), ella había ingresado a la cuenta de mi amigo y bloqueó a algunas de sus amistades; meses después, le permitió hablar con las personas que había bloqueado anteriormente, menos conmigo (explicación no hacía falta). Se me hacía tan absurdo el hecho de que una chica fuera tan insegura y como un muchacho como James se hubiese dejado manipular por ella; él no era así. Ahora, está atrás de mí, queriendo sacar un poco de plática.

—No lo entiendo—dije desconcertada—, ¿qué pasó con tu novia?

—Terminé con Mary.

—¿Y eso?

—Me di cuenta de que no era sano estar en una relación donde te dijeran que hacer y que no hacer, donde revisan tus redes cuando desconfían y te separen de gente increíble—se veía avergonzado—. Me arrepiento de haberle hecho caso; siempre quise que fuésemos amigos.

—¿Por eso me saludabas cuando ella no estaba contigo?

Asintió, serio y con la mirada llena de arrepentimiento.

—Quiero que me perdones—me dio un abrazo—, que volvamos a ser amigos, volver a salir al parque, a restaurantes... Incluso de chaperón—reí—, pero de verdad, me arrepiento mucho de lo que hice y de lo que permití. Yo sabía que me considerabas tu mejor amigo y yo me alejé.

Odiaba el rencor, no soportaba dejar a alguien sin perdón, sin embargo, perdonar no significa olvidar todo; o puedes seguir relacionándote con esa persona, o solo le das tu perdón y lo abandonas en la calle. Mi decisión estaba tomada y nada me iba a detener:

—Te perdono—lo abracé—; acepto tu amistad.

***

jules_guzmn

Detestaba los viernes. Para algunos podía ser el día de irse de fiesta o de irse a la playa pero para mí era simplemente un día normal. No había mucho que hacer. Salía de clases y me dirigía a casa para poder cuidar a mis hermanas. Mientras mi mamá se iba a trabajar al hospital, yo las ayudaba con sus tareas y con la cena. Todo esto había comenzado desde que el señor al que solía llamar papá nos abandonó. Nuestra nueva rutina llevaba con nosotros cinco años.

Había días que extrañaba ser un adolescente normal, extrañaba a mis amigos y salir de vez en cuando. Pero las prioridades cambian cuando surgen imprevistos en la vida. La lluvia es un buen recordatorio mientras camino que la vida puede tener complicaciones. Esto no significa que no puedan ser superadas.

Al llegar a la parada de autobus, me tomo un momento para reflexionar la situación. Mi mamá tenía razón al decirme que llevara un paraguas. Pero ya iba tarde a la escuela y no quería causar más problemas. Estoy metida entre mis pensamientos cuando siento una sombra acercarse. Es una parada de bus, probablemente sea alguien más buscando transporte.

Aunque realmente no lo es. Puedo sentir la esencia de su loción y su calor corporal. No hace falta que me toque para voltear la mirada y saber quién es.

No hace falta que me toque para voltear la mirada y saber quién es.

Enfrente de mi puedo ver al bastardo que nos abandonó cuando las cosas se pusieron difíciles. Al cobarde que huyó antes de que se hundiera el barco. Adelante de mi puedo ver a mi papá en busca de un perdón que ni siquiera se merece.

Puedo sentir la furia invadir mis venas. De repente ya no siento frío aunque este temblando. Miles de palabras pasan por mi mente. Quiero gritarle, herirlo de la misma forma que nos hirió a nosotras con su partida. No entiendo su pensamiento al querer regresar. Ya es muy tarde para eso.

Han pasado cinco años desde que no le importó saber que nos dejaba con miles de problemas para largarse. Ahora que hemos superado esas complicaciones y que hemos aprendido a vivir sin él no tiene ningún derecho a asomarse y preguntar por nosotras. Él para nosotras está muerto, ya no existe. Tenía dos opciones, crear un escándalo y enseñarle que si me dolió su abandono o hacerme la fuerte y largarme de ese lugar para que sepa que lo hemos olvidado y enterrado.

La decisión fue fácil sin mirar atrás me di vuelta y caminé a la próxima estación de buses. Fue la única vez que vi a mi padre.

Desafíos de Novela JuvenilWhere stories live. Discover now