Prólogo

8.2K 435 381
                                    

—Se supone que debes estar
conmigo.

¿Qué palabras son estas?. Me
asustan, y al principio creo que he escuchado mal.

Ella está apoyada en la mesa,
mientras que nuestras parejas
están a unos metros de distancia,
esperando en la fila para comprar nuestra comida.

—Tú y yo— dice —No nosotras y
ellas.

Parpadeo hacía ella antes de darme cuenta que está bromeando. Me rio y vuelvo a mirar mi revista.

En realidad, no es realmente
una revista. Es un diario de
matemáticas, porque soy así de
genial.

—Sana..

No miro de inmediato. Tengo
miedo de hacerlo. Si levanto
la mirada y veo que no es una
broma, todo cambiará.

—Sana— extiende un brazo
y toca mi mano.

Salto, retrocediendo. Mi silla hace un chirrido horrible y Dahyun voltea a ver.

Pretendo que se me cayó algo y lo
busco debajo de la mesa. Debajo
de la mesa hay un crayón azul
junto a mis pies. Lo recojo y me
levanto.
Dahyun está primero en la fila
ordenando nuestra comida, y la
novia de mi mejor amiga está
esperando mi respuesta, con los
ojos cargados de atención.

—¿Estás borracha?— siseo.

—¿Qué carajo?No— dice.

Aunque no parece tan segura. Por primera vez, me doy cuenta de la hermosa y cuidada piel que tiene.

La piel alrededor de sus ojos se
ve amarillenta. Está pasando por
algo, ¿tal vez?.

La vida está siendo una mierda.

—Si esto es una broma, me estás
poniendo realmente incómoda—
le digo. —Jihyo está justo ahí. ¿Qué demonios está mal contigo?

—Solo tengo diez minutos,
Sana— sus ojos se mueven al
crayón azul, que está descansando en medio de nuestras manos.

—¿Diez minutos para qué?. Estás
sudando— digo .—¿Tomaste algo, estás usando drogas?. ¿Qué tipos de drogas te hacen sudar así?.

¿Crack?. Heroína?.

Quiero que Dubu y Jihyo regresen. Quiero que todo vuelva a la normalidad. Me giro para ver dónde están.

—Sana...

—Deja de decir mi nombre de esa manera— mi voz se corta.

Empiezo a pararme, pero ella
agarra el crayón, luego mi mano.

—No tengo mucho tiempo.
Déjame mostrarte— está
sentada muy quieta, pero sus
ojos me recuerdan a un animal
acorralado: asustado, en pánico,
brillantes.

Nunca he visto esa mirada
en su rostro, pero como Jihyo
solo ha estado saliendo con ella
durante unos meses, es un punto
discutible.

No conozco realmente a esta
chica. Podría ser una drogadicta
por todo lo que sé.

Gira mi mano con la palma hacia
arriba y la dejo hacerlo. No sé porqué, pero lo hago.

Coloca el crayón en mi palma y
cierra mi puño a su alrededor.

—Tienes que decirlo en voz alta–
dice.

—"Muéstrame, Tzu". Dilo Sana Por favor. Tengo miedo de lo que va a pasar si no lo haces.

Porque se ve tan asustada lo digo.

—Muéstrame, Tzu— digo. ––¿Debería saber lo que es esto?

¡A La Mierda Con El Amor! / Satzu❣️/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora