—Vamos a hacer un ejercicio, haz cuatro columnas... —Espera a que lo haga antes de continuar—. En la primera vas a escribir «lo que sucede»; en la segunda, «lo que piensas»; en la tercera, «lo que sientes»; y en la última, «otras posibilidades». Hagamos juntas uno, en la primera fila escribe «mi madre no viene a visitarme». En la que sigue escribirás todo lo que piensas cuando eso pasa, por ejemplo, lo que dijiste hace rato: «la decepciono porque no soy como Lilibeth», también escribe lo que sientes cuando pasa esto.

Vivian espera a que termine.

—¿Qué pongo en la última? —pregunto.

—Vamos a buscar otras posibilidades de por qué tu madre no viene a visitarte, para que veamos que se puede deber a muchas otras razones.


Lista de las posibilidades por las que mi madre no viene:

1. No viene porque se siente culpable

2. No viene porque no estaba preparada para tener otra hija y no sabe cómo tratarme

3. No viene porque no cree que la necesite

4. No viene porque cree que me hará daño

5. No viene porque está muy ocupada

6. No viene porque es egoísta y no ve otra cosa más que su dolor


No tengo la culpa.

Me llevo una tarea, debo llenar las columnas con los pensamientos que me lastiman y buscar otras posibilidades. 



La segunda semana de Diciembre, para mi sorpresa, mi abuela entra a toda velocidad, como un remolino. No sabía que estaba en la ciudad, aunque sí esperaba verla un día de estos.

—¡Mi niña! —exclama sin dejar de caminar, se aproxima a mí y abre sus brazos.

Es unos centímetros más pequeña que yo, su coronilla llega a mi barbilla. Cuando la abrazo todo se siente correcto y mejor, una cálida sensación me embarga, huele a ella, a su casa repleta de manzanas y canela.

—Abuela, no sabía que estabas aquí —susurro.

—Llegamos ayer, nosotras no sabíamos que estabas en este lugar, de saberlo habríamos venido antes. —Se echa hacia atrás, me mira de arriba abajo y me regala una sonrisa—. Estás más hermosa que el año pasado, ¿cómo es eso posible?

Resoplo y le regreso la sonrisa.

En ese instante otra persona entra a la habitación. Tess traspasa el umbral viéndose fantástica como solo ella sabe. Recuerdo que cuando la vi la primera vez pensé que era la persona más hermosa que había visto. Sus vidas no fueron sencillas, no solo por la enfermedad de Lilibeth, durante algunos años Tessandra trabajó en un club nocturno para pagar las quimioterapias de su hermana, no puedo imaginar lo duro que fue para ella exponerse de esa manera. Cada vez que la veo pienso en que el amor incondicional existe. Entonces recuerdo a mi madre, a Sienna, quien luchó por mí, me protegió tanto como pudo, dio su vida para salvarme, eso es amor, amor incondicional. Conocer mi historia me ha dado cierta tranquilidad.

Tess está sosteniendo un Pyrex con pastel de queso. Deja el recipiente de cristal en la mesita y se acerca. Me envuelve en un abrazo.

—¿Cómo estás? —pregunta cuando se echa hacia atrás

—Bien, creo que estoy bien —respondo, sincera.

—Las gemelas querían verte.

Hace un puchero que me sabe a melancolía.

Maldición Willburn © ✔️ (M #1)Where stories live. Discover now