Entraste a mi vida cuando menos lo esperaba [II Temporada] |h.s.

Capítulo 43.

{Narra _____}

Vi el auto desaparecer cuando doblo a la izquierda con destino al departamento. Camine unos cuantos pasos hasta entrar al bar. El olor a alcohol me invadió, mesas redondas de maderas rodeadas por hombres borrachos, algunos tirados, y otros en rincones con mujeres. No podía creer que Harry visitara esos lugares tan seguidos. Me daba repulsión. 

Visualicé a Harry, con el cabello revuelto y con unos vasos vacíos a su alrededor pero estaba segura que su aspecto no era de ebrio o cercano a eso. Me acerque a el, atravesando las mesas, posé mi mano en su hombro derecho. Se sorprendió al verme ahí.

Harry: ¿Que haces aquí? –Dijo parándose al lado de mí-

____: Estaba de paseo cuando vi que tu auto estaba estacionado afuera de este bar y realmente me preocupaba que hicieras.

Harry: ¿Qué tanto te preocupas por mi cuando tienes una familia de la cual encargarte? –Dijo con un poco de rencor-

____: ¿Qué te parece si mejor vamos al edificio y hablamos más tranquilos? –El asintió levemente-

El dejó un par de billetes sobre la barra para saldar las bebidas que consumió, se acomodo un poco el pelo y caminos hacia su auto.

Harry: ¿Qué paso con tu auto?

____: Se lo di a Austin para que llevara a Sky al departamento. –El bajo la mirada-

Harry dio la vuelta al auto y me abrió la puerta, como siempre. Me subí al carro y luego lo vi subirse al de piloto. Arrancó al auto y avanzamos por las calles desiertas. El camino estuvo realmente silencioso, no hablamos, no nos miramos, nada. Llegamos al edificio y Harry entro el auto a la cochera. Subimos a su departamento y, una vez dentro, comenzó a preparar café.

Harry: ¿De que querías hablar? –Pregunte sirviendo café en dos tazas-

____: Te quería pedir disculpas. –Suspiré- Yo realmente lo lamento Harry, no quise ocultarte nada. Solo que es difícil para mi.

Harry: ¿Y tu crees que para mi no? –Apoyo su taza en la mesa con fuerza- _____, no sabes lo que fue para mí enterarme de que tenías otra hija. Yo soñaba todos los días con formar una familia contigo, y ahora me vengo a enterar que tienes una familia pero con otro –Gritó-

____: ¿Con otro? ¿Con quien? –Cuestioné elevando mi voz- 

Harry: Austin, ¿Te suena ese nombre? –Contestó- 

____: ¡Demonios Harry! Ya te dije que el fue el único que me ayudo cuando no tenia a nadie. –Exclamé- 

Harry: Podrías haberte comunicado conmigo, yo seria capaz de dejar todo aquí con tal de ayudarte _____. –Dijo más calmo- haría cualquier cosa por ti. 

____: Por esa misma razón no te dije nada, tú…-Quería decirle, Quería pero no podía- No me entenderías –Dije al fin-

Harry: Siempre es lo mismo. ¿Qué pasa que no me quieres contar nada? –Volvimos a la discusión-

_____: No es que no te quiera contar, es muy complicado Harry.- Exclamé- Y deja de gritarme como si yo tuviera la culpa.

Harry: ¿Acaso no la tienes? –Lo mire incrédula-

Me levante y camine hacia la puerta para salir de allí. Tenía la mano en el picaporte, solo tenia que girarla e irme. Me voltee para mirarlo a los ojos.

_____: La culpa la tienes tú. Si no te hubieras ido, si hubiese evitado todo eso con Allice, si solo me hubiese dedicado unos minutos en los dos malditos años que desapareciste, no estaríamos discutiendo. –Dije con lágrimas en los ojos- Todo esto es tu maldita culpa. 

Giré nuevamente, y voltee el picaporte. La puerta se abrió y cuando iba a salir, se volvió a cerrar dejándome dentro del departamento gracias a la mano de Harry. Cambié el rumbo de mis pies a su dirección, cuando choqué con el gran cuerpo de Harry que estaba unos escasos centímetros de mí. Levante mi vista y me perdí en sus ojos. Sin decir más el me besó como nunca lo hizo.

Harry: Perdón. –Me dijo entre medios de besos- Perdón por ser tan idiota, perdón por no dejar de lado todo, perdón por amarte tanto. 

Comenzó a besarme, acariciaba mi cara una y otra vez. Se separó miro mis ojos y con su voz ronca habló. 

Harry: Quiero que nos olvidemos de todo, que seamos, en esto momento, nosotros dos. –Me beso castamente- Quiero que vuelvas a ser mía. 

Con esa última frase me dejo helada, yo no me negaría. Lo extrañaba, lo deseaba tanto como el a mi. Levanto sus manos y corrió un mecho rebelde de mi cara. Me miró fijo y acortó la distancia que nos separaba con un beso feroz que lo decía todo.