Culpables 💔

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Mei

—Yuzu... ¿Quieres comer algo? Porque puedo buscar alguna máquina expendedora... Estoy segura de que por acá debe haber alguna...

Ella niega con la cabeza sin mirarme. Desde que llegamos al hospital ha estado de esa forma: callada y sin hacer ningún contacto visual conmigo.
Aunque es extraño verla así, es comprensible y por eso no hago drama de ello. Está en shock, al igual que yo.

Suspiro y me siento a su lado. Ella sigue viendo hacia el suelo, como si fuera lo más interesante del mundo.
Está en silencio, pero tímidamente estira su mano y toma la mía.
Sus dedos se aferran con fuerza y yo hago lo mismo.

Hace veinte minutos que llegamos al hospital. Hace veinte minutos que observamos como nuestra madre fue arrollada hasta dejarla mal herida.

Es duro darse cuenta de lo sucedido, que justo cuando Yuzu me arrastró con ella por la calle, el semáforo acababa de cambiar a verde.
Eso fue lo que dijo una mujer que presenció toda la escena. Supongo que debe ser verdad, aunque yo no me acuerde de nada por más que lo intento.
No recuerdo ningún auto, o alguna persona a mi alrededor, sólo puedo pensar en sonido del impacto, y en el cuerpo de mi madre tirado en el suelo como si fuera un muñeco...
La sangre... Es una imagen que nunca saldrá de mi cabeza.
Al destino de verdad le gusta jugar con las personas de la forma más cruel.

— Le dije que la odiaba...

Observo el perfil de Yuzu. En sus labios se forma una mueca de dolor. De forma inmediata la obligo a mirarme alzando su rostro y acercándola a mí. Sus ojos verdes que siempre habían sido risueños y brillantes hasta hace solo unas horas, ahora están ahora tristes, opacos y anegados en lágrimas.

¿Cómo es que las cosas resultaron de éste modo...?

No hagas eso... — Le pido — No te culpes de lo que acaba de pasar...

— ¿Porqué no lo haría? — Suelta una risita sarcástica mientras sigue derramando lágrimas — Es mi culpa. Yo tuve la absurda idea de salir a una cita. No pensé en nada.
Nunca lo hago así como me dijiste tú...
Esto es mi culpa Mei... Mamá está en algún salón luchando por su vida por mi culpa.
Debí haberme ido temprano... Es más, ni siquiera tenía que haber salido de casa en la noche. No tuve que haber ido a verte, así de sencillo.

Es duro escucharla hablar así. Sus palabras me lastiman de una forma cruel, dándome a entender que la noche que tuvimos hace solo unas horas fue alguna clase de error.
Es duro, pero no digo nada al respecto. Sé que solo es su frustración y miedo hablando por ella y por eso me guardo mi sentir antes de iniciar alguna discusión y empeorar todo lo que está sucediendo.

— Yuzu...
— Creo que al final si iré a comprar algo para comer... Ya vuelvo.

Se pone en pie así sin más. La observo alejarse hasta desaparecer en un pasillo, y entre más la miro detalladamente; con su bella figura y el cabello rubio cayendo sobre su espalda, más se intensifica el dolor en mi pecho y no comprendo del todo el porqué.

Una lágrima solitaria escapa baja por mi mejilla, luego otra y pronto estoy llorando como nunca lo he hecho.

Todo esto parece un mal sueño...

Así llorando y rota me encuentra mi padre.
Está vestido con su traje y corbata y está acompañado por el señor Makoto.
Ninguno dice nada al verme.
Me siento tan culpable y avergonzada por mentir y haberme escapado, que yo tampoco digo nada, sólo me pongo en pie y me lanzo a los brazos de mi progenitor buscando que me reconforte.
Al igual que Yuzu, también me siento culpable.

— Tranquila Mei-chan...

Yuzu

Sostengo la bebida fría en mi mano. No la he abierto aún. En realidad no tengo sed ni hambre, sólo quería escapar un momento de ésa sala de espera y tomar un poco de aire para calmarme.
Supongo que lo he logrado, al menos relativamente; ya tengo la mente más clara como para darme cuenta de que no estuvo bien lo que le dije a Mei.
Ahora soy consciente de ello por lo que el sentimiento de culpa en mi interior no ha hecho más que duplicarse.

Desenrosco la tapa de la bebida y le doy un sorbo. Aunque el té es refrescante, no deshace el nudo en mi garganta ni me quita el miedo y la tristeza.

De solo imaginar que mamá pueda morir, me siento a punto de desfallecer.
Ya fue suficiente con haber perdido a papá. Si de cierta forma superé ése horrible evento y su ausencia era pequeña, fue gracias a mamá, que nunca me dejó sola y fue mi apoyo incondicional en mi niñez.

Si ella muere... Y después de lo que le dije... Jamás me lo perdonaré...

Seco las lágrimas con el dorso de mi mano y emprendo el camino de vuelta hacia la sala de espera.

Al llegar, me encuentro con Mei siendo abrazada por Sho en medio de la sala.

Llegó más rápido de lo que creí...

Un hombre mayor al que no reconozco también se encuentra cerca de ellos, y es él quién nota mi presencia alertando a Mei y a su padre.

— ¡Mamá estará bien! El doctor acaba de avisarnos.

Mei corre hacia mí al verme y me rodea el cuello con sus brazos con evidente emoción.

— Está inconsciente, pero sus heridas milagrosamente no son letales. Despertará en cualquier momento. — Añade con un suspiro de alivio. Su aliento me hace cosquillas en el cuello — Es una excelente noticia, ¿No crees? Pronto podremos verla.

La bebida en mi mano se cae al suelo.
No sé porqué, pero no me siento nada feliz, al contrario el nudo en mi garganta se intensifica de una forma dolorosa.

Mei se aparta de mí; la observo agacharse y recoger mi bebida, o al menos lo que queda, pues más de la mitad se ha desparramado en el piso.
Noto de inmediato que sus manos están temblando, y cuando sus ojos violetas se encuentran con los míos, los noto enrojecidos y cansados.
Estuvo llorando.

— Tranquila Mei...

Un sollozo se apodera de ella. Odio verla triste, pero en éste momento aunque quiero sonreírle para darle ánimo como siempre he hecho, no lo hago. Simplemente no puedo.

— Yuzu...
— Todo va a estar bien...

Continuará...

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Gracias por leer!! (◍•ᴗ•◍)

Un Amor Diferente 💕 [ Citrus ]Where stories live. Discover now