- Debió haber sido bueno tu día- le comentó la egipcia pensando en la distracción de la gente en la gran sala mientras se hacía ''justicia''.

- Suficiente para comer hasta saciarnos- estaban cerca del lugar pero antes escucharon el galope de más de un caballo, Mikasa de inmediato se puso en alerta- Deben ser oficiales del rey, se discreta. 

Un resplandor se asomó a las paredes donde se encontraban las jóvenes, los oficiales pasaron a un lado suyo, apenas las vieron y uno dijo:

- Buenas noches- respetuoso hizo una pequeña reverencia a Eren como todo caballero, salvo a su compañero; se mantenía sereno. 

- Buenas- la gitana hizo reverencia a juego, le mostró una sonrisa en el acto.

- ¿Qué haces?- susurró la pelinegra pero fue interrumpida por una mirada de su amiga en señal de que mantuviera la calma.

El oficial que se mantuvo quieto le pudo escuchar aquel susurro y volteó a verlas, sospechó de que se trataran de unas ladronas. Cuando sus ojos se encontraron con la presencia de Diana su rectitud quedó destrozada al ver la belleza de la joven; Eren se percató de la mirada y el encuentro de sus ojos fue un hecho inevitable que en un instante los atrapó a los dos, de inmediato la gitana se despidió y continuó su camino con su amiga.

- ¿Qué sucede, Levi?- cuestionó el oficial viendo que su compañero tenía una mirada distinta a lo que había visto alguna vez.

- No es nada- dijo volviendo su rostro a la serenidad de siempre.

     El día volvió más temprano de costumbre, la gente pensaba que ya se acercaba la primavera; la tan deseada primavera que haría traer un clima cálido a la ciudad. Como de costumbre la gitana fue a la plaza para hacer su espectáculo con su instrumento preciado, no tardó para que la gente se reuniera alrededor de ella para observarla bailar. En cuanto se escucharon las campanadas de la parroquia la gente comenzó a disminuir porque los creyentes debía ir a su celebración semanal; la joven se detuvo cuando no hubo a quién bailar, y por acto de pura curiosidad entró junto a los demás a aquel gran lugar.

Una vez dentro se asombró de lo alto que era el techo, vio las imágenes de santos en vidrio- distribuidos en diferentes puntos del lugar-. Siguió su recorrido, le gustaba la arquitectura, era como conocer una ciudad nueva; se quedó parada encontrándose con una estatua de una mujer.

- ¿Quién eres tú?- pensó observando con detenimiento a la mujer, se acercó a la imagen viendo aquella belleza que poseía la dama- Tiene la mirada de una madre- dijo para si.

El oficial de la otra noche la vio frente a la estatua de María, se preguntaba con que motivo estaría ella en una iglesia pero se contuvo a dirigirle la palabra pero no pudo evitar tener sus ojos quietos observando a la belleza que tenía en frente; dio un paso para acércasele mas su rectitud lo obligaba a seguir con sus asuntos y evitar el contacto con ella.  

- ¿Sabe quién es ella?- le preguntó la gitana al oficial; cuando sus ojos volvieron a encontrarse aquel sentimiento volvió y ella inmediatamente lo reconoció-...oficial.

- María.

Eren volvió a la imagen, era un nombre bonito también el que tenía la mujer- Es muy bonita- compartió con el hombre.

- ¿Qué hace una gitana por aquí?- le cuestionó Levi caminando hacia ella- ¿Acaso vienes a robar? ¿O harás algo blasfemo?

La gitana se mostró ofendida por aquellas acusaciones.

- Vine aquí por curiosidad, hombre ignorante que piensa que yo, una gitana, debe robar, debe blasfemar, debe ser tonta- dio pasos amenazadores yendo hacia al pelinegro, una vez que estuvo de cara a cara- no tuvo que alzarse para ello- Usted no puede juzgar si solo discrimina.

IRREGULARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora