3. ¿Cómo te fue?

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TAMARA.

Después de mis clases voy a la finca con mano derecha, que al parecer será mi chófer, otra vez.

Bajo de la camioneta al llegar a la finca. Entro a la casa para encontrármela completamente vacía, lo cual no me extraña.

Cuando papá va a la "cocina" siempre llega tarde.

Espero a mano derecha en la sala.

—¿Todo está bien, señorita? —me dice al verme en la sala. Lo miro con los ojos entrecerrados.

—¿Cuando dejaras de decirme "señorita"? —él deja ver una pequeña sonrisa.

—Cuando usted pierda la apuesta, señorita —enfatiza la última palabra.

—¿Por qué no pierdes y ya? Me estoy cansando de esta apuesta, llevo 18 días sin comer chocolate ¿Quieres que muera por falta de dulce? —me mira con fastidio, yo me cruzo de brazos.

El último día del año 2017 hicimos una apuesta, él apostaba que yo no podría durar más de dos días sin comer chocolate, y yo apostaba que él no podría dejar de decirme Ara por más de dos días. Quedamos en que, quién lo hiciera primero perdía.

Quien pierda tendrá que ponerse un vestido en la próxima fiesta. Para mí no es muy difícil, pero odio los vestidos, siento que no puedo caminar o sentarme sin que me vean la ropa interior.

Para él si sería difícil y vergonzoso, pero yo me reiría mucho.

—Yo no perderé está apuesta, no quiero tener que ponerme un vestido, señorita —lo miro fijamente, en la misma posición durante unos minutos.

Introduce una de sus manos dentro de su chaqueta y extrae una barra de chocolate.

—Acabe con este martirio, señorita —me lo extiende.

Tengo que pensarlo bien, no quiero ponerme un vestido, pero es mucha la tentación, además no moriré por cumplir esta apuesta. He de admitir que la apuesta fue ridícula, pues yo no tendría que hacer ningún sacrificio, pero mono no se quería arriesgar a qué algo malo le pasará a la hija del jefe.

Me decido por tomar el chocolate, fue mucho lo que pase sin comer uno de estos. Normalmente no puedo pasar un día sin comer, por lo menos, un bombón de chocolate.

—Eres un tramposo, sabes que no me puedo resistir —muerdo la barra. Puedo ver su sonrisa de ganador.

—Eras tú la que quería que esto terminará, era justo que fueras tú quien perdiera la apuesta, Ara —volvió Ara, no me gustan las formalidades, y mucho menos con un hombre que es como mi tío.

—Necesitaba chocolate. Don barriga me estreso hoy —digo con desagrado.

—¿Quien es don barriga? —se muestra confundido.

Empiezo a caminar hacia el patio trasero, él me sigue.

—Es mi nuevo profesor de física.

—¿Que paso con la profesora Palmer?

—Le tocaron otras secciones este año —hago un mohín.

—Y a todas estas ¿Cómo te fue? —bufo antes de responderle.

—Pues, empecemos porque llegue tarde y don barriga casi me manda a castigos —enumero con los dedos—, luego informó que los trabajos, de todas las materias, serían en grupo de dos —le muestro dos dedos, a lo cual él pone los ojos en blanco—, pero lo peor es que me tocó grupo con el chico nuevo, o sea, no lo conozco y no creo que me vaya a caer bien.

Hija de un narco [COMPLETA]✔️Where stories live. Discover now